La diplomacia española avisa: Marruecos permitirá más llegadas de inmigrantes a Ceuta, Melilla y Canarias
La misma diplomacia española que avisó a Pedro Sánchez de que habría una ola de inmigrantes en Ceuta como respuesta de Marruecos a la decisión de Moncloa de ayudar al líder del Frente Polisario, esa misma diplomacia, acaba de comunicar una nueva previsión nada optimista. Y, una vez más, esa previsión es contraria a la versión oficial que estos días filtra el Gobierno. El servicio diplomático avisa de que la tensión con Marruecos no ha remitido, ni mucho menos, y que en absoluto son descartables nuevas llegadas de inmigrantes a Ceuta, Melilla o Canarias.
Las olas que se esperan no son tan voluminosas como la observada estos pasados días en Ceuta. Pero lo cierto es que pueden convertirse en un gota a gota perfectamente calculado para mantener la presión sobre España.
Los servicios diplomáticos dan por hecho que una nueva llegada de cerca de 10.000 personas en menos de una semana no es demasiado probable. No por la respuesta de España, sino por el aviso a Rabat trasladado desde Bruselas. Y es que la UE ha exigido una parada inmediata de la entrada en Ceuta con permiso de Rabat.
Pero esos mismos servicios han comunicado ya al Ministerio de Exteriores que la forma habitual de actuar de Marruecos implica el mantenimiento de la presión durante toda la negociación. Y esa negociación no ha concluido.
Más dinero
Marruecos reclama un incremento brutal del dinero que recibe por contener la inmigración ilegal, tal y como ha publicado ya OKDIARIO. Rabat asegura que sólo se le financia desde la UE una quinta parte de los costes que asume por haberse convertido de facto en la frontera de choque de los inmigrantes. Y hasta que ese asunto no se dirima, Rabat mantendrá la presión sobre España con más llegadas puntuales de pateras o inmigrantes. Las zonas de estas futuras llegadas están claras para la diplomacia: Ceuta, Melilla y Canarias.
Rabat, de hecho, ha filtrado ya al Gobierno español su negativa a mantener interlocución con la ministra de Exteriores española, Arancha González Laya. El veto a la máxima responsable de las relaciones diplomáticas españolas bloquea, de este modo, cualquier intento de apaciguamiento y se suma a la decisión de Rabat de llamar a consultas a la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich.
Conflicto duradero
La decisión de Marruecos confirma dos aspectos decisivos. El primero de ellos, que el conflicto será duradero y que las consecuencias totales están aún por ver en caso de que España no logre un mecanismo para relajar la tensión generada a raíz de la ayuda prestada por Pedro Sánchez al líder del Frente Polisario. El segundo, que Rabat culpa personalmente a González Laya de la gestión de la hospitalización en Logroño de Brahim Ghali, el jefe del Polisario.
Efectivamente, Marruecos sabe manejar este tipo de negociaciones y nunca relaja la presión de una forma plena hasta lograr, al menos en parte, sus exigencias.
Crisis diplomática
Y la realidad es que España atraviesa uno de sus peores momentos diplomáticos. Este pasado martes, una llamada de Bruselas al Gobierno de Sánchez exigió una respuesta inmediata para frenar la oleada de inmigrantes sin control. Y esa llamada se produjo después de la queja airada de tres países: Alemania, Francia y Holanda, como confirmaron fuentes diplomáticas a OKDIARIO. Tres países del máximo peso en la UE. Tres países que ya se han quejado en reiteradas ocasiones de ser el destino final de muchos de los inmigrantes ilegales que entran a Europa por España. Y tres de los principales países que habrán de pagar el prometido -y aún sin cobrar- rescate económico a España por el Covid.
Y eso implica que las negociaciones se mantienen ya más entre Europa y Marruecos que entre España y Rabat.