Ministerio del Interior

Marlaska desmantela el Seprona: una patrulla de cuatro agentes lleva 364 pueblos en Castilla y León

Los agentes denuncian que está abocando la especialización a la extinción

Marlaska, Seprona, Guardia Civil
Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior.
Rosalina Moreno

El Ministerio del Interior, dirigido por Fernando Grande-Marlaska, ha desmantelado el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en toda España, no sólo en Cataluña, donde ha tenido que llamar a la UME por la peste porcina. Por ejemplo, en Castilla y León una patrulla de sólo cuatro agentes lleva 364 pueblos, con un radio de 5.000 kilómetros cuadrados.

Se trata de un caso que se replica por todo el territorio nacional de forma similar, con patrullas de cuatro o cinco guardias civiles que tienen más de 5.000 kilómetros cuadrados de trabajo.

Así lo denuncian en OKDIARIO fuentes policiales de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la mayoritaria, denunciando la precaria situación en la que se encuentra esta especialidad que lleva 32 años protegiendo el medio ambiente y la fauna, que en su día fue «una de las primeras policías medioambientales de Europa» y que tantos premios recibe por su labor diaria.

El coordinador nacional del Seprona de la AUGC, Francisco Sánchez, con 35 años de servicio en la Guardia Civil, 30 de ellos en el Seprona, sostiene que la especialidad «está abocada a la extinción si no se incentiva y se nutren las plantillas de forma urgente».

Desde Zapatero ha ido a menos

La AUGC denuncia que «desde hace muchos años esta especialidad ha ido a menos». Según informa, el desmantelamiento del Seprona, creado en junio de 1988 durante el Gobierno del ex presidente Felipe González, comenzó bajo la presidencia del también socialista José Luis Rodríguez Zapatero y con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, está consumándose a pasos agigantados.

En Cataluña, la presencia del Seprona es testimonial. Su desmantelamiento se decretó hace justo un año, pactado entre el presidente autonómico catalán, el también socialista Salvador Illa, y el Ministerio del Interior, dejando a la especialidad únicamente para investigar.

La AUGC reclama más efectivos en esta comunidad y que se cree una figura de coordinación para trabajar con los mossos.

El mismo uniforme que hace 35 años

«Los agentes del Seprona somos los grandes olvidados del Ministerio y la Guardia Civil», declara a este diario Francisco Sánchez. En este sentido, pone como ejemplo que los agentes llevan la misma uniformidad que hace 35 años, desde su época fundacional: «Un traje de loneta malo, en vez de prendas técnicas, de acuerdo a los riesgos laborales y al ejercicio de sus funciones en el campo».

Además, señala que para tener trajes de moto, los agentes tuvieron que denunciar en Europa la situación de los riesgos laborales y entonces se les dotó de unas prendas que, sin embargo, «siguen siendo deficientes en cuanto a protección y comodidad».

Hace un año se anunciaron licitaciones del Ministerio del interior de equipos de protección, pero a las unidades «todavía no ha llegado nada».

Premiados a nivel nacional e internacional

Los agentes del Seprona tienen la importante misión de prevenir e investigar los delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, entre los que se encuentran la protección de la flora, fauna y animales domésticos, incluyendo el contrabando de fauna y flora silvestre; y los incendios forestales, así como los fuegos que, pese a no ser forestales en sentido estricto, perjudiquen gravemente el medio natural.

También, delitos vinculados a la sanidad animal y vegetal, la calidad y seguridad agroalimentaria en la producción primaria, los riesgos provocados por las armas en las actividades cinegéticas, así como delitos sobre la ordenación del territorio y contra el patrimonio arqueológico terrestre y paleontológico.

Además, ejecutan la función de la Policía Judicial en materia medioambiental en las investigaciones judiciales y de la Fiscalía; velan por el cumplimiento de las normas administrativas relacionadas con estas materias, y cooperan con otros países para la persecución de delitos medioambientales.

Su despliegue territorial se configura a través de la Unidad de Protección de la Naturaleza de Zona (Upronaz), la de Protección de la Naturaleza de zonas y comandancias (Uprona), y patrullas de protección de la naturaleza (Paprona). A nivel provincial tiene equipos de investigación llamados Eprona, y a nivel nacional los equipos de investigación se denominan Ucona, que son la UCO del Medio Ambiente.

«Recibimos premios y reconocimientos nacionales e internacionales, pero la propia Dirección General de la Guardia Civil tiene en el olvido a la base de la especialidad, que son las patrullas, ya que reconoce que la ratio de persona-infracción más elevada es la de las patrullas del Seprona, así como el de efectividad, por delante de otras unidades con mayor plantilla, pero esto no se materializa en retribuciones», explica el coordinador nacional del Seprona de AUGC.

