Operación clave para Telefónica en Brasil

La ‘teleco’ participada por el segundo accionista de Cellnex impugna la oferta de Telefónica por Oi

Telefónica y Oi.
Telefónica y Oi.
Carlos Ribagorda

Algar Telecom, la operadora brasileña participada en un 25% por el fondo soberano de Singapur, también segundo accionista de la española Cellnex con un 7,03% del capital, ha pedido al regulador de Brasil que suspenda la subasta que sirvió a Telefónica para comprar junto con Telecom Italia y Claro los activos móviles de Oi, cuarta operadora del país. Algar Telecom, que ocupa el quinto puesto en el ranking del sector en Brasil, considera que la operadora española y sus socios en esta operación han violado las reglas de competencia vigentes en el país por la ley 12.529 de 2011.

Telefónica, Telecom Italia y Claro, propiedad del mexicano Carlos Slim, se hicieron a mediados de diciembre con los activos móviles de Oi tras realizar una oferta conjunta y ganar la subasta -está en concurso de acreedores- por 2.650 millones de euros. No se presentó ninguna oferta más y la subasta estuvo abierta apenas media hora, según la prensa local. Los tres gigantes -que suman el 80% del mercado de móviles de Brasil- acudieron juntos para repartirse posteriormente los activos y así evitar una guerra de ofertas y que las autoridades de competencia vetaran la operación en caso de que el vencedor hubiese sido uno sólo -por acumulación de mercado-.

Los competidores decidieron no acudir a la subasta ante la imposibilidad de llegar a la oferta realizada por los tres gigantes del sector, anunciada al mercado con antelación. Primero fue Highline Brasil, grupo controlado por el fondo Digital Colony, y posteriormente también renunció Algar Telecom, de la que el fondo soberano de Singapur, Government of Singapore Investment Corporation (GIC), compró un 25% en 2018 por algo más de 200 millones de euros.

Algar Telecom, que ocupa el quinto puesto en el ranking del sector en Brasil, considera que la operadora española y sus socios en esta operación han violado las reglas de competencia vigentes en el país por la ley 12.529 de 2011

Cerrada la operación, ahora Algar Telecom ha decidido pedir al regulador brasileño, el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE), que impugne la subasta al entender que los tres compradores ejercieron un monopolio en su oferta que vulnera las leyes de competencia del país. El Cade -similar a la CNMC española- tiene que dar su autorización a la operación y ya advirtió antes de su resultado definitivo que lo miraría con lupa y tardaría al menos un año en dar su opinión.

Golpe a la competencia 

Según la nota enviada por Algar al Cade, los tres operadores vencedores de la subasta crearon un centro unificado de decisiones económicas que en la práctica consiguió una posición privilegiada en el proceso judicial que organizaba la venta de Oi. Algar habla de acto de concentración que, según la ley de 2011, viene marcado cuando «dos ​​o más empresas celebren un contrato asociativo, consorcio o empresa mixta». Según la empresa participada por el segundo accionista de Cellnex, las tres empresas «deberían haber presentado la propuesta de operación a Cade, lo que no se hizo».

Por todo esto, Algar pide al regulador de competencia brasileño que cancele la subasta para preservar la libre competencia en el país. Además, hay que señalar que no es el único problema para esta operación ya que el pasado 22 de diciembre el Ministerio Público Federal de Brasil determinó la apertura de un procedimiento administrativo para investigar posibles irregularidades competitivas en la formación de esa triple alianza entre Telefónica, Telecom Italia y Claro.

El pasado 22 de diciembre el Ministerio Público Federal de Brasil determinó la apertura de un procedimiento administrativo para investigar posibles irregularidades competitivas en la formación de esa triple alianza entre Telefónica, Telecom Italia y Claro

Se da la circunstancia de que el escrito de impugnación de la subasta de Algar Telecom se produce al mismo tiempo que Telefónica ha cerrado la venta de sus torres de Telxius a American Tower, dejando fuera a Cellnex, que también estaba interesado en la filial de la operadora que preside José María Álvarez-Pallete. Con la venta a American Tower, que ha pagado la astronómica cifra de 7.700 millones de euros, Telefónica abre la puertas de Europa al líder mundial del sector, golpeando las posibilidades de expansión de Cellnex.

La petición de impugnación de Algar Telecom pone una china en el zapato de una operación que es vital para los planes de Telefónica. La operadora ha marcado a Brasil como uno de sus cuatro mercados clave, junto a España, Reino Unido y Alemania. La compra y posterior reparto de Oi entre los tres gigantes de Brasil le permite a Telefónica mantener el liderazgo en este país.

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