Interior permite que 3 cárceles con 19 etarras no cancelen comunicaciones pese al Covid
La enorme incidencia del Covid en las cárceles españolas ha provocado que todos los centros penitenciarios cancelen comunicaciones con el exterior para evitar una mayor propagación del virus. Sin embargo, San Sebastián, Álava y el Dueso se saltan la norma y seguirán recibiendo visitas del exterior.
Tres cárceles se están saltando la medida extrema de blindarse ante la propagación del Covid prohibiendo cualquier tipo de comunicación presencial con el exterior y da la casualidad de que, de las 71 cárceles blindadas, en las únicas tres en las que se permiten visitas en alguna de sus modalidades hay varios miembros de la banda terrorista cumpliendo condena. La mayoría son presos acercados al País Vasco desde otros puntos del país en el traslado masivo de condenados por terrorismo que se ha producido durante el mandato del actual Gobierno de España. Sin ir más lejos, hasta El Dueso, en Cantabria, fue trasladado hace menos de 20 días Jon Bienzobas Arretxe, condenado como autor del asesinato del presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente. Hasta Álava llega también ahora el sanguinario Ignacio Aracama Mendia, alias ‘Makario’, condenado por 7 asesinatos. Pues ellos y otros 17 terroristas condenados son de los pocos presos que en este momento en España pueden recibir visitas en prisión
La situación epidemiológica que viene sufriendo España durante la llamada tercera ola de la pandemia de Covid ha tenido un reflejo obvio y previsible en las cárceles españolas. Cárceles de todo el país han visto disparada la incidencia del virus dejando unas cifras más que preocupantes entre la población reclusa y los trabajadores de prisiones. Desde el inicio de la pandemia en todas las prisiones de España se han contabilizado de manera oficial más de 3.000 contagios y un total de 9 personas fallecidas entre internos y trabajadores. Estas cifras se dispararon sobre todo después del mes de marzo del año pasado. Durante el Estado de Alarma en el que el confinamiento fue extremo apenas se registraron casos en las prisiones. Fue con la apertura a la nueva normalidad, el regreso de los trabajadores externos, como por ejemplo profesores de talleres, y la normalización de las visitas cuando se desataron las cifras. Si ha habido un caso especialmente preocupante ese es el de la cárcel valenciana de Picassent, que a día de hoy mantiene bajo estrecha vigilancia a la mitad de sus 2.000 reclusos tras un contagio masivo que ya va camino de los 300 casos.
Casi todo el mapa en rojo
Con esta situación la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias anunció hace unos días el blindaje total de las cárceles españolas para tratar de frenar esta nueva ola de contagios. OKDIARIO ha tenido acceso a las tablas que simbolizan de manera muy gráfica la situación de todas las cárceles del país y que reproducimos en este artículo: todo suspendido, todo rojo, ni comunicaciones orales, ni íntimas, ni familiares ni de convivencia.
La medida es dura pero necesaria. Hasta ahora los dirigentes penitenciarios del Ministerio del Interior habían cancelado de forma selectiva algunas comunicaciones en algunos centros. Por ejemplo, las comunicaciones de convivencia permiten la presencia de más personas durante más tiempo a la hora de visitar a un recluso, lo que aumenta el riesgo de contagio. Lo mismo pasa con las comunicaciones de familias y qué decir de las íntimas. Todo el que vienen del exterior es un contagiador en potencia. Ahora hasta las visitas de locutorios se han cancelado. Claro que es improbable un contagio a través de un cristal de seguridad, pero si no se permite la entrada de nadie a las cárceles el riesgo de contagiar Covid es mucho menor todavía.
La medida es dura, pero en apariencia efectiva. Entonces, ¿por qué el Ministerio del Interior permite que tres cárceles se la salten? El Dueso, en Cantabria, permite comunicaciones orales, o sea, que personas del exterior entren al centro a sentarse frente a los internos y comuniquen a través de un cristal. Lo mismo se permite en la de San Sebastián, sólo locutorios, pero es que en Álava se permite todo tipo de comunicaciones con presos, menos las de convivencia. Pueden tener contacto físico e íntimo. Estas tres cárceles suman un total de 16 presos que cumplen condena por terrorismo de ETA. Estos centros estarán bajo el control del Gobierno Vasco en breve, en cuanto se traspasen las competencias penitenciarias al País Vasco.
La versión oficial es que, por ejemplo, en Álava, caso muy llamativo porque la cárcel está rodeada de una incidencia de Covid de 653 casos por cada 100.000 habitantes, la permanencia de las comunicaciones se ha decidido tras consulta al juez de vigilancia penitenciaria. En los otros casos atribuyen sus decisiones a que las direcciones de los centros han sopesado riesgos y compensa permitir comunicaciones o a que hay cierto grado de inmunidad contra el virus en según qué cárcel. Lo único cierto es que a esas conclusiones solo han llegado tres cárceles en toda España, las tres en Euskadi o muy cerca y todas con presos de ETA.