Cierre de filas con Casado en una reunión en el Congreso en la que no se mencionó a Ayuso
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, escenificó este lunes el apoyo de su Grupo Parlamentario en un momento delicado para el partido, en plena tensión con Isabel Díaz Ayuso por la Presidencia del PP de Madrid y tras el terremoto por el libro de Cayetana Álvarez de Toledo. Casado recibió el aplauso de un amplio número de diputados y senadores del partido en la Sala Constitucional del Congreso de los Diputados durante la clausura de la mesa de debate Los Valores Constitucionales en la España del Siglo XXI, organizada por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso y la Universidad Católica San Antonio de Murcia.
En las conversaciones en privado con los parlamentarios, según fuentes consultadas por este periódico, no hubo mención a la situación que atraviesa el partido por el pulso en el PP de Madrid.
En público, Casado limitó su discurso a realizar una defensa cerrada de la Constitución frente al «revisionismo histórico» que, criticó, impulsa el PSOE para promover cambios sin contar con el principal partido de la oposición. El presidente del PP defendió que la Transición fue un proceso «transparente y escrupulosamente abierto y democrático» y enfatizó el compromiso de su partido para «defender la Constitución, el pluralismo y el modelo autonómico completo».
En este contexto, recordó cómo en la investidura le dijo a Sánchez que su tarea y la del PP era «ensanchar juntos el espacio de centro» para hacerlo de nuevo tan grande como para que el PP y el PSOE pudieran competir dentro de él, sin hacerse dependientes de los «extremistas».
«Es evidente que ha elegido hacer justo lo contrario, con efectos muy malos para su propio Gobierno, para su partido, para España y para Europa», lamentó el jefe de la oposición.
La exhibición de unidad se produce con la crisis de Madrid aún enconada debido a las diferencias entre Génova y la Puerta del Sol sobre la fecha de celebración del congreso regional -en la dirección nacional son partidarios de que sea en mayo o junio y Ayuso lo prefiere cuanto antes- pero también sobre quién debe liderar el partido. En la cúpula del PP se ha apostado por una tercera vía para separar el poder institucional y orgánico y se insiste en que al congreso «se presentará quien quiera». Mientras, la presidenta madrileña reivindica su derecho a presidir el PP regional -como ocurre en otras comunidades- y se siente avalada por los resultados electorales.
En este tiempo, no se ha podido ver una foto conjunta de Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. La última aparición de ambos fue el pasado 19 de octubre, en la inauguración del Campus IE Tower, en Madrid, y la agenda inmediata no hace previsible un encuentro. El próximo 3 de diciembre, Casado viajará a Atenas para participar en el congreso de Nueva Democracia, al que ha sido invitado por el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, lo que le dificulta asistir a la tradicional recepción en homenaje a la Constitución que organiza la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la Puerta del Sol, sede del Gobierno regional.
Sin sanción de momento
Por otro lado, el Grupo Parlamentario Popular no ha fijado aún la reunión del Consejo de Dirección que abordará la sanción a Cayetana Álvarez de Toledo por romper la disciplina de voto en la elección de los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional, según fuentes parlamentarias a OKDIARIO. La diputada, como reveló en una entrevista en El Mundo, votó en blanco a la propuesta pactada entre PSOE y PP.
Por este hecho, la sanción podría oscilar entre los 500 y 700 euros si bien, como ya avanzó este medio, el partido ha preferido retrasar la decisión para evitar «darle publicidad» al libro que se promociona estos días. La dirección nacional descarta tomar medidas por las afirmaciones vertidas por la ex portavoz parlamentaria que, entre otros calificativos, se refiere a Casado como un «veleta» y a Egea como un «pelota».