Los cuatro vicepresidentes autonómicos de Vox mostraron sus reticencias a romper los gobiernos con el PP
Los cuatro vicepresidentes autonómicos que tenía Vox en los gobiernos regionales donde mantenían alianzas con el Partido Popular mostraron, cada uno en distintos grados de intensidad, sus diferencias con la decisión que ya se había tomado en el cuartel general de la formación en la calle Bambú de Madrid. La reunión de emergencia convocada por Vox en la tarde de este jueves para certificar la ruptura de los pactos locales con el PP se alargó más de una hora sobre el horario previsto, y la razón residió en las reticencias que algunos de los dirigentes exhortados a dejar sus puestos estuvieron mostrando.
La decisión estaba ya tomada por la dirección general del partido liderada por Santiago Abascal desde que en la noche del miércoles se difundiera un comunicado en el que se explicitaba que los pactos de Gobierno con el PP se daban por rotos, culpando a Feijóo de haber «obligado» a sus barones a aceptar el reparto voluntario de 327 menas por la geografía nacional, de los que 110 irían a parar a comunidades cogobernadas por populares y Vox. Pero faltaba dar el paso definitivo, tomado en la tarde de este jueves tras la reunión en Madrid, con la presencia de los cuatro vicepresidentes que tenía Vox en los gobiernos autonómicos, a saber, Juan García-Gallardo en Castilla y León, Vicente Barrera en la Comunidad Valenciana, Alejandro Nolasco en Aragón y José Ángel Antelo en la Región de Murcia.
Fueron las reticencias de los vicepresidentes las que retrasaron el anuncio definitivo, especialmente en el caso del valenciano Vicente Barrera, que no quería romper su alianza local con el PP, o del aragonés Alejandro Nolasco, que tampoco quería dejar la vicepresidencia en Aragón, aunque, tal y como relata OKDIARIO, ya avisó telefónicamente al presidente Azcón el miércoles de que tendría que dejar su puesto. El más proclive a seguir las directrices marcadas desde Madrid fue el murciano Antelo, mientras que el castellanoleonés García-Gallardo, que fue el primer dirigente de Vox en alcanzar una vicepresidencia (en abril de 2022) también asumió esta semana que no habría alternativa a la ruptura.
Finalmente, sobre las 21:30 horas de este jueves, comparecía públicamente Santiago Abascal para anunciar la decisión, flanqueado por los cuatro presidentes de Vox en segunda fila. «Una de las decisiones más importantes para Vox», subrayó Abascal: la que pasaba por abandonar la cuota de poder autonómico que había logrado su formación sólo un año después de haberla obtenido, dos en el caso de Castilla y León. La expresión del ya ex vicepresidente de la Comunidad Valenciana (destituido ya por Mazón adelantándose a su dimisión) que muestra la imagen que ilustra esta información describe su falta de adscripción a esta medida. Tras la comparecencia, Barrera evitó abrazar a Abascal y le regateó con un toque en el hombro.
La medida afecta a los cuatro mencionados vicepresidentes y a doce consejeros autonómicos. Vox ha dado este paso después de que este miércoles el PP votase a favor del reparto de 347 menores extranjeros no acompañados por las diferentes comunidades autónomas españolas. La formación conservadora consideró que, de esta manera, el líder del PP «rompió los pactos de gobiernos regionales por su obsesión de arrodillarse ante Sánchez» y convocó una reunión de emergencia para el jueves, en la que anunció que se decidirían los «próximos pasos».
El ultimátum más nítido había llegado el pasado lunes desde la sede de Vox y en boca del propio Abascal: si había pacto por los menas, los Gobiernos regionales llegaban a su fin. El duro tono de Abascal anunciaba que en la dirección del partido se barajaban medidas drásticas si se traspasaba esta línea roja. De esta forma, llega a su fin la era de gobiernos autonómicos compartidos por el PP y Vox: de seis, a ninguno.
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