Inda y Urreiztieta destaparon la prehistoria del caso Urdangarin en 2006 y la historia moderna en 2011
Una investigación de los periodistas Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta.
Los periodistas Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta destaparon la prehistoria del caso Urdangarin en 2006, cuando Inda era director de El Mundo / El Día de Baleares, y la historia moderna en 2011.
La historia comienza el miércoles 24 de noviembre de 2005, concretamente en el Auditórium del Hotel Meliá Victoria de Palma, con un Inda muy sorprendido por lo que encuentra allí. Así lo cuenta:
«Ocho menos cuarto de la tarde. Llego al Illes Balears Fórum invitado por el mismísimo Iñaki Urdangarin y su cuate Diego Torres. (…) Pasa por mi cabeza «esto es un timo. No me salen las cuentas ni de coña. A un servidor, organizar 15 foros al año (conferencia con 800 personas y cena restringida posterior) le cuesta unos 35.000 euros que salen de las arcas de Rey Sol, la compañía propietaria de la edición local de El Mundo. A los chicos del Instituto Nóos montar un evento de 60 horas de duración, 1.200.000 euros. Un pastizal que apoquina el contribuyente balear. (…) Barrunto para mis adentros antes de que el tan campeonísimo como yernísimo dé el banderazo de salida a un debate en el que Samuel Etoo, Rafa Nadal, la entonces vigente campeona del mundo de gimnasia artística, la manacorí Elena Gómez, el ciclista Joan Horrach, Sergio Sauca y el arriba firmante vamos a disertar sobre el cuento chino que daba nombre al Fórum: “La relación entre turismo y deporte”. En lugar de devanarme los sesos para ver qué carajo contaba sobre una chorrada tan grande, centro mis esfuerzos en analizar la calidad del decorado, el nivel de los participantes e intentar hallar respuesta a tan desaforado presupuesto».
La sentencia del Tribunal Supremo sobre Urdangarin cierra el círculo de un caso que se destapó hace poco más de 12 años. EL MUNDO/El Día de Baleares, dirigido en aquel momento por Eduardo Inda, destapó el caso Urdangarin, que se convertiría en el mayor escándalo político de las últimas décadas. Este martes el Supremo ha decidido ratificar la sentencia de la que fue ponente la magistrada Samantha Romero y que enviará a prisión a Iñaki Urdangarin 6 años y 3 meses.
Bajo la dirección de Inda, la edición de El MUNDO en Baleares había organizado un foro por el que desfilaron personalidades como Mariano Rajoy, Ana Botín, José Bono, Florentino Pérez, Esperanza Aguirre, Joan Laporta o Federico Jiménez Losantos.
La relevancia de estos personajes convertía en un acontecimiento cada una de las conferencias, cuya organización tenía un coste que rondaba los 3.000 euros. Por este motivo, como él mismo ha relatado, Eduardo Inda quedó muy sorprendido al saber que el Congreso de tres días sobre Turismo y Deporte organizado en Mallorca por Iñaki Urdangarin había costado 1,2 millones de euros a las arcas del Govern balear, entonces presidido por Jaume Matas.
La prehistoria
Para tirar del hilo de la investigación fue decisiva la ayuda del entonces portavoz socialista en el Parlament balear, el abogado Antonio Diéguez, un parlamentario hábil e irónico que en aquel momento era el azote del PP de Matas. Gracias a su colaboración, El Mundo/El Día de Baleares pudo acceder al presupuesto de las jornadas organizadas por Urdangarin, lleno de partidas disparatadas, hinchadas artificialmente.
Era sólo el primer paso de un escándalo que el periódico llevó a su portada el 17 de febrero de 2016, con el título «El PSOE desvela supuestos pagos irregulares del Govern a Urdangarin: 1,2 millones a dedo».