Una sola patrulla reforzada

Según el catálogo de puestos de trabajo de la Guardia Civil -el instrumento técnico a través del cual se desarrolla su organización de personal-, debería haber una media de 40 agentes por provincia. Sin embargo, la asociación mayoritaria de guardias civiles asegura que realidad es muy distinta, y que «en muchos casos hay un 50% menos de efectivos».

La AUGC afirma que a nivel nacional «tendría que haber mínimo dos patrullas formadas por cuatro agentes cada una por cada compañía –comarca–», pero que «tras las reestructuraciones de personal que se han venido ejecutando desde 2010 se han quedado con una patrulla de cinco efectivos», con lo cual los guardias civiles tienen una mayor carga de trabajo, lo que a su vez repercute en la calidad del servicio.

En la época de Marlaska se ha llevado a cabo la última reestructuración de las unidades del Seprona y donde había dos patrullas se ha quedado sólo una reforzada.

«Marlaska quería suprimir por decreto patrullas Murcia y Córdoba, pero paramos eso. A raíz de la presión de esta asociación y preguntas parlamentarias en el Congreso, se forzó a que la Dirección General no suprimiera unidades, pero las han dejado con uno o con dos guardias civiles, esperando que dentro tres o cuatro años éstos pasen a la reserva y las patrullas desaparezcan», precisa esta asociación.

La AUGC advirtió que si se suprimen unidades, se estaría modificando la seguridad del Estado. Entonces, el Ministerio anunció vacantes, se movió al personal y fueron vaciando las unidades que querían que desapareciera y se han quedado en la mínima expresión, ya que «la tasa de reposición no la hay porque apenas se hacen cursos de especialidad». Según informa esta asociación, en los últimos se han hecho dos años, pero sólo pasan unas 25 o 30 personas al año para toda España.

Así las cosas, las plantillas están envejecidas, los agentes están ya con una media de 50 o 54 años, y justo cuando menos efectivos hay, se ha incrementado la carga de trabajo en las unidades, «debido en gran parte a la concienciación ciudadana de los problemas medioambientales».

La AUGC también pone el foco en que al desmantelamiento de estas unidades llevado a cabo, se suma que esta especialidad «ha perdido atractivo», ya que las retribuciones del Complemento Específico Singular (CES) del Seprona suponen “apenas 26 euros más que las del resto de compañeros”.

Y ello pese a la peligrosidad y penosidad de la especialidad, en la que la gran mayoría de los agentes que la componen han sufrido accidentes: desde caídas de la motocicleta por la conducción en terrenos abruptos, hasta coger enfermedades transmitidas por animales –zoonosis–, incluso ha habido muertes por garrapatas, fiebres pegadas por caballos.

La Jefatura mira para otro lado

La AUGC ha denunciado esta problemática ante la Dirección General en las reuniones periódicas que mantiene con los mandos. Sin embargo, «la Jefatura no quiere saber nada, pide que sólo se le transmitan problemas técnicos». Con lo cual, el problema sólo se trata en las reuniones semestrales de las zonas y las comandancias. Es decir, con jefes genéricos, no especializados que «entiendan la idiosincrasia de la especialidad y su proyección».

Esta especialidad se sustentaba principalmente con fondos europeos y el material –vehículos, drones o cámaras– con instituciones como el Ministerio de Medio Ambiente, Comunidades Autónomas y organismos autónomos, como Parques Nacionales, a base de convenios. Así las cosas, la Guardia Civil lo que ha estado poniendo es el personal. Parte de la formación también iba con convenios de Protección Civil y ministerios e instituciones de comunidades.

Cuando se han retirado esas financiaciones o se han agotado dichos convenios, «se ha arrastrado a la precariedad al Seprona, ya que el Ministerio lleva muchos años sin sacar cursos de promoción para la especialidad». Según informan fuentes policiales, ha habido hasta tres años sin cursos, si bien en los últimos dos ha salido uno anual tanto para patrullas y equipos.

Por último, la AUGC también pone el foco en que Marlaska ha modificado la estructura del Ministerio del Interior dejando a los agentes del Seprona fuera de Policía Judicial específica, quedando sólo en esa figura los agentes de la Ucoma por depender de tribunales y Fiscalía. Así, la inmensa mayoría se ha quedado con la condición de policía judicial genérica, como los serenos.

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