ERC se prepara para la repetición electoral ante el rechazo de sus bases a hacer presidente a Illa
Los de Oriol Junqueras fían otra cita con las urnas a una resignada esperanza: "No nos puede ir peor"
ERC ya piensa más en una repetición de elecciones en otoño que en la investidura de un president efectivo en Cataluña. Tras digerir los malos resultados del 12 de mayo, y tras dos semanas de reuniones a todos los niveles, la dirección encabezada por Oriol Junqueras ha activado la maquinaria para volver a las urnas tras constatar el rechazo de las bases a investir al ganador de los comicios, Salvador Illa.
Marta Rovira, secretaria general de ERC y responsable de las negociaciones, se reunió el pasado viernes de forma telemática con los cuadros del partido para sondearles si están preparados y dispuestos para encarar una segunda campaña electoral antes de acabar el año. Y la respuesta fue afirmativa. «Antes unas nuevas elecciones que tener que apoyar según qué», expresa un dirigente republicano. La sensación generalizada en la sede de los de Junqueras es que «no nos puede ir peor».
Aunque la propia Rovira aboga por un acercamiento a Junts, algo que ella ya hizo durante la campaña, la mayoría en ERC considera que esta aproximación «nunca se va a realizar antes de una repetición electoral». Las diferencias que existen entre ambos aún son muchas y hay muchas heridas que curar antes de volver a la senda del entendimiento. De momento, ERC y Junts ya negocian de tú a tú, sin demasiados rencores, la formación de una Mesa del Parlament que deje fuera del poder al PSC que ganó las elecciones.
Ronda de reuniones
El partido está consultando a sus dirigentes territoriales para conocer la opinión de la militancia desde mediados de la semana pasada. Las agrupaciones locales, comarcales y provinciales han pedido mayoritariamente a la dirección reforzar el valor de los diputados republicanos en las negociaciones. Es decir, no ceder sus veinte votos sin contraprestaciones trascendentes.
Tras esa ronda de contactos, que ha llevado a cabo personalmente la secretaria general, Marta Rovira, los republicanos aseguran estar preparados para encarar unas nuevas elecciones catalanas. Rovira, una de las principales beneficiadas por la amnistía y fugada en Suiza, es la responsable de las negociaciones con el resto de formaciones.
Pero la dirección ha recordado que la posición de la formación en una posible investidura la decidirá finalmente la militancia en una consulta interna, cuyas bases las decidirá el Consell Nacional de ERC el próximo 15 de junio. El referéndum entre las bases se prevé para la semana posterior, a partir del 19 de junio, una semana antes de que se produzca en el Parlament el primer intento para investir a un diputado nuevo president de la Generalitat.
La posición que defiende la dirección, y a la que Calabria espera arrastrar a las bases, a través de estos encuentros a nivel municipal, es la de «desvincularnos» por completo de la solución del próximo Govern. La misma noche electoral, ERC ya advirtió que su voluntad era la de pasar a la oposición, «dónde nos han puesto los ciudadanos con su voto».
Oriol Junqueras y Pere Aragonés, que abandonarán sus cargos en breve como respuesta a esa derrota en las urnas, también señalaron que «corresponde al PSC y Junts entenderse para evitar la repetición electoral». Quitándose así de encima cualquier responsabilidad de un fracaso postelectoral.
La Mesa del Parlament
En la reunión de la dirección de ERC de este lunes, la mayoría de los dirigentes han convenido alejar la posibilidad de pactar la Mesa del Parlament con el PSC. Los de Oriol Junqueras trabajan con la «prioridad» de que el máximo órgano de dirección del Parlament sea «antirrepresivo», tanto para garantizar el voto de los diputados «exiliados» como para que se permita «hablar de todo».
Un total de tres diputados, el republicano Ruben Wagensberg y de los de Junts Carles Puigdemont y Lluis Puig, asumirán su escaño en el pleno del 10 de junio desde el extranjero para evitar a la Justicia. En la reunión de la dirección de ERC la mayoría han convenido que deben garantizar los «derechos políticos» del diputado republicano.