la operación queda pendiente de las autoridades de competencia

Telefónica cumple el pronóstico y gana con sus socios la subasta por los móviles de la brasileña Oi

José María Álvarez Pallete, presidente de Telefónica
José María Álvarez Pallete, presidente de Telefónica
Carlos Ribagorda

El pronóstico se ha cumplido y Telefónica ha ganado este lunes junto a sus socios en este proceso, América Móvil y Telecom Italia, la subasta por la división móvil del operador brasileño Oi. Telefónica pagará junto a mexicanos e italianos algo más de 2.600 millones de euros por controlar el cuarto operador de telecomunicaciones del mercado, con un 17% de cuota. La operación queda ahora pendiente de la aprobación por parte de las autoridades de competencia locales, que en sus declaraciones en las semanas previas a la subasta habían anunciado que serán duros en su análisis ya que se reducen a tres los grandes competidores en el país.

Telefónica, Telecom Italia y Claro, la marca en Brasil de América Móvil, propiedad del mexicano Carlos Slim, presentaron esta oferta conjunta precisamente para salvar a las autoridades de competencia, que hubiesen prohibido cualquier operación de concentración en el sector si el vencedor fuera uno de los tres. La subasta ha durado apenas 30 minutos y no ha habido ningún competidor.

Telefónica es líder del sector con su marca Vivo al controlar el 32% del mercado, mientras que Claro suma el 25% y Telecom Italia, el 23%. Una victoria en solitario de cualquiera de los tres hubiese sido vetada por Competencia, por lo que los tres gigantes pactaron hacer una oferta conjunta y repartirse la firma para evitar vetos.

Además de tener un pacto para repartirse la compañía, los tres socios llegaron a esta subasta sin competidores, después de la retirada de varios operadores locales, entre ellos Highline Brasil, grupo controlado por el fondo Digital Colony. También se retiró Algar Telecom, participada en el país del fondo soberano de Singapur accionista de la española Cellnex, Government of Singapore Investment Corporation (GIC). Y, además, tenían el llamado ‘stalking horse’, el derecho de tanteo, es decir, podían igualar una oferta superior y llevarse la compañía.

Telefónica pagará 2.600 millones de euros con sus socios por la división móvil de Oi, cuarto operador del mercado: los mexicanos de Claro y los italianos de Telecom Italia

El fin del proceso supone un soplo de aire para Telefónica y su presidente, José María Álvarez-Pallete. Brasil es uno de los cuatro mercados clave para la operadora española, que ha declarado el resto no prioritario, incluido el resto de Hispanoamérica. Telefónica se concentrará en Brasil, España, Reino Unido y Alemania para hacerse fuerte y convertirse en un jugador total, capaz de ofrecer el llamado ‘cuadruple play’ -fijo, televisión, móvil e Internet-.

Perder el paso en Brasil y que el cuarto operador del mercado de móviles cayera en manos de los italianos hubiese sido un golpe puesto que supondría perder el liderazgo en el país.

Pendiente de las autoridades de competencia

En cualquier caso, todo queda pendiente ahora de las autoridades de competencia, que podrían obligar a los ganadores a tener que desprenderse de parte del espectro. La operación por tanto no está cerrada tras el importante paso de este lunes. Tanto el regulador Anatel como el Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade), la ‘CNMC’ brasileña, han advertido que podrían tardar hasta un año en resolver este expediente.

El CADE, la ‘CNMC brasileña’, ha anunciado en semanas anteriores a la subasta de este lunes que impondría condiciones duras para aprobar la operación, incluida la venta de activos a otros operadores

De hecho, el CADE ya advirtió en agosto pasado que si triunfaba esta oferta impondría unas duras condiciones para aprobarla, entre ellas, la venta de activos a otros operadores. El responsable del Cade, Alexandre Barreto, aseguró entonces que la oferta era compleja y que, por tanto, la respuesta también iba a ser compleja. Posteriormente a estas declaraciones, la prensa local ha destacado que las compañías han estado trabajando en privado para agilizar los plazos de este proceso.

En cualquier caso, Telefónica choca de nuevo en sus planes estratégicos con las autoridades de competencia. En Reino Unido, su operación de fusión al 50% de su filial O2 con Virgin para crear el líder en clientes del mercado británico también está en fase de análisis por el regulador inglés. En este país ya sufrió un revés cuando se vetó la venta de O2 a Hutchison Gamboa en 2016. En este caso el veto fue del regulador europeo, que ahora ha trasladado el expediente a Reino Unido.

Para Oi la venta de sus activos móviles supone un paso más en el proceso para salir del concurso de acreedores, en el que entró en 2016. La firma brasileña ya ha vendido sus torres y, tras un proceso judicial muy complicado, empieza a ver el final del túnel.

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