Centro Nacional de Inteligencia (CNI)

El Gobierno deja el uso de los fondos reservados fuera de la Comisión del CNI en la que entrará Iglesias

CNI
Pablo Iglesias y las instalaciones del CNI.
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez ha forzado la máquina legal para dar cabida a Pablo Iglesias en la Comisión Delegada de Inteligencia, el organismo que controla las grandes operaciones del CNI. Pero aislará determinados temas de esa comisión para evitar que el vicepresidente y líder de Podemos acceda a algunas materias especialmente sensibles.

Uno de los asuntos que no pasará por ese organismo será el que afecte a los fondos reservados: tan sólo se dará cuenta de su uso en la Comisión Parlamentaria de Secretos, pero no se debatirá su uso estratégico con el líder morado en la Comisión Delegada de Inteligencia.

El número de reuniones anuales de la Comisión Delegada de Inteligencia que acaba de abrir sus puertas a Pablo Iglesias se limitará a dos. Una por semestre. Debatirá las grandes líneas de los planes de inteligencia. Incluso permitirá al vicepresidente morado -gran adorador de Chávez, como él mismo proclamó- acceder a planes de Estado sobre la postura nacional frente a Venezuela u otras narcodictaduras. Pero no le permitirá bajar al detalle de las operaciones. “Eso es materia exclusiva del CNI y no se debatirá en esa comisión”, señala a OKDIARIO una fuente conocedora del desarrollo de la comisión.

De ese modo, asuntos absolutamente delicados por lo reservado del nivel de los datos económicos y personales implicados, como es el apartado de los fondos reservados, no pasarán por delante de los ojos de Pablo Iglesias.

Y es que toda cautela será poca. Porque lo cierto es que esa comisión delegada está considerada una de las más delicadas, hasta el punto de que todos los miembros de sus discusiones tienen obligación de guardar secreto absoluto sobre su contenido.

Desde las filas del propio PSOE reconocen que la entrada de Pablo Iglesias en esta comisión causará un motivo claro de pérdida de credibilidad internacional. Ninguna de las potencias amigas tradicionales de España verá con buenos ojos la incorporación a la mesa, donde se debaten secretos de Estado nacionales e internacionales, de alguien que comparte lazos con la Venezuela chavista, con Irán o con ex dirigentes como Rafael Correa o Evo Morales.

Investigaciones abiertas

La entrada de Iglesias, además, coincide con el avance de la DEA estadounidense en sus investigaciones sobre los vínculos del chavismo venezolano, con el acelero de la Fiscalía de Bolivia para conocer los pagos de Evo Morales a los fundadores de Podemos, y con el paso del Tribunal Supremo de Venezuela en el exilio para aglutinar a Ecuador y Brasil en las investigaciones por la financiación de Podemos. Factores todos que preocupan no sólo a esos organismos, sino también a Estados Unidos.

La entrada de Iglesias en esta comisión supone que el líder morado conocerá de primera mano los secretos de Estado, las operaciones realizadas o por realizar en materia de inteligencia estratégica y las peticiones de colaboración que realicen en este aspecto otros países. Y algunas de esas operaciones o planes estratégicos supondrán posicionamientos confidenciales de España sobre asuntos de la mayor relevancia internacional. Por ejemplo, sobre el posicionamiento de España frente a las narcodictaduras como Venezuela. O, sólo por poner otro ejemplo, sobre el papel de España frente a Irán e Israel.

De hecho, uno de los primeros platos que se puede encontrar en la mesa Iglesias le interesará, a buen seguro. La DEA -la Agencia Antidroga de EEUU- avanza en su investigación contra las ramificaciones de la narcodictadura de Nicolás Maduro. Y en esa investigación se ha topado con la salida masiva de dinero de Venezuela hacia focos políticos. Esos datos ya están siendo investigados por el Tribunal Supremo de Venezuela en el exilio para analizar el destino de dinero a los fundadores de Podemos. Y una de las rutas detectadas acaba precisamente en España.

Es un secreto si la DEA ha pedido ayuda a España en esa investigación, pero, si lo hubiera hecho o lo pensara hacer, cosa nada descabellada, esa decisión sería valorada en esa comisión.

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