Carmena acaba su mes de vacaciones y se va 5 días a Nueva York para hablar de «gobernanza global»

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, termina sus vacaciones después de un mes de descanso y ahora se marcha cinco días de viaje a Nueva York. En agosto, la única actividad de la alcaldesa han sido los actos de la festividad del la Virgen de la Paloma del día 15, y la misa y manifestación de Barcelona tras el atentado terrorista.

Carmena ha dejado el gobierno del consistorio madrileño en manos de la teniente de alcalde, Marta Higueras. Es el tercer año que Higueras toma el mando, ya que los dos veranos anteriores la alcaldesa se fue a Cádiz y le encomendó su relevo. En esta ocasión, tras más de 3o días de descanso, Carmena retomará la actividad en la ciudad norteamericana para mantener distintas reuniones en la sede de las Naciones Unidas.

Carmena cierra con América el verano y regresará al Ayuntamiento de la capital el próximo jueves tras reunirse con el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y participar en un grupo de trabajo de los gobiernos locales y regionales, entre otras reuniones.

La alcaldesa acudirá también a un encuentro con los responsables del programa de Naciones Unidas para el desarrollo y asistirá a una recepción de la Red Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales y Regionales, una red con sede en Barcelona que apoya a los gobiernos locales y busca aumentar su influencia en la gobernanza global.

Carmena retomará su agenda en NY porque ella es alcaldesa… del mundo. Lo de solucionar los problemas de los madrileños para otros día.

— J L Martinez Almeida (@jlmanavasques) September 1, 2017

El portavoz del PP en el Ayuntamiento, José Luis Martínez Almeida, ha manifestado su disconformidad con la actividad de la alcaldesa y ha afeado que Carmena retome su agenda en Nueva York y deje «los problemas de los madrileños para otros días».

Además de Nueva York, la alcaldesa madrileña ha visitado este verano Canadá antes de irse de vacaciones. El pasado junio destinó unos 5.000 euros en un billete a Montreal de primera clase, a pesar de asegurar que siempre viajaría en turista y de haber obligado al resto de su equipo a hacerlo.