España adiestra en francés al futuro ejército de Malí
El campo de entrenamiento de Koulikoro se encuentra situado a unos 60 kilómetros de Bamako, en uno de los márgenes del río Níger. Desde allí parten cada día los militares españoles destinados en la misión europea EUTM-Mali y que instruyen a reclutas malienses en el uso de morteros, artillería o los forman como comandos o tiradores de precisión. «Son cursos a demanda, según nos pidan las fuerzas armadas de Malí, nosotros les impartimos esas áreas como otros de los 25 países que componen la misión europea EUTM (Misión de Entrenamiento de la UE) les dan otras», explica sobre el terreno el coronel Ignacio Olozábal.
Allí entrenan cada jornada desde el amanecer los alumnos del centro ‘Boubacar Sada Sy’, en una base cedida por el gobierno de Malí y en la que comparten sede la Escuela de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas malienses con la Academia Militar en la que participan ejércitos como el de España.
«Son cursos que van desde lo más básico en la instrucción militar para evitar accidentes, y que pueden durar de dos semanas a dos meses», nos cuenta el responsable del contingente español. Tras desplazarnos en un convoy hasta la zona de adiestramiento, a bordo de un vehículo blindado RG-31 del Ejército de Tierra, nos despojamos del equipo de protección: casco y chaleco antibalas. Precauciones imprescindibles en un país objetivo del terrorismo yihadista, y al que Europa ayuda a combatir la amenaza preparando a su ejército.Mientras un pelotón de soldados malienses preparan el ejercicio de mortero, el coronel explica cómo se dan las órdenes a los instructores.»Se hace en francés, aunque muchos de ellos hablan la lengua local, el mambara por lo que también contamos con intérpretes.Pero aunque los nuestros se dirijan a ellos en inglés, de tanto repetir los ejercicios ¡Ya entienden muchas cosas en español!», bromea.
Una vez dispuestos, la docena de soldados malienses toma posición, y a una señal salen corriendo por la pista de tierra ocre que alfombra un país del tamaño de España y Francia juntas y con apenas 18 millones de habitantes.
En el lugar convenido, y con el sargento Javier Jiménez muy pendiente de sus evoluciones, en sólo unos minutos los avezados alumnos montan el mortero.Una vez concluido, y entre gritos de júbilo reciben el visto bueno de los instructores Es el momento de volver al punto de partida y repetir el ejercicio.»Ellos contaban con morteros pero los preparaban y disparaban a ojo, sin cálculo ni seguridad alguna, y aquí aprenden.España no aporta ningún material, ni uniformes, ni armas ni munición: el armamento es de procedencia rusa o china y todo pertenece a las fuerzas armadas de Malí», informa este cordobés que se muestra encantado con sus pupilos: «Tienen una disciplina excelente y un entusiasmo extraordinario.Saben que se preparan para ayudar a su país ante las amenazas de terroristas o grupos armados como los que funcionan en el norte y controlan el tráfico de drogas, armas o de seres humanos».
292 militares españoles
Una vez concluidas las prácticas, las tropas españolas nos escoltan hasta la base de Koulikoro.Una auténtica ciudad en miniatura dotada de un espectacular hospital de campaña y que unidades alemanas nos enseñan como el orgullo de la base donde en sus calles forman y marchan entre cánticos los batallones malienses.En Koulikoro se encuentran destinados 105 españoles dentro de los 420 efectivos con que cuenta la fuerza multinacional en este campo de entrenamiento. España está, junto con Francia, a la cabeza.
Nuestro país aporta 10 instructores de operaciones especiales, 12 de artillería y morteros, 82 de la Fuerza de Protección y uno de apoyo. Han colaborado en la graduación de tres batallones (de 700 efectivos cada uno).El cuarto saldrá de esta academia en unos días. A partir de mayo, la llamada «fábrica de batallones» comenzará a formar a otros cuatro destacamentos, con soldados y cadetes: los futuros oficiales de un ejército regular que alcanzará los 41.000 efectivos en 2019.
Las tropas españolas no sólo prestan funciones de adiestramiento, sino de protección y escolta de los propios instructores.Lo hacen junto a belgas, polacos, holandeses y luxemburgueses. Una tarea que desde ahora también corresponderá supervisar al nuevo mando de esta misión de la UE, el general Enrique Millán, que tendrá bajo sus órdenes a casi 600 hombres y mujeres entre Koulikoro, la capital, Banano y otros puntos del país africano. Un bastión clave en la lucha contra el terrorismo yihadista y en el que el ejército español sumará hasta 292 militares.