Bárcenas: «No he viajado nunca ni en coche ni en avión con dinero a Suiza»
El ex tesorero del PP Luis Bárcenas ha asegurado que nunca ha viajado a Suiza con dinero «ni en coche ni en avión» y que todas las cantidades que tenía en sus bancos del país helvético (donde acumuló hasta 48,2 millones) las percibió allí por sus operaciones financieras, y no en España.
Durante su interrogatorio en el macrojuicio de Gürtel, Bárcenas ha defendido que todo el dinero que tuvo en Suiza lo recibió allí, bien mediante transferencia o, en la mayoría de los casos, en ingresos en efectivo, ya que alrededor de 2,5 millones de los 8 que recibió en sus dos cuentas fueron en metálico.
Ese dinero en metálico, ha dicho, lo ingresaba o bien él personalmente después de recibirlo de manos de inversores, o bien lo hacía su «socio» y «amigo» Iván Yáñez, considerado como su testaferro y que se hizo cargo de la gestión de su fortuna en Suiza días después de estallar el caso Gürtel en febrero de 2009.
La fiscal Concepción Sabadell le ha preguntado en concreto por una operación y ha dicho que en esa ocasión recibió dinero de un alguien, que no ha concretado, en el aeropuerto de Ginebra y dividió la cantidad en dos.
Una parte la dejó en su maleta en la taquilla del aeropuerto porque, según ha dicho, la iba a ingresar más tarde en uno de sus dos bancos y la otra la llevó a la otra entidad donde tenía cuentas.
Su mujer se quedaba en una salita cuando él ingresaba el dinero
«Había quedado con la persona en cuestión, me entregó los fondos, dejé una parte en el equipaje, me fui a Ginebra en tren y lo ingresé en el banco», ha relatado, y ha añadido que finalmente se fue a esquiar y el domingo por la tarde, antes de volver a Madrid, ingresó la parte que había dejado en el aeropuerto en el mismo banco, ya que su gestor en el otro no estaba disponible.
La fiscal también le ha preguntado si su mujer, Rosalía Iglesias, sabía de estas operaciones y de las cuentas en Suiza, y él la ha desvinculado en todo momento.
«Jamás» supo de ello, ha dicho, y si le acompañó a algún banco ella no sabía ni donde estaba, ya que «Suiza no es como una oficina del BBVA. Se entra en coche con garaje, te acompaña un señor muy amable vestido de librea en el ascensor y no tienes ni idea de dónde estás».
Su mujer, ha añadido, se quedaba en una salita, donde le ofrecían «un café o una Coca-Cola», y él entraba en el despacho para ingresar el dinero.
Respecto a si ella y sus hijos sabían que eran autorizados en cuentas en Suiza, ha dicho que no, que él le puso a firmar los documentos pero ellos no se enteraron de qué eran.
«Mi mujer me firmaba los documentos»
«Mi mujer, afortunadamente, en todos los temas relacionados con la economía, me firmaba los documentos», y en ese caso ella «entendía que lo que estaba firmando y yo le ponía a la firma no suponía ningún problema».
«¿Aunque estuviera en francés y figurara como lugar de firma Ginebra no le plantearon ningún problema?», le ha preguntado entonces la fiscal, a lo que ha respondido: «Aunque estuviera en francés y pusiese lugar de firma en Ginebra».
Bárcenas se sienta en el banquillo acusado por primera vez de corrupción en el macrojuicio de Gürtel, en el que se acusa a 37 personas relacionadas con la trama por sus actividades corruptas en el periodo comprendido entre 1999 y 2005.
El ex tesorero se enfrenta a 42 años y medio de prisión acusado de asociación ilícita, cohecho, blanqueo, falsedad, apropiación indebida y delitos fiscales por cobrar comisiones que pagaron supuestamente empresarios a la Gürtel a cambio de adjudicaciones de gobiernos del PP, así como de quedarse dinero de una contabilidad paralela del partido.
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