Begoña Gómez exigió a la Complutense que contratase un equipo de «alto nivel» para ‘su’ software
Begoña Gómez puso una serie de requisitos al equipo encargado de su plataforma
Begoña Gómez exigió a la Complutense contratar un equipo con experiencia de «alto nivel» para desarrollar el polémico software, ahora bajo investigación judicial. La universidad pública ha reclamado al juez Juan Carlos Peinado que investigue si Gómez cometió un delito de apropiación indebida al registrar a su nombre una marca que ofrece una plataforma a las empresas idéntica a la desarrollada para la Complutense.
En el pliego de condiciones técnicas para contratar a una empresa encargada de desarrollar dicho software -firmado por la mujer del presidente del Gobierno-se indica que los encargados del proyecto deberán contar con una amplia experiencia, acreditando una serie de requisitos. Entre ellos, por ejemplo, «experiencia de tres años mínimo en proyectos de asesoramiento y estrategia tecnológica. En concreto, experiencia en la revisión o alto nivel de soluciones tecnológicas y desarrollo de recomendaciones estratégicas y levantamiento de riesgos». Igualmente, Gómez reclamó que se acreditase la experiencia «trabajando con entidades públicas y las condiciones y particularidades asociadas a éstas, para entender el impacto en plazos de implementación y respuesta, así como procedimientos administrativos de cara al levantamiento de potenciales riesgos».
Como ya publicó OKDIARIO, Gómez también desgranó las cualidades particulares que debían tener los miembros de ese equipo, encargado, en concreto, de un Servicio de asistencia y asesoría técnica y tecnológica para la creación de una plataforma de gestión y medición de impacto para la pequeña y mediana empresa en la Universidad Complutense de Madrid. Este proyecto fue financiado a cargo de la Complutense.
La mujer de Sánchez reclamó un grupo de trabajo altamente cualificado, que estaría encabezado por un «líder» con «más de 10 años de experiencia en tecnología, incorporando experiencia en consultoría de sectores estratégicos (TMT, banca)». Además, Gómez exigía que el jefe del proyecto fuese «licenciado en económicas y empresariales». Además, en el pliego se reclamaban profesionales ingenieros con experiencia de «al menos» 10 años en tecnología, «así como trabajo en entidades públicas y financieras».
La Complutense pagó 60.500 euros por este contrato, que fue adjudicado a la empresa Deloitte Consulting. Gómez firmó el pliego que fijaba las condiciones del servicio el 25 de julio de 2023 y el 11 de septiembre se anunció la licitación.
Registrado a su nombre
En octubre de 2022, Gómez registró en la Oficina Española de Patentes y Marcas la marca «TSC Plataforma de Medición de Impacto Social y Medioambiental». Una herramienta idéntica a la desarrollada en la Complutense. Además, en noviembre de ese año, la mujer de Sánchez constituyó una sociedad propia, Transforma TSC SL, con el objeto social de «impulsar y promover la estrategia de transformación social competitiva, integrando los objetivos de desarrollo sostenible en las organizaciones, para promover una sociedad más justa y un planeta sostenible».
En la página web de esa empresa, Transforma TSC, se ofrece a las empresas acceder a un «software de sostenibilidad», lo que coincide con la herramienta de la Complutense.
Apropiación indebida
En un escrito remitido al juez Peinado, la Complutense reclamó que se investigase a Gómez por la posible comisión de un delito de apropiación indebida con este software.
«En concreto, las actividades desarrolladas se han encaminado a procurar determinar si hubiera existido una apropiación indebida de determinados productos que se entienden titularidad de esta Universidad (plataforma o software); y más en concreto, el producto objeto de licitación de los contratos y gastos celebrados en el marco de la mencionada cátedra», explicaba la Complutense en el escrito remitido al magistrado, con las conclusiones de una investigación interna.
En el mismo, se destacaba además la falta de «cooperación» de Gómez en esas indagaciones.
«Las actividades de investigación realizadas no permiten a esta Universidad Complutense alcanzar una conclusión definitiva respecto a al existencia o perjuicio sobre su patrimonio: en particular por la falta de colaboración de determinados intervinientes, sin que esta Administración esté dotada de potestades que obliguen a la colaboración», subrayó la Complutense.
La mujer de Pedro Sánchez remitió a la universidad un correo electrónico en el que aseguraba estar recabando la documentación solicitada.
«Buenas tardes. Le informo de que he recibido el correo y estoy reuniendo la información/ documentación que me solicita en cada una de sus cuestiones.
Un cordial saludo
Begoña Gómez»
Sin embargo, la Complutense no recibió más respuesta.