La batalla de Madrid se complica para Iglesias: los ‘anticapitalistas’ preparan su propia candidatura

Miguel-Urban-Podemos
Miguel Urban, eurodiputado de Podemos.

Las primarias para hacerse con el liderazgo de Podemos en la Comunidad de Madrid han evidenciado la tensa batalla interna por controlar en definitiva el partido a nivel estatal.

A la guerra de familias entre los conocidos como ‘pablistas’-que en este proceso representa el diputado Ramón Espinar-y los ‘errejonistas’, del lado de la candidatura Tania Sánchez y Rita Maestre, se suman ahora las intenciones de los Anticapitalistas de participar en este proceso.

Esta opción no está aún del todo definida pero empieza a fraguarse ya de cara a esas primarias, contando además con el respaldo de diversas organizaciones y militantes. De entrada, los promotores de esta candidatura están haciendo circular ya un manifiesto, firmado por 300 personas.

El político de 36 años se alía de nuevo con figuras como Teresa Rodríguez, diputados regionales o concejales de Ahora Madrid. Se reunirán este domingo 18 en el espacio público Matadero Madrid, unas instalaciones que conoce muy bien tras llevar a Yanis Varoufakis. Un acto que contó con la polémica de que se cedió con un alquiler prácticamente gratis. No se cierran a que las familias de Maestre y Espinar participen.

Isabel Serra, Beatriz Gimeno o Raúl Camargo son los diputados regionales con más nombre que firman el manifiesto fundacional. Los concejales de Ahora Madrid que también se unen a Urbán son la polémica y rebelde Rommy Arce junto a Pablo Carmona o Montserrat Galcerán. Cierran la lista gente como el actor Alberto San Juan.

«Recuperar la ilusión»

En el manifiesto, en el que se llama a repensar sobre el futuro del partido, se defiende la urgencia de “recuperar la ilusión de muchas y muchos que veían en Podemos una herramienta para el cambio pero han dejado de hacerlo”, un claro mensaje al rumbo del partido emprendida en los últimos meses. Para ello, el primer paso que se proponen es recuperar la «memoria viva» de las plazas, al estilo del movimiento asambleario que dio origen a Podemos.

Los firmantes reclaman fortalecer la democracia de la organización y evitar la “lógica burocrática” de los partidos políticos, así como a defender algunas medidas enfriadas desde Podemos, como la deuda o “los privilegios de las grandes empresas”.

«Primero los debates, luego las caras»

“Debemos recuperar la política de la gente, desde abajo, desde los municipios e instancias locales y debemos hacerlo más allá del marketing, de los políticos profesionales y de las estructuras orgánicas del partido”, se puede leer en el manifiesto.

Desde ‘anticapitalistas’ señalan a OKDIARIO que «por el momento sólo se ha llamado a un encuentro porque se entiende que una candidatura es una propuesta cerrada de nombres».

 

En sus declaraciones se insinúa el malestar por la forma en la que tanto Pablo Iglesias como los ‘errejonistas’ han gestionado su participación en esas primarias. «Hay que potenciar los debates antes que las caras», afirman. Desde esta corriente se invita a estas candidaturas a que «vengan a explicar sus propuestas» a este nuevo espacio.

Ramón Espinar, acorralado por los escándalos que rodean a su candidatura se ha afanado por dar la bienvenida a esta nueva corriente. En un futuro el apoyo mutuo entre Espinar y Urbán podría ser imprescindible para plantar cara a ‘Proceso Adelante’ de Rita Maestre y Tania Sánchez.

Un golpe para Iglesias

Los ‘anticapistalistas’, que se encuentran en el germen de Podemos, tienen una notable influencia interna. Su líder, Miguel Urbán, ya disputó en su día la Secretaría General de Madrid en las primarias de 2015 con el candidato de Iglesias, Luis Alegre. La diferencia de votos entre ambos fue mínima.

En los últimos tiempos, Iglesias ha tratado de estrechar lazos con esta corriente, promovido un acercamiento a esta corriente, que tuvo su momento más visible con la designación de Pablo Echenique como sustituto de Sergio Pascual en la secretaría de Organización. Echenique, uno de los dirigentes más respetados por esta corriente, no ha ocultado las críticas a la dirección por su forma de manejar el partido, burocratizada y alejada de las bases.

Con esa elección, un claro desplante de Iglesias a Errejón-encargado de la estrategia- Iglesias se posicionaba en los debates sobre la futura hoja de ruta de Podemos, asumiendo las reclamaciones de los ‘anticapitalistas’: una vuelta a la esencia del partido, al movimiento popular y a la ‘lucha’ en las calles en lugar de la estrategia de moderación que hasta entonces había logrado imponer su número dos.

Un golpe vital en pleno debate sobre la reconstrucción del partido y un logro para quienes, como los Anticapitalistas, reprochaban que Podemos se hubiera despegado de los territorios y los círculos.

Aquel movimiento fue una maniobra clara del secretario general para blindarse  ante las múltiples fisuras que había provocado la ‘crisis’ madrileña, con la dimisión, primero del secretario de Organización de Podemos en Madrid, Emilio Delgado, y, después, de otros nueve miembros del Consejo Ciudadano de la Comunidad en protesta por la gestión del líder en Madrid, Luis Alegre, un destacado ‘pablista’.

De hecho, la llegada de Echenique fue determinante en el proceso de negociaciones con el PSOE, en las que finalmente se impuso la visión de los Anticapitalistas: ‘no’ a cualquier acuerdo que no fuese el de un “gobierno a la valenciana”, sin presencia de Ciudadanos.

«Refundar Podemos»

“El ciclo político es muy cambiante y si no sabes entender los cambios muy fácilmente te pueden llevar por delante. Hay que adoptar posiciones políticas ofensivas”, afirman desde esta corriente, partidaria de descentralizar las estructuras y de un liderazgo más “femenino”.

Los ‘anticapitalistas’ han venido reclamando a la cúpula podemita la necesidad de refundar el partido a través de una Asamblea Ciudadana como la de Vistalegre, en 2014.

Desde entonces no se ha convocado a este órgano, el espacio de mayor poder de decisión orgánica dentro de Podemos. Ello, pese a que, también desde entonces, la vida del partido ha dado un giro de 180 grados: elecciones autonómicas y municipales, dos generales, crisis internas, ceses fulminantes, y demás.

Por ello, la corriente de Urbán insiste en que es preciso «repensar» el rumbo del partido, a través de un debate sosegado y coherente con los nuevos tiempos políticos. Sus ideológicos coinciden en que Podemos debe abandonar su modelo de «maquinaria de guerra electoral», que, en la práctica, ha derivado en un partido vertical y alejado de sus bases, para afianzarse en los territorios y construir una estructura sólida.

Desde este sector-antes Izquierda Anticapitalista-no se ha ocultado nunca el malestar porque Iglesias haya ido prescindiendo poco a poco de aquellas propuestas que estaban en el programa inicial del partido, como la auditoría de la deuda, la ruptura con el sistema del 78 o la radical oposición a la Troika y los ‘poderes fácticos’.

Esa indignación fue patente durante las negociaciones con el PSOE, en la pasada legislatura fallida, cuando se afeó además la pretensión de Iglesias de exigir sillones en  un hipotético gobierno compartido con Sánchez.

 

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