Crisis diplomática con Marreucos

Marlaska sí se cree ahora las amenazas de Marruecos y mantiene a 100 policías de refuerzo en Ceuta

El próximo 1 de junio se realizará el relevo de las Fuerzas del orden enviadas a Ceuta, pero se mantendrá el mismo dispositivo.

El pasado miércoles el Ejército fue replegado, pero se mantiene prevenida su actuación si se produce un nuevo intento de asalto a la frontera

Ceuta Marruecos
Interior mantendrá Ceuta policialmente blindada de forma indefinida.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

“Marruecos toma nota y actuará en consecuencia”. Así de contundente se ha mostrado hace sólo unas horas la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, quien demuestra con estas palabras que su país no está, ni de lejos, conforme con los últimos gestos de la diplomacia española. La diplomática fue llamada a consultas por su país tras la crisis diplomática abierta por el Gobierno español al dar asilo al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. A diferencia de las primeras advertencias del Reino marroquí, previas al asalto masivo de la valla de Ceuta desde Marruecos, ahora el Ejecutivo de Pedro Sánchez parece haber escuchado con más atención lo que llega desde el otro lado de la frontera. Por eso la alerta en las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla, se mantiene y con ella, los refuerzos policiales.

Cuando el 17 de mayo los primeros cientos de inmigrantes ilegales que bordearon el espigón de la frontera de Ceuta entraron en la parte española de la playa del Tarajal, apenas encontraron resistencia. La vigilancia fronteriza de la Guardia Civil reaccionó a tiempo, sí, pero en número totalmente insuficiente para lo que se les venía encima. Era la primera oleada que, en 24 horas, dejaería más de 10.000 personas dentro de Ceuta provenientes de Marruecos.

Si el episodio se repitiera hoy, y a la luz del estado de las relaciones entre España y Marruecos parece sólo cuestión de tiempo que eso pase, los inmigrantes ilegales lanzados por Rabat contra las fronteras de Ceuta y Melilla se encontrarían con una mayor resistencia a este lado de la valla.

El pasado miércoles, Defensa ordenó la retirada de sus efectivos de la frontera. Durante varios días, unidades de Infantería y de la Legión reforzaron la vigilancia de la valla, auxiliaron a los inmigrantes que salían del agua procedentes de la parte marroquí y patrullaron las zonas cercanas a la playa para evitar nuevas entradas. Por ahora, esa misión ha terminado, pero todas las unidades replegadas permanecen prevenidas en sus correspondientes acuartelamientos ante la evidencia de que la situación en la frontera puede cambiar en cuestión de horas.

Lo que no ha cambiado ni parece que vaya a cambiar de manera inmediata es el refuerzo policial ordenado por el Ministerio del Interior. 48 horas después del incidente masivo en la frontera, varias unidades de intervención policial, las UIP, fueron movilizadas desde la Península para reforzar a sus compañeros de Policía Nacional y Guardia Civil en Ceuta.

El trabajo que llevan haciendo allí desde hace dos semanas es impecable porque, además de ayudar en la vigilancia del vallado, patrullan la ciudad realizando labores de Seguridad Ciudadana, custodian a los inmigrantes ilegales menores de edad y conducen a los adultos a los lugares pertinentes para tramitar sus expedientes de impulsión.

UIP 24 horas al día

Durante las 24 horas del día se mantienen en servicio en Ceuta 3 grupos ‘reducidos’ de UIP. Estos grupos deberían estar dotados con la presencia de 50 agentes cada uno pero, desde hace mucho tiempo, esto no es así y el número es muy inferior. De ahí que se tengan que mandar tres unidades para que el refuerzo en Ceuta sea de 100 agentes. En una ciudad con una plantilla de unos 500 policías contando con todo el personal, administrativos incluidos, se trata de un apoyo muy considerable.

Este dispositivo policial responde a la experiencia de no haber tomado en serio las advertencias de Marruecos desde que se supo que España había dado asilo a Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario hospitalizado en León. Si ante aquellas palabras el Gobierno de España no reaccionó y mantuvo Ceuta y Melilla con sus dispositivos habituales de seguridad, las últimas advertencias de la embajadora de Marruecos han hecho que, sobre todo el Ministerio de Interior, entienda que Rabat no va de farol.

Desacierto, agitación, nerviosismo o desacierto. Ésta es sólo una selección de términos extraídos de las últimas manifestaciones públicas realizadas por la embajadora marroquí desde que fue llamada a consultas por Rabat. Y todas ellas hacen referencia a la misma persona: la ministra de Exteriores española Arancha González Laya.

La última de las ‘invitaciones’ de Laya al desacuerdo diplomático ha consistido en asegurar que Ghali abandonará nuestro país “cuando esté recuperado”, sin tener en cuenta que tiene un compromiso judicial pendiente por delitos tan graves como torturas o genocidio. Esa insinuación de que Ghali es un hombre libre para dejar España cuando considere oportuno contraviene lo que Marruecos puso sobre la mesa cuando dijo que no entenderían que España actuará con la salida de nuestro país del líder Polisario como hizo con su entrada: con nocturnidad y alevosía.

Los próximos días serán claves para averiguar el alcance de las nuevas amenazas de Marruecos. Al menos ahora lo que suceda pillará a los ciudadanos de Ceuta y Melilla con una frontera blindada por cientos de policías.

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