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Elda Mata, presidenta de SCC: «Cataluña es una dictadura y la amnistía un torpedo contra España»

La presidenta de Sociedad Civil Catalana, organizadora de la manifestación del 8-O denuncia: "Nadie nos defiende del miedo, la extorsión y las represalias"

"Los separatistas quieren el chiringuito de la independencia de Cataluña para vivir de eso"

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«Cataluña es una dictadura nacionalista y la amnistía un torpedo a la línea de flotación de España». Es lo que vive, lo que piensa y lo que siente Elda Mata, presidenta de Sociedad Civil Catalana, la entidad que organiza, este domingo 8-O, la manifestación en Barcelona contra la amnistía que quiere ser continuación de aquella otra del 8 de octubre de 2017 contra el golpe de Estado. Elda Mata habla con OKDIARIO en plena vorágine de la preparación del evento al que asistirán numerosas asociaciones civiles, sociales y culturales (no sólo de Cataluña) y, entre otros, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. También, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que fue la primera en confirmar su asistencia y en movilizar al PP de Madrid.

Elda Mata describe en la entrevista con OKDIARIO el miedo, la extorsión y las represalias que sufren silenciosamente, en numerosos barrios y pueblos de Cataluña quienes no son nacionalistas, víctimas de esa «dictadura». Desde el vacío social al acoso administrativo de la Generalitat. «Siempre tenemos que callar nosotros», cuenta al describir las discusiones familiares o entre amigos que han fracturado a los catalanes.

Elda Mata tiene claro que la independencia es un «chiringuito» de los separatistas para vivir de ella. Pide ayuda al resto de españoles porque la ruptura de Cataluña afecta a toda España. «Nadie nos defiende» a quienes padecen a los independentistas que imponen su particular «dictadura» en Cataluña, lamenta. Como lamenta “las cesiones desde Madrid de todos los partidos durante 45 años convirtiendo al independentismo en insaciable”.

Elda Mata recuerda la sensación de alivio que supuso el discurso del Rey Felipe el 3 de octubre de 2017: «Por primera vez alguien, y además el jefe del estado, nos decía ‘no estáis solos’ y que velaría por nosotros». Sin la tensión de entonces, ahora llega un desafío mayor, aunque más silencioso, la amnistía, que -Elda Mata tiene claro- «es el paso previo para la autodeterminación» de Cataluña por parte de quienes cultivan esa «dictadura» que se impone desde los poderes públicos controlados por los independentistas.

Pregunta.- ‘No en mi nombre’ es el lema del 8-O. ¿Por qué?

Respuesta.- Queremos dar voz, como siempre hace Sociedad Civil Catalana, a todos los ciudadanos que no estamos de acuerdo. Entiendo que hay suficientes problemas en la vida y que la gente no tenga ganas de movilizarse. El ‘No en mi nombre’ apela a la responsabilidad de cada uno de nosotros. España irá hacia donde la mayoría impulse. Esta es la anomalía de ahora. Que un grupito muy pequeño de votantes, el 1,6% con siete diputados, decida por todos. Una democracia es el respeto a las minorías. Pero es el Gobierno de las mayorías.

«Torpedo a España»

P.- ¿Qué significa la amnistía?

R.- Sería un torpedo a la línea de flotación de España. De la España de nuestra Constitución, que votamos mayoritariamente en el 78. Es una manera de decir que aquí no ha pasado nada. Que en 2017 no hubo un atentado contra el Estado en el propio parlamento de Cataluña, que no pasó nada el 1 de octubre, que no pasó nada cuando se proclamó la República Catalana Independiente durante ocho segundos. Es borrar esto y decir que España no es una democracia y que, por tanto, lo que pasó, los juicios posteriores, etc. no tenían que haber sucedido. Y de ahí para atrás, también con el otro referéndum ilegal del 9 de noviembre de 2014, que también ha sido juzgado en el Tribunal de Cuentas. Nosotros siempre apostamos por el diálogo, pero con gente mínimamente leal al marco jurídico. Y no es el caso del nacionalismo.

P.- La amnistía, ¿no deja en mal lugar al Rey tras su discurso del 3 de octubre de 2017? ¿Cómo recuerdan aquel discurso? ¿Qué sintieron al ver al Rey?

R.- Sentimos mucho más de lo que se puede imaginar cualquier español en otro rincón de España. Los constitucionalistas en Cataluña llevamos 45 años intentando defender los derechos fundamentales y hemos sido abandonados a nuestra suerte siempre que han interesado los votos del nacionalismo en el Congreso. Que el Jefe del Estado tuviera el gesto de decirnos que no estábamos solos y que él velaría por nosotros… Hasta que no salió Don Felipe parecía que la política [el Gobierno] iba por otro lado. Por eso, Sociedad Civil Catalana convocó la manifestación del 8 de octubre del 2017 como diciendo… ‘Los políticos no sé qué están haciendo’… Tener a Su Majestad con un mensaje tan claro, tan lúcido y tan sentido supuso la primera vez que teníamos la sensación de que realmente no estábamos solos.

