El coladero del Tarajal: 5 sirios, los últimos en entrar en Ceuta desde Marruecos en un goteo diario

El acceso a territorio español desde Marruecos lleva de cabeza a las autoridades españoles desde hace mucho tiempo, pero especialmente desde el pasado mes de mayo. Los que se están mostrando sin duda más vulnerables son los dos pasos ceutíes y especialmente el paso de la playa del Tarajal, parte del litoral africano compartido entre España y Marruecos y dividido por una valla, una verja y un pequeño espigón. Y este es el punto más débil de la frontera, el espigón. Las últimas llegadas desde territorio africano hasta Ceuta han sorprendido incluso a los custodios de la frontera: cinco ciudadanos sirios son los últimos interceptados, a 5.000 kilómetros de su país de origen.

Cuando existe una brecha de entrada a Europa no hay distancia grande para las mafias de inmigración ilegal y trata de seres humanos, y eso es lo que está sucediendo en el vetusto e inseguro paso fronterizo entre España y Marruecos en Ceuta. Pese a los constantes contratos licitados por el Gobierno para modernizar y asegurar esta infraestructura fronteriza, España es incapaz de blindar la entrada a territorio europeo a través del espigón del Tarajal. El gran problema de la valla entre Ceuta y el lado marroquí de esta playa es que ese espigón sólo se adentra una decena de metros en el mar, lo que permite a los inmigrantes ilegales pasar a pie las rocas del espigón y tratar de doblar la valla tocando mar y nadando unos cuantos metros.

Más allá de los acontecimientos del pasado mes de mayo, cuando se estima que entraron en España entre 10.000 y 12.000 personas en apenas 48 horas, fuentes policiales ceutíes aseguran que el paso del Tarajal «es un constante goteo de personas que entran a diario». Hay jornadas que llegan 10 personas, otros cinco, algunos 20, pero lo que se percibe en las últimas fechas es que pueden ser de cualquier nacionalidad. Los últimos en ser interceptados han sido cinco ciudadanos sirios a quienes las mafias han traído a las puertas de Europa después de un viaje de más de 5.000 kilómetros a través de varios países africanos.

Asilos y devoluciones

Antes que a los sirios las autoridades españolas detectaron a ciudadanos guineanos y yemeníes, y antes a varias personas de origen subsahariano y argelino. El cuello de botella que supone la llegada a Ceuta no desanima a los inmigrantes a entrar en la ciudad autónoma, donde lo de menos es ser interceptado ya que las devoluciones a determinados países de origen son en algunos casos prácticamente imposibles de realizar.

Para entender la vulnerabilidad de este paso fronterizo los datos que ofrece el Ministerio del Interior son más que reveladores. Cuando apenas quedan 20 días para que finalice 2021, han entrado en Ceuta de manera ilegal 600 personas por vía marítima, 132 más que en 2020. Pero es que las llegadas terrestres hasta Ceuta se han disparado hasta las 631, que son 448 más que en 2020. En total han entrado en Ceuta 1.231 personas de manera ilegal, lo que supone que más de tres inmigrantes ilegales al día burlaron la valla de Ceuta, y ese es el goteo al que se refieren las autoridades fronterizas.

Para colmo, la presión sufrida por el vallado de Ceuta ha venido acompañada de un sensible descenso de las entradas en Melilla. La conclusión de los especialistas es que los inmigrantes ilegales dispuestos a entrar en Europa, pero sin recursos para seguir pagando a las mafias para, por ejemplo, viajar en patera hasta Canarias, optan por Ceuta como lugar más accesible para penetrar en territorio europeo a través de España.

Los expertos en fronteras aseguran que es incomprensible seguir teniendo un paso como el del Tarajal con un espigón relativamente fácil de salvar y que debería penetrar decenas de metros más en el mar para ser más efectivo. El problema, como casi siempre, es el vecino con quien compartimos el espigón. Mientras que en Melilla la solución pasa por levantar altísimas vallas de manera unilateral, la particularidad de Ceuta es que el espigón está compartido con Marruecos, quien no se ha caracterizado precisamente por su actitud colaborativa con España en materia de inmigración.

Los cinco ciudadanos sirios ya se encuentran custodiados en Ceuta. Pasarán un protocolo Covid, se tramitarán sus solicitudes de asilo y serán objeto de interés del Centro Nacional de Inteligencia. Siria no es precisamente un lugar de procedencia que la Inteligencia Española pueda tomarse a la ligera, independientemente de la evidente vulnerabilidad de nuestra frontera en Ceuta.