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La consejera valenciana de Interior dice que desconocía que existiera un sistema de alerta para móviles

La Generalitat envió la alerta tras recibir una llamada del Gobierno sobre la presa de Forata

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La consejera de Justicia e Interior de la Generalitat valenciana, Salomé Pradas, ha afirmado este jueves que desconocía la existencia del sistema de alertas para informar a la población a través de los teléfonos móviles. Protección Civil envió esta alerta a los valencianos el pasado martes, 29 de octubre, a las 20:11 horas, después de que desde el Ministerio para la Transición Ecológica admitiesen el elevado riesgo de rotura de la presa de Forata, como reveló OKDIARIO.

Pradas ha afirmado que «un técnico» le informó de que existía este mecanismo, después de que el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, de viaje en Colombia, le informase -a las 20 horas- de que no podían garantizar que la presa de Forata aguantase. La consejera ha explicado que este sistema «no está por ahora reglado» en los planes autonómicos de emergencias y que es «un borrador que está en el comité nacional de Protección Civil por aprobar», es decir, depende del Ministerio del Interior.

Sin protocolos

El uso de este sistema no está protocolizado, como afirma Pradas. Interior aprobó en diciembre de 2022 un «protocolo provisional» con una vigencia de seis meses. Entonces se realizaron pruebas en las comunidades autónomas. El sistema está integrado en la Red de Alerta Nacional, gestionado por el Ministerio del Interior a través del Centro Nacional de Seguimiento y Coordinación de Emergencias (CENEM) de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias.

De hecho, el propio presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, pidió al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la revisión de estos protocolos.

La alerta se lanzó después de que el Gobierno, a través del Ministerio para la Transición Ecológica, admitiese el alto riesgo en Forata. Sin embargo, esa presa, que llegó al cien por cien de su capacidad, evitó una tragedia aún mayor. El principal problema estaba en el barranco del Poyo, que arrasó poblaciones como Paiporta. Sin embargo, desde la Confederación Hidrográfica del Júcar no se informó hasta las 18:43 horas del martes de la preocupante situación del barranco.

«Alerta consensuada»

La Generalitat valenciana asegura que la alerta se envió tras consensuarla en la reunión del Centro de Coordinación Operativo Integrado (CECOPI), que se mantenía desde las 5 de la tarde, y «previa deliberación y acuerdo de todos sus integrantes».

Pradas ha insistido en que este sistema «no está por ahora reglado» ni en los planes autonómicos. «Es un borrador que está en el Comité Nacional de Protección Civil por aprobar, pero es cuando nos dan esas informaciones, las únicas verbales, sobre la presa de Forata cuando decidimos activar es-Alert, una decisión aconsejada por los técnicos», ha explicado, en una entrevista en À Punt.

Llamada a las 20:00 h

Como ha revelado OKDIARIO, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, no se puso en contacto con la Generalitat valenciana hasta las ocho de la tarde del mismo martes -cuando varias poblaciones ya estaban inundadas y la situación era dramática en distintas zonas de la región-. A esa hora, como publicó este periódico, Morán telefoneó a la consejera Salomé Pradas, admitiéndole que no podía asegurarle que la presa de Forata -uno de los puntos críticos- pudiese aguantar la crecida del caudal, y que existía un alto riesgo de rotura.

El embalse se encontraba ya entonces en situación crítica, el escenario 3, lo que significaba textualmente una «elevada probabilidad de rotura, resultando prácticamente inevitable que se produzca la onda de avenida generada por la avería o rotura». De romperse esa presa, las consecuencias habrían sido desastrosas por la inundación masiva de las poblaciones ribereñas de la zona.

A esa hora se celebraba la reunión del Centro de Coordinación Operativo Integrado, que había sido convocado por el gobierno de Mazón a las 5 de la tarde, y con asistencia -de forma telemática- de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé.

El alto riesgo, no obstante, estaba en otro punto, la rambla del Poyo, que no recibió la misma atención por parte del Gobierno.

De hecho, como también ha venido publicando este medio, la Confederación Hidrográfica del Júcar, encargada del seguimiento de los caudales, no avisó de la situación hasta las 18:43 horas, cuando ya varias poblaciones estaban inundadas.

Esa comunicación se hizo a través de un simple correo electrónico. Uno entre los 130 que se habían ido remitiendo en ese día y el anterior. En él se informaba, de manera escueta, de un caudal imparable, capaz de arrasar lo que se pusiera por delante: «Valor de 1.686 m³/s mayor de 150 m³/s con tendencia ascendente a las 18:40h».

No se ha dado ninguna explicación a por qué desde las 16:13 horas, cuando se comunicó un valor de «28,7 m³/s menor de 30 m³/s con tendencia descendente» hasta las 18:43 horas, cuando ya alcanzaba los «1.686 m³/s mayor de 150 m³/s con tendencia ascendente» no se remitió ningún aviso.

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