La información desvelaba algunos detalles del polémico evento: siempre con cargo a los presupuestos públicos, los organizadores destinaron 60.000 euros a comidas y banquetes. El Govern balear pagó al instituto Nóos de Urdangarin otros 18.000 euros por una página web que nunca llegó a existir. Cada hora del congreso costó 75.000 euros, «ni Ronaldinho cobra eso», criticaba el socialista Antonio Diéguez.
Al día siguiente, 18 de febrero, el diario El Mundo desgranaba otro episodio del escándalo: el Govern había pagado 100.000 euros, tan sólo para los servicios del gabinete de prensa del congreso que se había prolongado durante tres días. El diario también explicaba que el Ejecutivo de Matas había aprobado todos estos gastos mediante un convenio con el Instituto Nóos, incumpliendo así el deber de contratar este servicio mediante un concurso público.
La historia moderna
No sería hasta cuatro años después, en julio de 2010, cuando el juez José Castro le hincó el diente a este asunto, en una pieza separada del caso Palma Arena. Después de que su socio Diego Torres prestara declaración ante el juez, Iñaki Urdangarin quedó imputado en diciembre de 2011. Se iniciaba así un largo proceso judicial, en el que no han faltado presiones al juez instructor y al fiscal Pedro Horrach para evitar que los daños salpicaran a la Casa Real.
Inda y Urreiztieta continuaron desvelando los entresijos del escándalo, una vez judicializado. El 30 de noviembre de 2011 El Mundo publicaba en portada cómo Urdangarin usaba a la Casa Real como gancho para realizar sus negocios y conseguir inflar los ingresos de Nóos. En sus propuestas a los posibles clientes, Urdangarin y su socio Diego Torres incluían en la directiva de su instituto tanto a la infanta Cristina como a su secretario Carlos Revenga como asesor.
Poco a poco se iban conociendo detalles de las corruptelas de Urdangarin. Por ejemplo, que el Instituto Nóos desvió dinero entre los años 2006 y 2007 a una sociedad en el paraíso fiscal de Belice. Dinero, unos 600.000 euros, que para más inri, como se contó el 14 de diciembre de 2011, procedía de una fundación para niños discapacitados.
El 30 de diciembre de 2011 se conocía la imputación del yerno del Rey Juan Carlos acusado por la Fiscalía Anticorrupción de malversación, fraude, falsedad y prevaricación. Añadía el magistrado, en el auto, el «afán desmedido de lucro» de Urdangarin.
Finalmente, el 11 de enero de 2016 se iniciaba el juicio en el que la infanta Cristina se sentó en el banquillo, imputada como cooperadora a título lucrativo en los delitos fiscales cometidos por su marido. Pese a todas las tensiones, la Justicia española había superado la prueba de fuego, al demostrar que todos los españoles, del Rey abajo, son iguales ante la Ley. O al menos, deberían serlo.
La sentencia
Por supuesto, no es una historia edificante ni tiene final feliz. El tribunal de la Audiencia Provincial de Palma presidido por Samantha Romero dio a conocer el veredicto. El marido de la infanta Cristina fue condenado a seis años y tres meses de prisión, mientras que ella fue absuelta con lo que se libró de entrar en prisión.
El tribunal le declaró “autor de un delito continuado de prevaricación en concurso medial con un delito de falsedad en documento público y con undelito de malversación de caudales públicos, por el que se le condena a 2 años y 8 meses de prisión, a una multa de 7 meses y 17 días con una cuota diaria de 10 euros y a 2 años y 7 meses de inhabilitación especial para empleo o cargo público autonómico y local de Baleares”.
También resultó responsable de “un delito de fraude a la Administración Pública, por el que se le condena a 7 meses de prisión y a 4 años y 6 meses de inhabilitación; un delito de tráfico de influencias con 1 año de prisión; un delito contra la Hacienda Pública con 1 año de prisión y una multa de 259.478,38 euros; otro delito contra la Hacienda Pública con 1 año de prisión y 253.075,30 euros de multa”.
La pena de cárcel sumó 6 años y 3 meses además de los 7 años y un mes de inhabilitación especial, a lo que se sumaba la multa que asciende en total a 512.553,68 euros.