Chivite ya es presidenta gracias a Bildu y liga el futuro de Navarra a los proetarras
La candidata del PSOE a la presidencia de Navarra ha sido investida al segundo intento gracias a la abstención de Bildu. La formación de Otegi ya ha advertido de que son determinantes.
La candidata del PSOE a la presidencia de Navarra, María Chivite, ha sido finalmente investida este viernes gracias a la abstención de Bildu. Los votos de la formación de Arnaldo Otegi han sido determinantes para Chivite, que ayer, y como era previsible, fracasó en su primer intento de ser presidenta. Ahora, formará un Gobierno con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra, pero la legislatura queda inevitablemente en manos de los proetarras, que condicionarán las mayorías en el Parlamento y permitirán a Chivite sacar adelante, o no, su iniciativa legislativa.
La socialista ha sido elegida tras lograr la mayoría simple necesaria en la segunda votación. Chivite ya tenía su investidura asegurada tras la firma del acuerdo con estos partidos y el resultado de la consulta de Bildu a su militancia, que confirmó la abstención. El partido de Otegi se reconoce ya como «interlocutor preferente» en el mandato de Chivite, como expresó recientemente en una carta enviada a sus bases.
En la primera votación celebrada ayer jueves, la candidata socialista fue rechazada por 23 votos a favor de su investidura de PSN (11), Geroa Bai (9), Podemos (dos) e Izquierda-Ezkerra (uno), y 27 en contra de Navarra Suma (20) y EH Bildu (siete).
Esta tarde, el grupo de Otegi ha mantenido dos votos en contra y cinco de sus miembros han votado abstención, de forma que Chivite ha sumado 23 votos a favor, 22 en contra y cinco abstenciones.
La socialista se convierte así en la tercera presidenta del Gobierno de Navarra, tras la ex presidenta de UPN Yolanda Barcina (2011-2015) y la líder de Geroa Bai y todavía presidenta en funciones del Ejecutivo, Uxue Barkos (2015-2019).
En su discurso de este jueves, en el Parlamento navarro, Chivite admitió que su Gobierno no tiene mayoría absoluta y también que «genera recelos en cierta parte de la sociedad».
No obstante, defendió su acuerdo y se escudó también de las críticas argumentando que Navarra «es plural» y que «esa pluralidad exige acuerdos entre diferentes para lograr un progreso y una prosperidad que permitan avanzar en la igualdad de oportunidades, en la cohesión social y territorial, en la innovación como eje del desarrollo». En su intervención, la socialista reclamó que los acuerdos «sirvan para avanzar en la convivencia» y que «no sea utilizada como un arma arrojadiza sino como valor añadido».
Bildu marca su terreno
La candidata se mostró más crítica con la oposición que con la propia Bildu y advirtió de que «los gurús del desastre tendrán que virar de posición cuando los hechos demuestren que éste será un Gobierno en esa centralidad, y que por tanto sus propuestas no serán ni extrañas, ni sectarias, ni pondrán en riesgo nada ni supondrán ninguna catástrofe».
Por su parte, los de Otegi marcaron ya a Chivite el nuevo camino, desde su primera toma de contacto. La formación abertzale avisó de que «no es posible construir ninguna alternativa a la derecha en Navarra» y de que «no se puede ignorar que EH Bildu y lo que EH Bildu representa están presentes en las instituciones y en todos los ámbitos de nuestra sociedad».
La portavoz, Bakartxo Ruiz recordó lo inevitable: que para «cualquier iniciativa» que se quiera sacar adelante «se tendrá que hablar y negociar, y va a ser necesario llegar a acuerdos, y si no se hace, no saldrá la iniciativa». «Vamos a estar en la oposición, contundente cuando haga falta y constructiva cuando sea posible», advirtió.
El Gobierno defendió este viernes la investidura de Chivite argumentando que el PSOE es garantía de «convivencia democrática».