P.- Cinco días después llenaron Barcelona. ¿Es importante que quien ahora se sienta abandonado o resignado se agite de nuevo y salga otra vez a la calle?

R.- Es importantísimo porque demostraría madurez en los ciudadanos. En 2017, la situación era tan candente en las calles, tan obvia, que había que salir porque era muy visible lo que estaba pasando: la separación ilegal de España. Ahora es más difícil porque hablamos de una amnistía que no se explica en todo lo que comporta: la desaparición de los delitos y, además, todo el dinero que deben al Estado. Todo lo malversado en caudales públicos para hacer unos referéndums ilegales. Por eso quieren la amnistía, para decir que todo lo que ocurrió fue legal, que el 1-O fue legal y que, por tanto, la DUI (Declaración Unilateral de Independencia) también fue legal. Es un castillo de naipes que va cayendo y es imprescindible pararlo.

«Son insaciables porque se les permite»

P.- El independentismo es insaciable.

R.- Ellos son insaciables porque se les permite. El nacionalismo trabaja para sus propios fines, son profundamente desleales y el bienestar y la igualdad de los españoles les trae al pairo. Todos los gobiernos desde la Transición han transigido. Y no ha sido negociar, han sido cesiones continuas creyendo que la cesión acabaría en algún momento con las ansias de esta gente, pero no. Lo que quieren es tener un chiringuito que se llamaría la República Catalana, muy parecido a una dictadura, y vivir de eso. Sociedad Civil Catalana se opuso a los indultos hace dos años porque sabíamos que les fomentábamos su sensación de impunidad. Es ofensivo para los constitucionalistas que no tenemos reconocidos nuestros derechos fundamentales en Cataluña. Lo siguiente que tenemos ya es la amnistía y lo siguiente será el referéndum.

P.- Dice Sánchez que la convivencia ha mejorado. ¿Se nota aún la fractura social y familiar generada por el independentismo?

R.- Por supuesto que se nota. Hay enfrentamientos en las familias y si no hay más es porque es un tema que se está obviando y en el que somos nosotros los que acabamos callando, los constitucionalistas. Estos últimos años se ha querido dar una pátina de normalidad a Cataluña. Yo niego la mayor. Vivo en un pueblo pequeño de Gerona. Me llegan continuamente ejemplos de otras partes. Es difícil entenderlo porque todas estas cosas se llevan en silencio. Si te están haciendo chantaje es muy difícil poner en juego tus empresas. Estamos solos y al final te encuentras afrontando los temas jurídicos y siendo tú el culpable en lugar de la víctima. Si Puigdemont ha dicho que las cosas van bien es que para el resto de España van mal.

P.- ¿Viven con miedo?

R.- Sí. Hay miedo a hablar. Miedo a expresarse. Yo lo sufro en mi propia familia. Y más ahora con la exposición que tengo. No me he callado nunca. Pero, indudablemente, afecta… los niños en el colegio, las preguntas… Es incómodo. Eso sin contar que si tienes una empresa no puedes visibilizar que eres constitucionalista porque vienen las represalias de la propia Generalitat con cualquier documento que solicites, subvenciones o lo que sea… Perjudicas a tu empresa y a tus trabajadores. Y esto me cuentan empresarios con los que hablo. Me dicen ‘ten en cuenta que tenemos la responsabilidad de los trabajadores… si digo lo que pienso ya sabemos que van a empezar las inspecciones de trabajo, el tema de la lengua, que es continuo’. Y no hay nadie al otro lado, estamos solos. Los ciudadanos que queremos defendernos de este chantaje nacionalista tenemos que afrontarlo con nuestros propios recursos y pleitear contra una administración del Estado, como es la Generalitat de Cataluña, que pagamos con nuestros impuestos. Es absolutamente injusto y demencial.

«Dictadura nacionalista» en Cataluña

P.- ¿Hay una dictadura nacionalista en Cataluña?

R.- Sí. Es un régimen nacionalista que no gobierna para el bienestar de todos los catalanes. El presidente de la Generalitat oficialmente ha conmemorado el 1 de octubre, que fue una ilegalidad flagrante. Y, además, dividiendo a los ciudadanos en bandos. En sus discursos del 1 de octubre, hablando de la independencia en nombre de los catalanes. Él sabe que tienen más representación en el Parlament, pero que la mayoría de los ciudadanos en Cataluña no estamos por la independencia ni muchísimo menos. Es un Gobierno de parte absolutamente, que demuestra su profunda deslealtad como institución porque es parte del Estado. No nos tienen en cuenta. Les damos absolutamente igual.

P.- El domingo van Feijóo y Abascal junto a muchas organizaciones políticas y sociales. ¿Es importante sentir el calor del resto de España?

R.- Es fundamental porque no hablamos de un procés que encapsula Cataluña. El torpedo que comentaba antes es contra la democracia española y contra la soberanía nacional de todos los españoles. Por eso hemos convocado a todas las entidades y asociaciones civiles, además de convocar a todos los ciudadanos que quieran venir. No es una convocatoria de partidos políticos. Estamos muy contentos de que vengan y no me cabe duda de que vendrán personas de todo el espectro político: desde la izquierda a la derecha.

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