Atacan el bar del hombre para el que Iglesias pide 14 años de cárcel por protestar frente a su ‘casoplón’

Podemitas afines a Pablo Iglesias han atacado el bar de Miguel Frontera, un vecino que casi todos los días acude frente al casoplón para protestar por la gestión del Ejecutivo durante la crisis sanitaria

Pablo Iglesias querella
Miguel Frontera y Pablo Iglesias

Podemitas afines a Pablo Iglesias han atacado el bar de Miguel Frontera, un vecino de Galapagar para quien el vicepresidente del Gobierno pide 14 años de cárcel por manifestarse frente a su casoplón. Iglesias le señaló públicamente cuando anunció que se había querellado contra él por protestar ante su chalet por la gestión de la crisis sanitaria del coronavirus. Adeptos al líder de los morados atacan ahora el negocio de este autónomo: han pintado la fachada con banderas republicanas y han colocado carteles acusándole de acosar a niños.

Atacan el bar de Miguel Frontera.
Atacan el bar de Miguel Frontera.

Frontera ha sufrido en los últimos días varios ataques en su bar de copas, ubicado en pleno centro madrileño y que actualmente se encuentra cerrado debido a la crisis económica. Simpatizantes podemitas se han dirigido en dos ocasiones hasta su negocio para pintar en la fachada la bandera tricolor. Estos individuos también han colocado carteles con la inscripción: «Acosador de niños menores». Los vecinos han retirado estas pancartas, pero las pintadas aún son visibles.

El líder podemita señaló públicamente a este ciudadano que ahora está recibiendo ataques de la extrema izquierda. Pablo Iglesias se querelló contra él por la comisión de seis supuestos delitos: acoso, coacción, descubrimiento y revelación de secretos, desobediencia a la autoridad, alteración del orden público y contra los recursos naturales y el medio ambiente. La condena oscila entre los dos años y nueve meses, en el grado más bajo de cada uno de los ilícitos, y los 14 años de prisión como máximo. Un juez de Collado Villalba (Madrid) dictó el sobreseimiento provisional y archivo de la querella. Pero el archivo fue recurrido y el procedimiento se ha reabierto.

Denuncia

El secretario general de Podemos se querelló contra Frontera tras un altercado que tuvo lugar frente a su vivienda el día de la hecatombe electoral del partido en las autonómicas de Galicia y el País Vasco.

Frontera se encontraba en las inmediaciones del chalet, concretamente, en la parte trasera. Se desplazó hasta allí porque, según contó a este periódico, en los últimos días los agentes de la Benemérita «habían bajado la presión». Especialmente, después de retener a dos vecinas (Claudina y Asunción) y que la juez decidiera sobreseer el caso al considerar que la vía judicial no era la adecuada.

Subido a una roca, Miguel comenzó a grabar la parte trasera del casoplón –que tantas veces ha salido en medios de comunicación– mientras detallaba el lugar en el que se encontraba. Sorprendentemente, el líder de Podemos salió al porche de su casa y se asomó a su inmenso jardín. Inmediatamente, dejó de grabar.

Frontera fue detenido por un supuesto delito de revelación de secretos y  trasladado al cuartel de la Guardia Civil de Galapagar. Los agentes se incautaron asimismo de su teléfono. Tras el incidente, Pablo Iglesias señaló públicamente a este ciudadano ante los medios de comunicación y le acusó de ser un «instigador».

«No me intimida»

En una entrevista concedida a OKDIARIO, Frontera aseguró que no tiene miedo a la causa judicial porque no ha hecho nada ilegal en Galapagar. Y advirtió de que no cesará su protesta. «Si Iglesias cree que por ponerme una querella me está intimidando, lo lleva claro. Consigue justo el efecto contrario», puntualizó.

Confesó que se siente preocupado ante esta situación. «Que el vicepresidente del Gobierno se querelle contra ti no es ninguna broma», manifestó. Sin embargo, sus abogados suponen para él un aliento en esta dura batalla. Desde el punto de vista legal le han transmitido que esté tranquilo porque los delitos que se le imputan no tienen recorrido judicial en esta causa.

Si pudiera pedirle algo a Pablo Iglesias, este vecino lo tiene claro: «Le diría que saliera con una bandeja de galletas y cafés y se las ofreciera a los guardias civiles que escoltan su casa y que les pidiese perdón por todas las barbaridades que ha dicho sobre ellos». Recuerda que el secretario general de Podemos acusó a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de ser «matones al servicio de los ricos» y dijo que se emocionaba «cuando le daban patadas a los antidisturbios». «¡Y ahora tiene 40 guardias civiles protegiéndole!», señala indignado.

Actualmente los guardias civiles han sido relevados por agentes de la Policía Nacional por orden del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Cuando tienen que actuar y proceder a detenciones sí acude la Benemérita, el cuerpo que tiene la competencia en Galapagar.

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