Tenía 22 años

La historia real de la policía Elena Tejada en la que está basada ‘La infiltrada’

Tras ser descubierta, ETA comenzó a colgar carteles con su cara y la de sus familiares

Elena Tejada infiltrada
Teaser de 'La infiltrada' (EP)

La historia que ha inspirado a La infiltrada, la película que ha ganado dos premios Goya (mejor película y mejor actriz protagonista) este sábado, trata sobre Elena Tejada, una policía que en 1997 tuvo que dejar su vida atrás para infiltrarse con un nombre falso, Aranzazu Berradre Marín, en la organización terrorista ETA.

Tejada se convirtió, con 22 años, en la primera mujer en infiltrarse de forma exitosa en un grupo armado, para lo que tuvo que cortar lazos familiares y desprenderse de todo lo que conocía para adentrarse en el Comando Donosti, uno de los más violentos y sanguinarios de la historia de ETA. Durante los años 1998 y 1999, Tejada recolecto mucha información sobre la falsa tregua que hubo en la que ETA aprovechó para reorganizar sus aparatos criminales.

Elena Tejada comenzó su infiltración desde los puestos más bajos de la jerarquía de la banda. Aprovechando que era de Logroño, regresó allí, donde comenzó a frecuentar ciertos ambientes que le permitieron crear un pasado para su nueva identidad. El objetivo que Tejada tenía era claro, dejarse ver, al mismo tiempo que debía empezar a borrar los rastros de su anterior vida, todo esto para que no hubiera ningún indicio que la pudiera delatar.

Y era debido a su condición de infiltrada que la agente tuvo que tener una implicación máxima en el comando. Al momento de trasladarse a San Sebastián, y ya bajo su nueva identidad, empezó a trabajar en una carnicería frecuentada por personas de la izquierda abertzale, a acudir a la calle Juan Bilbao y a entrar en el Herriko Taberna. Su meta era que comenzasen a conocer su cara.

Fue en 1997 cuando la Tejada comenzó a ver los frutos de su operación, ya que uno de los camareros de la taberna le entregó una nota escrita por José Javier Arizcuren Ruiz, jefe militar de ETA, lo que significó que ya la habían captado.

El final de su infiltración

Su tapadera fue finalmente destapada cuando se llevó a cabo la detención de Kepa Echevarría y Sergio Polo en un piso franco de ETA. Estos dos cabecillas tenían la intención de huir a Francia, pero la información facilitada por Elena Tejada fue clave para interceptar su ruta y proceder a su captura.

Tras esto, las ganas de venganza por parte de los terroristas se hicieron notar, debido a que comenzaron a colgar numerosos carteles con su cara y con la de sus padres. Esto obligó a la agente a huir con sus familiares al extranjero, donde comenzó una nueva vida.

Como operación policial, la infiltración de Elena Tejada en ETA supuso uno de los mayores éxitos de la Policía Nacional, ya que, además de destapar la mencionada falsa tregua, dio a conocer las intenciones de sus dirigentes, algo que fue clave para que las autoridades se adelantaran a los terroristas.

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