La izquierda llama a Podemos: ¿Confluimos de verdad?

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Acto de Confluencia por la Izquierda. (Foto: EFE)

«Por un discurso común sin personalismos, estamos en una situación de emergencia y no puede haber tanta división en el mismo flanco. Con el te adhieres o te jodes no se construye la confluencia». Son palabras del exmagistrado de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón.

Organizaciones, plataformas, partidos, un sector de la izquierda reunido intentando convencer al otro grupo ya organizado que tiene como cabeza visible al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.

Lluvia de críticas contra «una confluencia impuesta con sus nombres. No quieren sumar. Tenemos que hacerles ver que esto es una situación de urgencia y como no se haga antes de las elecciones, llegaremos tarde», dijo un participante en el debate. En el escenario la organizadora, Beatriz Talegón, acompañada por un elenco variopinto bajo el nombre Acto de la Confluencia de la Izquierda. Entre ellos, Gaspar Llamazares o Cristina Almeida quien destacó: «No venimos a ser candidatos, aunque últimamente las señoras de 71 estamos de moda», causando risas entre el público.

Talegón cofiesa: «Es muy difícil intentar sumar fuerzas. El mensaje que ha ido calando es que la izquierda ya está pasado de moda, es hablar de trileros o de algo que no gana elecciones, así los ciudadanos quieren apartarse de lo que significa. Ahora mismo existe una situación de urgencia porque todos los movimientos, plataformas, grupos, partidos de izquierda están desapareciendo».

No se olvidó de su ex, el PSOE de quien criticó que «hable de la clase media y se haya olvidado de los trabajadores, de la clase obrera o sindicatos y de la gente desfavorecida, los que más necesitan».

Para Talegón, Alberto Garzón podría ser clave en este asunto de confluir, con su parte buena y su parte mala. «Es una gran referencia para la izquierda y para los jóvenes, pero últimamente ha decepcionado a la gente que quiere construir esta gran familia de izquierdas al dejar tirado a su partido político para ir otro sitio», en referencia al noviazgo entre él y Pablo Iglesias.

Gaspar Llamazares de Izquierda Abierta busca «una reivindicación del espacio político y social porque esta ideología está en peligro debido a la devaluación tanto de la izquierda como de las personas que están dentro de este movimiento».

Tampoco se olvida de Podemos y desliza el mensaje: «Aunque haya algunos que no se quieren incluir, es preferible que existan partidos, aunque sean malos que la propia inexistencia de estas formaciones», indica.

Pero el más rotundo fue el exmagistrado Baltasar Garzón: «Me cuesta mucho trabajo entender que no seamos capaces de hacer un discurso común si quitamos del medio los personalismos. Nadie queda excluido excepto los que tienen una concepción diametralmente opuesta a este objetivo y quieran que las cosas sigan tal y como están», avisa a navegantes.

«La movilización social ha puesto de manifiesto que la ciudadanía no estaba contenta con lo que estaba sucediendo, con el modo de hacer política», asegurando que «el Gobierno de Mariano Rajoy está vendiendo una realidad que no es verdadera gracias a unas cifras manipuladas que muestran una situación que va bien, pero todos y todas vemos que las cosas siguen mal», apunta Garzón.

El público rugía y llegó la hora de que participase a modo de asamblea. Sentadas estaban distintas plataformas y agrupaciones que cogieron el micrófono para destacar que la izquierda tiene sensibilidades distintas. Por ejemplo, Toni Roderic, de Los Verdes, insiste en la necesidad de un frente amplio, de confluir todos y dejarnos de lo que nos separa «para devolver la palabra a los trabajadores de este país».

También habla un representante de la Asociación de Víctimas del Paro, de Somos Izquierda, de Ahora en Común, de Afectados por la Hepatitis, de Convocatoria Cívica y muchas más. Algunos critican el cambio de los conceptos clásicos de la izquierda por otros como «ciudadanía», «sentido común» o «casta». El mensaje, variopinto, pero de tender la mano.

¿Las acciones? Realizar un escrito al otro sector, ese que ya ha confluido pero Podemos mantiene hegemonía en los primeros puestos. «Una confluencia a medias», como indican algunos, que quieren que se haga «pero bien, hablando todos». ¿Lo conseguirán? «Yo creo que sí, pero tenemos que ponernos ya porque si es después de las generales no tendrá sentido», nos cuenta Baltasar Garzón.

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