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Bildu ganará las elecciones y el PSOE decidirá quién gobierna el País Vasco

Por primera vez, Bildu será la fuerza más votada, pero la gobernabilidad está en manos del PSOE

El partido de Arnaldo Otegi da un 'sorpasso' histórico al PNV: 29 escaños frente a 27

Encuesta País Vasco
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Por primera vez, Bildu sería la fuerza ganadora en las elecciones en el País Vasco. El partido de Arnaldo Otegi parece rentabilizar las múltiples cesiones del Gobierno de Pedro Sánchez y se perfila como el vencedor de los comicios del próximo domingo, firmando así el sorpasso al PNV, que ha sido hegemónico en esta comunidad y el ganador en escaños en todas las elecciones autonómicas desde 1980. Para consumarse el vuelco histórico en el gobierno, no obstante, se precisará del concurso del PSOE. Los socialistas tienen en su mano decidir si dejan gobernar a la marca heredera de Batasuna o, por el contrario, apoyan a los peneuvistas. Ambos partidos son sus socios en el Gobierno y la decisión aboca a inevitables consecuencias para la legislatura. Bildu ya avanza sus planes: un referéndum de independencia.

El sondeo de Data10 para OKDIARIO, el último que se publica antes de la celebración de los comicios, arroja un resultado inédito en el País Vasco. Bildu -partido dirigido por condenados por terrorismo como el propio Otegi y por el último jefe de ETA, David Pla- se proclamaría ganador, con 29 escaños (34,4%). La diferencia con el PNV (27 escaños, 34,2%) es mínima (2.152 votos), pero enormemente simbólica. La formación de Andoni Ortuzar, que no ha apostado por el lehendakari Iñigo Urkullu, se vería así desplazada por primera vez como fuerza de gobierno. En cualquier caso, ningún partido lograría en primera votación la mayoría absoluta necesaria para gobernar (38 escaños), y ahí entra en juego la dinámica de pactos.

La ley electoral del País Vasco es singular, en tanto, si en la primera votación ningún candidato obtiene la mayoría absoluta, ganará el que obtenga más votos en una segunda votación. En ningún caso se puede votar no, sólo o abstención.

El PSOE tiene que retratarse

Esta circunstancia obliga al PSOE a retratarse ante sus socios. Si los socialistas dan sus 10 escaños (13,1%) a Bildu, no cabría otra opción de gobierno y ambos aliados alcanzarían la mayoría absoluta. Si hacen lo propio con el PNV, tampoco (aunque no tendrían mayoría). Un acuerdo entre el PNV y el PP lograría 34 escaños, suficientes para gobernar si no existe otra suma alternativa. El escenario, pues, es endiablado para el PSOE, que inevitablemente tendrá que determinar quién ostenta la Presidencia vasca.

La candidatura de Pello Otxandiano, cabeza de lista de Bildu, es, a mucha distancia, la más beneficiada por el trasvase de voto desde la izquierda. Los proetarras ganan hasta ocho diputados (120.564 votos), en comparación con las autonómicas de hace cuatro años. Parte de ese voto procede del declive del espacio antes liderado por Podemos, un partido que tiene seis diputados y que, con un 2,2% de voto, no lograría esta vez el umbral necesario para obtener representación. Sumar, con el 3,1%, sólo consigue un escaño. Bildu absorbe parte de ese electorado y moviliza aún más a otra bolsa de votantes y se ve impulsado hasta siete puntos por encima de resultado de 2020. 

El PNV, por su parte, pierde cuatro diputados y asiste a un vuelco inédito. Los peneuvistas se dejan cinco puntos con respecto a las últimas elecciones y, si bien obtienen más votos que entonces, el reparto demoscópico con Bildu arroja un resultado dramático para la formación de Imanol Pradales, relevo del hasta ahora lehendakari Urkullu.

El candidato del PSE, Eneko Andueza, logra retener sus actuales 10 escaños, un resultado apático, pero tendrá la clave para decidir la gobernabilidad. En 2020, el PSOE permitió la elección de Urkullu para su tercer mandato consecutivo votando a favor de su investidura, lo que les permitió reeditar el gobierno de coalición con mayoría absoluta (40 escaños de un Parlamento de 75).

Por su parte, el Partido Popular, con Javier de Andrés al frente, mejora mínimamente el resultado de Carlos Iturgáiz (que concurrió en una candidatura junto a Ciudadanos) y sentará a siete diputados en el Parlamento (8,4%), uno más de los que tiene ahora. Vox mantiene su escaño por Álava y mejora su resultado en unas décimas (del 1,96% al 2,3% del voto).

Otro aspecto significativo que revela la encuesta es el aumento de participación, que pasa del 50,78% al 61%. Los electores superan así el millón (1.076.000). 

Pactos

Los partidos han evidenciado en campaña su nerviosismo por los pactos cruzados. El PSOE ha participado en estos comicios con un lema especialmente simbólico, Vota al que decide, que confirma su papel de llave de las últimas legislaturas. La cuestión es que, por primera vez, Bildu está por delante del PNV, lo que deja a Sánchez en una complicada encrucijada: si no apoya a Bildu, ¿cómo justificará que no respalda a la fuerza más votada? El presidente socialista ha reducido al mínimo su presencia en el País Vasco y no ha desvelado sus intenciones. Sin menciones a sus posibles aliados, Sánchez cargó este fin de semana contra PP y Vox. «Ni mil paladas de lodo de ambos van a tapar los éxitos de España», aseveró en su mitin.

Su candidato Andueza ha insistido este lunes en que «en ningún caso» facilitará un Gobierno de Bildu. Pero la volatilidad de las declaraciones y promesas de los socialistas, con Sánchez al frente, provoca inquietud en sus socios. Desde el PNV, Pradales ha respondido que será el presidente del Gobierno el que tomará la decisión y que «es una persona que cambia mucho de opinión».

Mientras, desde la órbita a la izquierda del PSOE se presiona por un acuerdo PSOE-Bildu. Pablo Iglesias auguró la semana pasada que Sánchez dejará gobernar a Bildu si lo necesita para «la estabilidad» en La Moncloa.

Desde el PP, por su parte, tratan de movilizar al electorado avisando que son la única garantía de que no gobernarán los proetarras, como advirtió Feijóo en una entrevista en este periódico.

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