Sánchez se declara «anticapitalista» en su programa y apuesta por que los robots paguen impuestos

Sánchez se declara «anticapitalista» en su programa y apuesta por que los robots paguen impuestos
Pedro Sánchez, en la renuncia a su escaño en el Congreso.
Borja Jiménez

Pedro Sánchez vuelve a la carga para liderar al PSOE, y lo hace de la mano de un nuevo programa económico, “Por una nueva socialdemocracia”, que apuesta por el final del capitalismo, algo que, advierten, no será ni repentino ni violento y para lo que no hará falta “una revolución”.

Para ver las intenciones del ‘nuevo Sánchez’, basta con echar un ojo a su programa, que lleva, entre otras perlas, un apartado llamado: “Los adversarios del proyecto del PSOE: El capitalismo neoliberal y el conservadurismo del PP”. En este sentido, la idea de Sánchez pasa por aumentar los “mecanismos de control público frente a las resistencias corporativas, que son y serán muy notables en todos los sectores productivos y, en especial, en los energéticos”. Además, otra de sus propuestas estrella es la de fijar el Salario Mínimo Interprofesional en 1.000 euros mensuales.

Culpa al capitalismo de todo

Para Sánchez, el capitalismo ha traído múltiples problemas, como “la destrucción del poder organizado de los trabajadores y trabajadoras, la aparición del precariado, las desigualdades crecientes –agudizadas por la crisis de 2008, pero que ya estaban en marcha desde los años noventa-, la ‘financiarización’ (así lo pone) de la economía, el uso del crédito en condiciones abusivas, las expansiones monetarias ‘construidas’ para hacerlo posible, el aumento imparable de la deuda, los mercados financieros que crecen como la espuma a partir de activos tóxicos, los paraísos fiscales, el deterioro de los ecosistemas y el incremento de los riesgos climáticos, así como la concentración creciente de la riqueza en un sector de la población cada vez más reducido (un 1%, o incluso solo un puñado de personas). A lo cual se une el poder desmesurado y creciente de los oligopolios”. Como vemos, se ha quedado a gusto, y achaca todos los males habidos y por haber al capitalismo, algo que, bajo su punto de vista, hay que abolir.

Aunque no lo tilda de ‘problema’, también ‘culpa’ al capitalismo de la aparición de partidos que le ‘están comiendo la tostada’, como Podemos. “Reacciones como las que se han materializado en el Movimiento 15-M o en “Occupy Wall St”, en Syriza o en Podemos, han sido posibles básicamente porque el neoliberalismo está causando destrozos humanos y sociales cada vez mayores y más insoportables, que están dando lugar a una ola de malestar y de desafección política. Pero no traen consigo una propuesta solvente, creíble y factible para la acción política rectificadora que ahora se requiere”, señala el curioso programa de Sánchez.

Para el candidato a la dirección socialista, el modelo de capitalismo con el que fue posible el Estado de Bienestar en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado “tiene poco que ver con el modelo de capitalismo neoliberal actual, descarnado y socialmente insensible”. El capitalismo neoliberal, bajo su punto de vista, “no es solamente una ideología más, sino un modelo social y económico establecido”. En estos momentos, dice Sánchez, “sus sectores más reaccionarios ya están sancionando, junto a una cierta redefinición de la globalización, el reforzamiento de sus rasgos más crueles e insolidarios y su compatibilidad con la política populista de ultraderecha”.

De este modo, el programa de Sánchez afirma que el capitalismo neoliberal está agotando su capacidad de readaptación ante los problemas que está generando: “Ni sus más acérrimos defensores saben ya cómo salir del callejón sin salida en el que nos han metido”, insiste.

Varias pullas al PSOE

Sánchez no ha desaprovechado la oportunidad de criticar al partido que quiere liderar. Para empezar, comienza diciendo que aunque “el PSOE es un partido con cerca de siglo y medio de historia”, ha conocido “períodos mejores o peores”, en clara referencia al mal momento que atraviesan desde Ferraz.

De hecho, Sánchez habla de “final de un ciclo político” y reconoce que el PSOE “ha salido con heridas y desgastes”. De hecho, intenta ‘pescar en río revuelto’ al decir que su objetivo es tratar de evitar “que determinadas dolencias políticas se conviertan en crónicas”.

Que los robots paguen impuestos

Otra de las ocurrencias de Sánchez es que los robots –sí, los robots- paguen impuestos. Sánchez alerta de que la automatización de algunas tareas en favor de los robots podría acabar con miles de empleos, motivo por el cual apuesta por “gravar los beneficios que procedan del trabajo realizado por máquinas inteligentes que sustituyan al trabajo asalariado».

Una de las palabras que más se repiten a lo largo del programa es “digitalización”, una de las principales preocupaciones de Pedro Sánchez. ¿Recuerdan aquel anuncio de Coca-Cola? El que decía “para los altos, para los bajos; para los gordos, para los flacos…”, pues, lean a continuación un extracto de un párrafo del programa:

“En las condiciones actuales, el papel de defensa y representación de los intereses de los trabajadores y trabajadoras por el PSOE implica considerar tanto a los sectores tradicionales como a muchos nuevos sectores: no solamente a los que trabajan por cuenta ajena, sino a los emprendedores que lo hacen por cuenta propia, aportando su capacidad de innovación y creación, así como la consolidación de su propia empresa; al trabajo autónomo y a los nuevos trabajadores independientes; a los menos cualificados, y a los muy cualificados, técnicos y profesionales; a los que realizan un esfuerzo físico en su trabajo, y a los que desarrollan tareas intelectuales, artísticas, creativas o de trabajo en red; a los que tienen contrato fijo y a los temporales, ocasionales y precarizados, que trabajan a tiempo parcial, o que se ven expulsados del mercado de trabajo; a los cooperativistas, a los que trabajan en una empresa social, o en el pujante tercer sector; a los que efectúan un servicio público o una actividad de utilidad familiar o para la comunidad; a los trabajadores y trabajadoras, en fin, de todas las culturas, religiones, etnias y procedencias en España. Y de manera muy especial, a los jóvenes que emigran o no encuentran empleo y que quedan excluidos por largos períodos de tiempo, y a las mujeres que, por el simple hecho de serlo, cobran salarios inferiores por realizar el mismo trabajo que los hombres”.

Por otro lado, Sánchez aboga por una Renta Básica Universal que permita establecer unos ingresos mínimos procedentes del Estado. Así, habla de crear un “impuesto negativo de la renta”, de manera que se pudieran compensar “puestos de trabajo que difícilmente tendrán una valoración de mercado”.

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