Iglesias quiere que Mayoral sustituya a Pascual como ‘número 3’ de Podemos

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Pablo Iglesias junto a Monedero e Íñigo Errejón, en un acto de Podemos (Foto: Pedro Blázquez/Getty)

Los nervios y el descontrol destapan el Pablo Iglesias autoritario que quiere imponer a ‘dedazo’ a su hombre de confianza, Rafa Mayoral, en sustitución del cesado Sergio Pascual. El sector crítico y ‘Errejonista’ insiste en que Iglesias quiere imponer su autoridad «colocando a sus hombres» y «lo que debe de hacer es convocar un Consejo Ciudadano Estatal (el máximo órgano del partido), que ya toca, para hablar todos y cerrar la crisis con democracia», insisten. Hasta el momento es Iglesias quien gestiona de manera interina las funciones de este cargo. Fuentes del partido apuntan que el sector ‘Pablista’ ya estaría ‘maniobrando’ para preparar su candidatura y nombrar en ese mismo Consejo a Mayoral para tener más cuota de poder en la ‘cúpula’ de la formación morada.

El líder de Podemos decidió dar un golpe de autoridad hace dos días fulminando de manera sorprendente a su ‘número tres’ como secretario de Organización. En lugar de apaciguar la grave crisis interna por la que pasa el partido, Iglesias la agudizó destituyendo al hombre de confianza de Íñigo Errejón. El líder de Podemos llamó esta mañana a los secretarios territoriales para emplazarles a una reunión este viernes en la madrileña sede de Princesa. En principio, y según fuentes de la organización, acudirá él solo, sin Errejón, para poner orden en los territorios díscolos de Podemos y marcarles una hoja de ruta común para encarrilar el partido.

Mayoral es a Iglesias como Pascual era a Errejón. Ahora, el líder de Podemos se afianza cuotas de poder al mantener a su otro hombre, Luis Alegre, al frente de la federación madrileña. Mayoral era líder de la Juventudes Comunistas cuando conoció a Pablo Iglesias. Ambos eran compañeros de fatigas políticas y alguna que otra manifestación. Actualmente, Mayoral ocupa la Secretaría de Relación con la Sociedad Civil y Movimientos Social. Ha sido el encargado, junto a Alegre y otros ‘Pablistas’ más, de apagar el fuego entre las bases y dar normalidad en los medios.

Curiosamente fue Mayoral quien fichó a Irene Montero, la persona de máxima confianza en estos momentos de Pablo Iglesias. El dirigente cercano al líder de Podemos hizo unas duras declaraciones hacia su excompañero cesado diciendo que había errores “evidentes” cometidos en su ámbito de actuación en los últimos tiempos que requerían una “reorientación” de la política organizativa y territorial del partido.

Mayoral reconoció que Podemos es una organización que se ha hecho en muy poco tiempo y se han ido produciendo «roces» y «problemas evidentes» en la construcción territorial que obligan a reorientar el trabajo organizativo. Pero entre los críticos y contrarios a que Iglesias oficie este ‘dedazo’, se encuentra el portavoz de Podemos en la Comisión de Empleo del Congreso, Alberto Rodríguez, quien consideró «justo» que el Consejo Ciudadano Estatal, el máximo órgano del partido, se pronunciara sobre el relevo de Pascual. «Nosotros somos una organización nueva y diferente que intentamos resolver los errores que ocurren internamente democráticamente», remarcó.

El silencio de los ‘Errejonistas’ amenaza con un Congreso antes del verano

El ‘número dos’ de Podemos, Iñigo Errejón, sigue sin dar la cara tras la dimisión de Pascual. Permanece en silencio sopesando los próximos movimientos como el sector ‘Errejonista’ que no descarta ningún escenario ante la afrenta. Los críticos e incluso dirigentes que no están alineados no niegan que haya un Congreso antes del verano para marcar nueva hoja de ruta e incluso situar al frente nuevas caras. En estos momentos, esto estaría en manos de los ‘Errejonistas’. Para forzar a hacer un Congreso que replantease los cimientos del partido, sería necesario que dimitiese la mitad del Consejo Ciudadano Estatal, que es el órgano de dirección del partido y que cuenta con una mayoría clara de ‘Errejonistas’. Dicho consejo se está retrasando porque ya debería de haberse convocado por mandato estatutario y, según los críticos, la próxima cita no se podrá retrasar más allá de la primera semana de abril.

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