Josu Ternera justifica los asesinatos de ETA ante el silencio de Évole: «Matar no es un placer para nadie»
Ternera se muestra cómodo ante las preguntas de Évole y admite que uno de sus peores atentados no fue un "error"
El documental de Jordi Évole sobre el que fuese número 1 de ETA Josu Terner ha llegado a Netflix ante la indignación de las víctimas del terrorismo. Consideran que, dándole voz, blanquea la figura del terrorista justo cuando le requiere la Justicia española. Se le atribuye la orden de ETA para cometer el atentado contra la casa-cuartel de Zaragoza en 1987, provocando 11 muertos. Cinco de ellos niñas, «críos» como los llama Ternera en el documental. Sin embargo, el asesino confeso -la palabra que Évole no quiso usar durante su presentación- admite sin ambages que aquel atentado «no fue un error». Admite que la «mochila» de un asesino «pesa». «Matar no es un placer para nadie». Muchas víctimas han anunciado que no verán el documental, en el que Ternera se muestra cómodo en ocasiones e incluso sonriente. OKDIARIO lo ha visto, y esto que sigue es lo que cuenta.
El contenido de la producción de Évole se conoce desde hace meses, cuando fue presentado en el Festival de Cine de San Sebastián. Allí, decenas de periodistas -incluido OKDIARIO- pudieron ver esa entrevista con el terrorista al que no le gusta que le llamen Ternera. De hecho, así se llama el documental: No me llame Ternera. Y así comienza el primer contacto del espectador con el rostro del terrorista, sentándose alrededor de una mesa con Évole en un caserío a las afueras de San Juan de Luz. Se grabó en tres mañanas.
En el documental, Ternera asegura que «la venganza y el odio te ciega y no te permite analizar las cosas como hay que analizarlas». Tras defender que ETA ha sido «su vida», señala que «malo sería decir que tu vida no ha tenido sentido».
Preguntado por el asesinato de Galdácano, en el que reconoce participar, Ternera asegura que «matar no es un placer para nadie». «Tampoco para el que hace la acción», indica el que fuera jefe de ETA. «Eso es una mochila que ese hombre o mujer la llevará hasta el final de sus días». «¿Pesa esa mochila?», pregunta Évole. «Evidentemente que arrastro esa mochila, se lleva un montón de cosas relacionadas con lo que he hecho en mi vida», responde Ternera.
Su paso por ETA
Al inicio, tras una breve presentación, Évole le pregunta por qué sus «compañeros», otros «militantes» de ETA, le llaman Ternera. Éste responde con una anécdota que comienza con gesto serio y termina con media sonrisa: un día, «de poteo» por San Juan de Luz precisamente, un amigo le dijo que estaba nervioso como una ternera. Meses más tarde, en un interrogatorio, salió a relucir aquel encuentro y el nombre de «ese al que llaman ternera». Más tarde le exigirá a Évole que no vuelva a llamarle Ternera, algo que no sucede en el resto del metraje.
Y tras ese inicio, el documental pasa a relatar en imágenes el historial de Ternera, desde su llegada a ETA hasta alcanzar la dirección del grupo terrorista. En las imágenes de ese recorrido por la historia de Ternera, el documental pone énfasis en las de su paso por la política como diputado vasco de Batasuna y de su papel como mediador en las treguas que el Gobierno Zapatero pactó con ETA. Aparece, por ejemplo, el ex ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba hablando desde la hemeroteca sobre la «ventaja» que tenía Ternera: «Sabía lo que era un Parlamento», recalcando su perfil político. Luego aparece el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciando la detención de Ternera en 2019. Y del actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, felicitando a la Guardia Civil por ello.
«Zaragoza no fue un error»
Pero en ese tiempo, en ETA, Josu Ternera ordenó algunas de las peores matanzas de ETA, como la de la casa-cuartel de Zaragoza. Y de ello habla en el documental.
«¿Lo ordenó?». «En absoluto, yo no estaba en la dirección de ETA», contesta Josu Ternera a Jordi Évole cuando le pregunta sobre la casa-cuartel de Zaragoza.
Ternera se presenta en el documental como alguien ajeno a las decisiones que tomó ETA en esas fechas, en una calculada estrategia de cara a su futuro proceso judicial en España. «Hay informes de la Guardia Civil que le incriminan a usted», le señala Évole durante la entrevista. Él vuelve a negarlo.
Ternera se muestra molesto y contesta: «Yo no sé qué análisis hacen las personas de ETA que deciden ese atentado o las que lo ejecutan, pero pensarían que no iba a haber víctimas. Yo no estoy en la cabeza de las personas que hicieron esa acción. No sé qué les pasaba por la cabeza. Para mí es doloroso y no debería haber ocurrido», responde Ternera.
Sin embargo, la postura de Ternera, con rostro especialmente nervioso ante las preguntas sobre lo acontecido en Zaragoza, cae en contradicciones. Preguntado sobre si aquel atentado fue «un error» de la banda terrorista, Ternera responde que «no, yo no diría eso, en términos absolutos».
«Si hacemos caso a la hemeroteca, y nos fijamos en los comunicados, ETA dice que las casas cuartel también serán objetivo y se pedía que desalojasen a las familias. La Guardia Civil hace caso omiso, se encierran en sus búnkeres, y la organización actúa en consecuencia de sus análisis políticos. Los cuarteles se iban a convertir en objetivo, es una decisión que toma ETA», justifica.
«Los críos»
«El único, pero que le pongo es que sean sobre todo críos las víctimas. Un resultado irreversible y penoso de ese atentado. Lo siento profundamente. Esas víctimas no tenían nada que ver», asegura Ternera.
El que fuese jefe de ETA y posterior negociador de su disolución insiste en su relato, que posiblemente sea el mismo que esgrima ante la Audiencia Nacional llegado el momento de ser juzgado. Évole le pregunta si no hay cinismo en sus palabras. «De cinismo no tiene nada, soy el primero en sentir que esas víctimas sean críos», señala.
Y ahí llega una de las preguntas que más polémica han generado. «¿Y si fueran guardias civiles los muertos?». Ternera responde asegurando que «esa era su función, ¿no decían todo por la Patria?».
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