¿Zuckerberg te espía? ¡Hacienda te roba!
"En España, la ley está por encima de cualquier algoritmo o gran tecnológica"
«El Estado no es más que una banda de ladrones a gran escala» — Murray Rothbard
Imagina la escena: te levantas, café en mano, abres X y ahí está el PSOE en pie de guerra. Fotos de Mark Zuckerberg con cara de villano de Silicon Valley, junto a Nick Clegg, el exviceprimer ministro británico reconvertido en relaciones públicas de Meta. El texto es puro teatro: «En España, la ley está por encima de cualquier algoritmo o gran tecnológica. Y quien vulnere nuestros derechos, pagará las consecuencias. Pedimos la comparecencia de Mark Zuckerberg y de los máximos responsables de META en España y Europa ante la posible violación masiva de la privacidad de millones de usuarios».
Aplausos en la grada progresista. Retuits de militantes. Memes de Zuck como Darth Vader. Pero espera un segundo. ¿Os acordáis cuando la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil registraba la sede nacional del PSOE en Ferraz por 650.000 euros en comisiones ilegales? ¿No dimitió Santos Cerdán, secretario de Organización, el 20 de junio de 2025, tras un informe demoledor que lo vinculaba a adjudicaciones fraudulentas en Murcia, Sevilla y Logroño? ¿No acaba de entrar el primer diputado por primera vez en la historia, José Luís Ábalos en la cárcel? ¿No está Begoña Gómez, esposa del presidente, imputada por tráfico de influencias, corrupción en el sector privado y apropiación indebida? ¿No está el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, sentenciado por revelación de secretos? ¿No hay una investigación abierta sobre el hermano del presidente en Badajoz por malversación? ¿No acaba de estallar el caso Paco Salazar, con denuncias de acoso sexual y un canal interno de denuncias que el partido admite que «no funcionaba»? Y de repente, ¡zas!, el PSOE se convierte en el gran defensor de tu privacidad. El mismo partido que te espía hasta el último céntimo de la mano de nuestra querida Hacienda, que te obliga a declarar cada Bizum de más de 1.000 euros, que cruza tus movimientos bancarios con catastro, DGT y Seguridad Social sin pedirte permiso, y que ahora se disfraza de paladín de los derechos digitales. Y lo peor: ¡tú caes!
Aquí va una herejía que el establishment no quiere que digas en voz alta: yo lo tengo claro, prefiero que me espíe Meta para ofrecerme productos que me interesan a que hacienda investigue los movimientos de mis tarjetas de crédito para ver si me pueden robar hasta el último euro. ¿Por qué? Porque hay una diferencia abismal entre vigilancia privada con fines comerciales y vigilancia estatal con fines coercitivos.
Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp) sabe todo de ti. Tus likes, tus fotos, tus mensajes, cuánto tardas en leer un WhatsApp y no respondes, tu ubicación exacta, tus contactos, tus búsquedas, incluso si usas el modo oscuro. Cruza datos con terceros: bancos, tiendas, apps de delivery. ¿Para qué? Para venderte valor: un anuncio de zapatillas que sí quieres, un curso de trading que te interesa, un libro de Rothbard que llevas meses buscando. ¿Puedes evitarlo? Sí, parcialmente. Usas VPN, bloqueas cookies, limitas permisos, borras la app, usas Signal en vez de WhatsApp. Es una faena, pero tienes control. Y si no te gusta, te borras y punto.
Hacienda (AEAT) sabe mucho más y con mucho más poder. Desde 2021, con la Ley de Lucha contra el Fraude Fiscal, los bancos están obligados a reportar automáticamente cualquier cuenta con saldo superior a 50.000 euros, movimientos superiores a 10.000 euros al mes, todos los Bizum, transferencias, criptomonedas, alquileres, herencias, donativos. Sin orden judicial. Sin tu consentimiento. En tiempo real. El Suministro Inmediato de Información (SII) obliga a las empresas a enviar tus facturas a Hacienda en el momento en que se emiten. Si eres autónomo, cada café que pagas con tarjeta queda registrado. Si eres particular, cada compra en Amazon, cada suscripción a Netflix, cada donación a una ONG. ¿Y qué pasa si hay una «incongruencia»? Gastas 3.000 euros al mes pero declaras 1.200. Inspección. Multa del 50% al 150%. Intereses de demora. Embargo de cuenta. Entrada en tu casa con orden judicial. Y no puedes borrarte. En 2024, Hacienda realizó 28.000 inspecciones y recaudó 15.300 millones de euros extra. No todos eran corruptos. Muchos eran errores, olvidos, autónomos ahogados, familias que no cuadraban sus cuentas.
Y ahora viene lo peor: el euro digital (CBDC, Central Bank Digital Currency). Un dinero programable donde el Estado ve cada céntimo que gastas y puede bloquear tu cuenta si no pagas una multa, limitar tus compras (nada de tabaco, nada de donar a partidos «no deseados»), expirar tu dinero si no lo gastas en X tiempo (para «estimular la economía»). Y encima el BCE lo presenta como «modernización». Yo lo veo como el fin de la libertad financiera.
Volvamos al tuit. No es casualidad que salga el 4 de diciembre de 2025, justo cuando estallaba el caso Paco Salazar, la misma semana se ampliaron las ramificaciones del caso Koldo, y el Parlamento Europeo debate la erosión del Estado de derecho en España. Es el manual clásico del estatismo: crea un enemigo externo para tapar tu podredumbre interna. Antes eran los judíos, los comunistas, los empresarios, los ricos. Ahora son las ‘big tech’. Mañana serás tú si no votas bien. Murray Rothbard lo vio venir hace décadas: el Estado siempre necesita un chivo expiatorio para justificar su existencia. Y mientras tú aplaudes al PSOE por «protegerte» de Zuckerberg, Hacienda ya te ha quitado el sueldo de enero.
La solución no es regular más: es desmantelar. Eliminar la obligación de los bancos de espiarnos sin orden judicial. Bajar impuestos hasta que duelan menos que un anuncio de Facebook. Dejar de financiar a partidos que viven de saquearnos. Permitir competencia monetaria: criptomonedas, oro, sistemas privados. Que elijas tú, no el Estado. Privatizar la justicia fiscal: que compitan agencias de auditoría, no un monopolio coercitivo. Porque mientras el PSOE tuitea contra Silicon Valley, el verdadero algoritmo que te desangra no está en Menlo Park. Está en la Moncloa.
Puedes seguir aplaudiendo al Estado que te roba, te vigila y te castiga por existir. O puedes empezar a preguntarte: ¿por qué necesito permiso para vivir? Yo elijo la libertad. Aunque venga con anuncios de zapatillas.
Gisela Turazzini, Blackbird Bank Founder CEO.
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