C´s: «Después de las elecciones vascas hay partido»
A 48 horas de la segunda votación a Mariano Rajoy, de la que, salvo sorpresa mayúscula, saldrá como presidente no investido, la mirada está ya puesta en el 26 de septiembre, día después de los comicios en Galicia y País Vasco.
En el partido de Rivera consideran que esa es la fecha clave para que el candidato del PP pueda tener alguna opción de ser ratificado. Bien porque el PSOE acceda finalmente a la abstención o porque Rajoy sume el apoyo del PNV, que, en cualquier caso, precisaría de otros respaldos.
“Después del 25-S habrá partida”, es el sentir generalizado en la formación naranja.
El escenario sería entonces distinto. El candidato del PNV, Íñigo Urkullu, podría necesitar del apoyo del PP para revalidar como lehendakari-si no quiere caer en brazos de la izquierda abertzale- y el PP sería la clave para llevarle de nuevo a Ajuria Enea.
El portavoz peneuvista, Aitor Esteban, aseguró este miércoles que su partido está siempre “abierto al diálogo” aunque las condiciones son firmes- reconocimiento de la agenda vasca, esto es, amplio autogobierno y consulta- e incompatibles con los de Rivera. Desde la organización naranja creen, no obstante, que la negativa no es rotunda y que tanto desde el PNV como el mismo Rajoy han dejado una “puerta abierta” a explorar esta vía.
«Si no hay un horizonte con urnas las cosas son tan fáciles”, dicen en relación a que a ese acuerdo acabe sumándose también el PSOE, en forma de una abstención. Desde Ciudadanos aseguran, en cualquier caso, que no mantendrán la vigencia del acuerdo de investidura si el PP hace “concesiones” a los nacionalistas.
Fuentes de la dirección naranja ven a Sánchez más preocupado por salvaguardar sus intereses personales que por desbloquear la legislatura. La intervención del líder socialista truncó este miércoles cualquier esperanza de una abstención in extremis, si es que aún existía. Sánchez hilvanó un discurso que fue visto como una “enmienda a la totalidad” a la legislatura de Rajoy.
En Ciudadanos consideran que, con su ‘no’ enrocado, el secretario general del PSOE persigue no solo resistir frente a las presiones de sus barones, sino preservar el liderazgo del PSOE en la izquierda, amenazado por Unidos Podemos.
“Si no existiese Iglesias, se hubieran abstenido hace tiempo”, comparten estas fuentes.
La relación entre los que un día fueron socios de investidura están rotas. Desde Ciudadanos destacan el “silencio sepulcral” que aprecian en el PSOE. Albert Rivera habló con última vez con el dirigente socialista antes del verano, y, desde entonces, la comunicación entre ambos líderes es nula. El acuerdo suscrito el domingo entre PP y C’s fue recibido con frialdad en Ferraz. No hubo llamadas ni mensajes.