EN LA MANIFESTACIÓN DEL 1 DE MAYO

Iglesias recupera a Errejón para la foto tras la crisis abierta en Podemos por la moción de censura

Iglesias y Errejón
Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, en una imagen de archivo. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La crisis abierta entre las bases de Podemos por el anuncio de la moción de censura a Mariano Rajoy ha tenido consecuencias este 1 de mayo. Tras varias semanas de desplantes, Pablo Iglesias ha ‘rescatado’ para la foto conjunta a su ex número dos, Íñigo Errejón, que ha participado, en un segundo plano, en las manifestaciones encabezadas por Podemos. Se trata del primer acto público en el que ambos coinciden desde la Asamblea de Vistalegre, culmen de la guerra abierta entre los sectores que encabezan.

Entre las bases se considera que Iglesias trata así de templar los ánimos de una militancia encendida tras su última iniciativa: plantear, sin apoyos, una moción de censura condenada al fracaso y que ha sido calificada por los propios simpatizantes de «brindis al sol» y «electoralismo barato». Entre los más críticos se advierte además de las consecuencias de cara a futuras elecciones, al situar al partido en una órbita cada vez más populista. 

Existe otro motivo de malestar: y es que Iglesias hubiese anunciado la iniciativa sin consultarles previamente. Un extremo que la formación intentó solventar un día después, cuando varios dirigentes aseguraron que esa consulta sí se llevaría a cabo, aunque sin aclarar si el resultado sería vinculante. Según ha podido saber OKDIARIO,  varios círculos acudieron al Comité de Garantías para que se obligase a la dirección a escuchar a la militancia.

No obstante, la decisión ha agrandado la brecha entre quienes apoyan y discrepan de la política «espectáculo» del líder de Podemos, estos últimos, liderados por Errejón. En este sector se ha optado por mantener un perfil discreto ante las últimas decisiones de la dirección del partido, incluido el polémico ‘Tramabús’, y se ha mantenido un calculado silencio frente a ‘desplantes’ como el veto para que el exnúmero dos participe en la tertulia del programa Hora 25, en la Cadena SER, la única ventana mediática de que disponía.

Desde la Asamblea de Vistalegre, y mientras la corriente del secretario general ha ido escalando en los puestos clave de poder, el ahora secretario de Análisis Estratégico ha mantenido un perfil mucho más bajo.

De hecho, el primer acto conjunto entre ambos sectores estaba previsto para este 2 de mayo, una gran movilización en Madrid-‘Madrid se levanta’- en rechazo al último escándalo de corrupción del PP y que servirá de avance de la consulta que Podemos quiere hacer entre sus bases para presentar una moción de censura contra Cristina Cifuentes, y en el que participarán las tres corrientes que se disputaron Vistalegre, ‘pablistas’, ‘errejonistas’ y ‘anticapitalistas’,  alineados en la actualidad con Pablo Iglesias y con un reforzado papel interno.

Pero la diferencia irreconciliable entre ‘pablistas’ y ‘errejonistas’-los primeros, partidarios de agitar la movilización en la calle, y los segundos, de centrarse en el trabajo desde las instituciones-sigue agrandando la fractura entre las bases.

Entre estos últimos se reprochó a Iglesias que hubiese adelantado los planes de una moción de censura, una medida de evidente impacto mediático y calado estratégico, de una forma tan precipitada y sin tener ningún apoyo cerrado. De hecho, el rotundo rechazo del resto de partidos no ha hecho sino incrementar el sabor de la derrota: desde el PSOE se apresuraron a acusar a Iglesias de actuar de «mala fe» y de haberles engañado hace un año, cuando impidieron la investidura del entonces candidato socialista, Pedro Sánchez. La misma respuesta recibieron de Ciudadanos o PNV: formaciones que reprocharon, además, el que se les hubiese avisado con apenas quince minutos de adelanto.

En fuentes de esta corriente se interpretan además los últimos desplantes en público de Iglesias contra Errejón como parte de una estrategia para desgastarlo y que, finalmente, no sea el candidato para la Comunidad de Madrid, en 2019. Ese acuerdo, que se fraguó entre ambos en la resaca de Vistalegre II, no se ha formalizado posteriormente, y abre la puerta a que desde este sector se especule con que la verdadera apuesta de Iglesias es Ramón Espinar, secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid.

Iglesias trata ahora de forzar la visibilidad a su antiguo número dos, según personas de su entorno, cansado del papel al que se le ha relegado desde la dirección. Centrado en la actualidad en su portavocía en la Comisión Constitucional, su posición sobre la estrategia que ha de seguir el partido choca frontalmente con la que planea Iglesias: una temporada caliente de contestación en la calle, huelga general incluida.

 

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