La Guardia Civil advierte a Marlaska: los CDR compraron explosivos sin que saltara el sistema de alerta
Falló el sistema. Las alertas que deberían haber saltado no lo hicieron cuando los CDR detenidos adquirieron los precursores para fabricar material explosivo. Esto ha preocupado a la Guardia Civil que se lo ha hecho llegar al ministro Fernando Grande-Marlaska.
Los CDR encarcelados por terrorismo se sabían bien la lección para comprar los precursores para fabricar explosivos sin levantar sospechas. No mostrar ninguna oposición a facilitar los datos personales, conocer bien el producto, comprarlo en varios sitios y nunca pagar con grandes cantidades de efectivo.
La Guardia Civil ha constatado que el sistema de alerta que se puso en marcha tras los atentados terroristas en Barcelona de 2017 «no ha funcionado». Nadie les alertó de que había una serie de personas adquiriendo productos de uso profesional con los que se pueden fabricar bombas. No hubo ninguna alarma, y eso preocupa. Así lo ha trasmitido la Guardia Civil al Ministerio del Interior.
Los miembros de este Equipo de Respuesta Táctico, como se había autodenominado el ‘comando’ de los CDR desarticulado el pasado lunes, se dirigieron a establecimientos cercanos a su zona de residencia. Primer acierto: nadie sospecharía de unos ‘vecinos’ de toda la vida del municipio.
Las compras se realizaron en varias veces. Segundo de sus aciertos. Compraban pequeñas cantidades de sustancia químicas y explicaban el supuesto uso que les daría. Conocían los usos que se le puede dar al decapante, al polvo de aluminio o a la parafina en cantidades industriales. Nadie sospechó.
El ‘comando’ se aprovechaban de la nueva ley europea que rige la compra y venta de estos productos. Una normativa que creada en los últimos años para evitar la fabricación de explosivos caseros por parte de células yihadistas radicadas en suelo europeo, y que obliga a quien adquiere este tipo de productos susceptibles de una utilización ilícita a identificarse y a demostrar que le va a dar un uso profesional.
Los CDR compraron ácido sulfúrico, parafina, polvo de aluminio, decapante de uso industrial y gasolina para preparar actos violentos con artefactos explosivos que los harían coincidir con el aniversario del referéndum ilegal del 1-O y la sentencia del ‘proces’. Las compras se alargaron durante un año. Poco a poco, fueron acumulando cantidades significativas de estos precursores. Sin encender ninguna alarma, recalcan fuentes de la investigación.
Un ejemplo de ello es el nitrato amónico que se les encontró. La base de muchos fertilizantes y abonos industriales. Su compra está muy restringida, ya que sirve de base para fabricar multitud de sustancias de gran poder explosivo. Entre ellas el amonal, uno de los explosivos que la Guardia Civil sospecha que se estaba fabricando.
Tras los atentados de Barcelona, el Ministerio del Interior se propuso instruir a las firmas que comercian con productos agrícolas e industriales para que diesen la voz de alarma si veían cualquier compra sospechosa. Pedir al cliente el DNI, preguntar el uso que se le va a dar, pedir alguna prueba de su uso profesional, apuntar los datos del comprador…
Sin embargo, en el caso de los CDR la Guardia Civil ha constatado que al tratarse de ciudadanos españoles sin antecedentes, que no ponían problemas para facilitar su identificación y que solicitaban pequeñas cantidades, ningún comercial sospechó de ellos.
Interior ha incidido mucho en el control de estas sustancias desde el verano de 2018. Justo un año después de que los terroristas de Alcanar hiciesen volar por los aires el chalet donde preparaban 300 kilogramos de TATP, la infame ‘Madre de Satán’ tan popular entre los yihadistas con la que querían cometer una masacre en Barcelona. Todos los ingredientes fueron adquiridos, también, sin levantar sospechas.