FAES cree que Sánchez da un paso más en su «extravío» al comparar Cataluña y Quebec
La fundación FAES considera que Pedro Sánchez, en «su creciente extravío a la hora de afrontar el desafío secesionista» ha dado un paso más al poner a Quebec como ejemplo para Cataluña. A su entender, la política puede dar soluciones pero «todas ellas pasan por la ley y ninguna se sitúa al margen de ésta».
Mal ejemplo
En su análisis, el director de FAES, Javier Zarzalejos, critica la admiración de Sánchez por el proceso de secesión «felizmente fallido» en Canadá, un episodio político que fue, a su juicio, de «desoladora confusión». Esa supuesta solución, subraya, fue en 1995 de acuerdo con lo establecido en la llamada ‘Ley de Claridad’, un logro de los federalistas canadienses para establecer las condiciones en las que sería posible contemplar la secesión de un territorio.
FAES recuerda que la ‘Ley de la Claridad se establece para un Estado -Canadá- que «se reconoce divisible». Y esta diferencia, que ve «sustancial», ha hecho que sea Stéphane Dion, padre de esa norma canadiense y arquitecto político del proceso, el que ha negado que este fuera aplicable a España.
Ataque al artículo 2
De hecho, Zarzalejos recuerda declaraciones de Dion en los últimos años como cuando dijo que «si en la Constitución de Canadá hubiera habido algo como el artículo 2 de la española», que declara la indisoluble unidad de la nación, habrían «alegado que habría que respetar la Constitución» y que «hay todo un proceso para hacerlo».
Preguntado por el federalismo como un modelo útil para encauzar movimientos separatistas, Dion respondió: «Puede ser un remedio en algunos países. Pero frente a los separatismos nacionalistas hay poco que hacer. No sirve de nada ofrecerles 10, porque entonces quieren 20, y después 50, y después 100. Lo que quieren es su propia bandera, su propio asiento en Naciones Unidas. No es que no tengan suficientes poderes o universidades, es una cuestión de identidad».
El director de FAES considera que en el razonamiento del presidente del Gobierno «hay mucho que se pierde en su negligente traducción del caso quebequés». «La política puede dar soluciones, sí, pero todas ellas pasan por la ley y ninguna se sitúa al margen de esta», advierte.