El plan económico del comunista Iglesias: nacionalizaciones, impago de la deuda y más impuestos
En 2014, Pablo Iglesias dio una conferencia en el Ateneo de Madrid en la que desengranaba las líneas principales de un Gobierno de izquierdas. En los últimos dos años, el secretario general de Podemos ha tratado de edulcorar sus planteamientos de cara a la opinión pública con el objetivo de recabar más apoyos políticos, pero estas son las siete propuestas de Pablo Iglesias para instaurar «un Gobierno de unidad popular» en España.
1. Suspensión del pago de la deuda
La principal propuesta de Pablo Iglesias siempre ha sido el impago de la deuda, acompañado de una auditoría y una reestructuración de la misma, aunque siempre bajo «criterios de justicia social», un argumento muy recurrido por la izquierda para justificar este tipo de medidas económicas.
Decretar el impago de la deuda supone cerrar el grifo de la financiación internacional, lo que obligaría a España a acometer recortes para, como mínimo, igualar los gastos y los ingresos.
Numerosos países optaron por esta vía a lo largo de la historia. En los años 30, la URSS se negó a abonar la deuda generada por los zares y, varias hambrunas y 81 años después, no le quedó más remedio que pagar 400 millones de dólares para poder acceder a los mercados internacionales. Argentina y Ecuador se vieron en situaciones similares.
2. Devaluar la moneda
«Si nos echan del euro, haremos lo que hacían todos los países que tenían soberanía monetaria: devaluar la moneda para favorecer las exportaciones», explica el líder de Podemos.
Depreciar la divisa es el principal recurso de los gobiernos socialistas una vez acometen el impago de la deuda. El cierre de los mercados financieros internacionales hace que los recursos disponibles se encuentren dentro de las fronteras y eso pasa por extraerle recursos a la población mediante un impuesto encubierto: la inflación.
Además, devaluar no implica incrementar las exportaciones. En el año 2000, Zimbabwe sufrió un colapso económico, los precios subieron y el país decidió impagar la deuda al FMI. Los inversores huyeron, la inflación se disparó, el 80% de la población acabó en el paro y el banco central continuó imprimiendo más billetes.
Tras años de hiperinflacción, el presidente Mugabe decidió imprimir aún más dinero para reactivar la economía. ¿El resultado? Cualquier ciudadano pobre tenía un trillón de dólares en su bolsillo, pero ni siquiera le daba para una barra de pan.
3. Nacionalización de la banca
Otra de las propuestas favoritas de Pablo Iglesias es la nacionalización de la banca. Una medida con la que el Gobierno penaliza a los contribuyentes para salvar a los propietarios de unas instituciones quebradas.
La nacionalización del sector bancario se llevaría a cabo con el objetivo de financiar proyectos, sectores e incluso familias que no pueden acceder a créditos de la banca privada porque no son solventes.
Si no son lo suficientemente solventes, lo más probable es que se impague dicha deuda, elevando las tasas de morosidad y provocando un agujero en las arcas del Estado a costa de todos los contribuyentes. En resumen: socializar las pérdidas. Al fin y al cabo, ya había banca pública en España y tenía un nombre: Cajas de Ahorros.
4. Sistemas de control de fuga de capitales
Al cortar el grifo de la financiación exterior, los recursos disponibles únicamente son los que se encuentran dentro de las fronteras. Si se van, no hay recursos, y por eso hay que retenerlos como sea.
Pablo Iglesias sugiere «reformar el Código Penal para perseguir a aquellos que quieran traicionar a la patria llevándose el dinero fuera». Es decir, si alguien, tras toda una vida ahorrando (y tras el correspondiente pago de impuestos) trasladar el dinero ganado a otro sitio es un «antipatriota», según Iglesias.
Y tampoco es que se trate de una medida eficaz. Según un estudio del economista venezolano Miguel Ángel Santos y la catedrática de la Universidad de Harvard Carmen Reinhart, la fuga de capitales en Venezuela fue mayor bajo control cambiario que sin él.
5. Titularidad pública de las áreas clave de la economía
El secretario general de la formación morada pide «la titularidad pública de las áreas centrales de la economía como los transportes, la energía, la sanidad y la educación». Todas ellas son, a día de hoy, de titularidad pública en mayor o menor medida. En especial las dos últimas, como el mismo Iglesias reconoce.
En cuanto a la energía, el problema es que el actual déficit de tarifa, consecuencia directa de la subida del precio de la luz, surge precisamente de subvencionar energías renovables; es decir, de la intromisión de los políticos en lo que debería ser un mercado libre de energía.
En España, desde el año 2000, la energía solar y la eólica han ido ganando peso en detrimento del resto de fuentes, a pesar de que el coste de generación de electricidad era y es muy superior al de estas últimas. Si el precio no se había disparado hasta ahora (y más que lo hará) es porque está regulado por el Gobierno.
Como las energías verdes son ineficientes, el mayor peso de éstas en la producción provoca que el coste de generación energética sea mayor y, por lo tanto, que el margen de beneficios de las eléctricas sea menor. Porque, al estar regulado por el Gobierno, no pueden subir los precios. Esa diferencia entre el precio en tarifa y el cada vez mayor coste de generación es el llamado déficit tarifario. Y lo pagan en última instancia, los ciudadanos vía impuestos.
6. Reindustrialización mediante inversión pública
Iglesias continúa pidiendo una reindustrialización «que garantice que nuestros licenciados, nuestros arquitectos, que ha costado mucho dinero formar en las universidades, no se vayan del país».
Lo importante no es lo que haya costado formar a esos universitarios, sino si el mercado los puede absorber. Al no haber demanda, tienen que buscar trabajo en otro país o adaptarse a otro tipo de empleo.
Lo que quiere el líder de Podemos es distorsionar el mercado mediante la inversión pública para absorber a todos esos licenciados. Una especie de Plan E a lo grande que fracasará como lo hizo en su día la inversión de José Luis Rodríguez Zapatero.
Y es que los políticos no disponen de la información suficiente para asignar de forma eficiente los recursos, lo que deriva en que se acaben construyendo líneas de AVE a ninguna parte o que el país se llene de rotondas y polideportivos públicos.
7. Reforma fiscal redistributiva para que paguen los ricos.
La última de las siete medidas que propone Pablo Iglesias para ese Gobierno de unidad popular es «una reforma fiscal redistributiva «para que paguen los ricos».
Los ricos, en España, ya pagan más. Y de hecho la fiscalidad en España es mucho más redistributiva que la de los países nórdicos, espejo en el que Iglesias asegura mirarse.
Lo que esconde esa propuesta es una subida de impuestos, como la que propuso al PSOE de cara a las pasadas elecciones, de 10.000 millones de euros en IRPF, 12.000 millones en Impuesto Sociedades y otros 2.000 millones en Sucesiones y Donaciones. Todo ello acompañado de un nuevo tributo medioambiental con un coste de 8.000 millones de euros.