La CUP distribuye caretas de Piolín para burlarse de los policías desplazados en Cataluña
La CUP continúa con sus continuas provocaciones e insultos dirigidos a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. La última idea de los antisistema catalanes es proponer a sus simpatizantes lucir caretas caseras de Piolín, el personaje de dibujos animados, en referencia al ferry en el que se alojan los policías nacionales desplazados a Cataluña con motivo del referéndum ilegal del 1 de octubre.
La primera representante de los radicales en lucir en público su máscara del pájaro amarillo ha sido la diputada de la CUP Mireia Boya, quien saltaba a los titulares este verano tras descubrirse que ocultó que era dueña de un hotel rural valorado en 250.000 euros. En un mitin convocado por Ómnium y celebrado este miércoles, Boya ha comenzado su intervención con la citada careta.
Boya, que ha contado entre el público con la asistencia del propio presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, el primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, o el diputado Lluís Llach (JxSí), también ha compartido en Twitter una iniciativa para descargar las plantillas de las caretas puesta en marcha por un perfil anónimo llamado ‘Revuelta Piolín’.
Descarga el PDF para imprimir las caretas de Piolín
Color https://t.co/OVibdWLxS6
Cartulina amarilla https://t.co/SpoYldS8a3#revoltapiolin pic.twitter.com/2uQMc1dB70— Piolin (@RevoltaPiolin) September 27, 2017
La CUP no es el único partido separatista que este miércoles ha utilizado las referencias a la decoración del ferry para tratar de burlarse de la Policía. El diputado del PDeCAT Feliu-Joan Guillaumes ha pedido hoy al Gobierno que «retire la brigada Piolín» de Cataluña, en una intervención en el Congreso que ha provocado que tanto el grupo popular como el socialista en la Cámara Baja le criticaran por hacer «el bufón».
También en la Universidad
Además, los impulsores de las caretas en redes sociales, han repartido ya a lo largo de la tarde plantillas impresas en la Universidad de Barcelona, la misma cuyo rectorado fue ocupado la pasada semana por cientos de jóvenes independentistas que apoyaban el referéndum ilegal.