Las renovables no abaratan la luz pese al aumento en inversión solar y eólica: su precio ha subido un 72%
La Universidad de las Hespérides alerta de que la política energética ha llevado a un sistema "vulnerable a apagones"


Las grandes inversiones en energías renovables como eólica o solar que ha acometido España no han servido para abaratar la factura de la luz, según desvela el estudio ¿Vamos realmente hacia una electricidad más barata? elaborado por la Universidad de las Hespérides. De hecho, el coste del recibo que pagan las familias españolas se ha disparado un 72% desde 2007. El informe es obra de los profesionales Daniel Fernández Méndez y Manuel Fernández Ordóñez, del Centro Peter Huber perteneciente a dicha institución educativa.
Al encarecimiento del recibo de la luz en los hogares durante los últimos años se une que España afronta un encarecimiento inesperado en la factura eléctrica, ya que tras el gran apagón del 28 de abril los sobrecostes por restricciones técnicas han disparado el precio de la luz en 1.500 millones de euros sólo en los primeros ocho meses del año.
En ese sentido, el informe de la universidad canaria alerta de que la política energética basada únicamente en el Coste Nivelado de la Electricidad (LCOE) ha llevado a un sistema «frágil, vulnerable a apagones» y con «costes ocultos» para los consumidores.
Las renovables y el precio de la luz
La factura se ha visto agravada tras el apagón del 28 de abril, que dejó a España aislada de la red europea, perdiendo más de 15 GW de generación en segundos y obligando a operar la red en «régimen reforzado» con sobrecostes diarios de seis millones de euros.
El informe propone sustituir el LCOE por métricas más completas como el Coste Total de Sistema (TSC), que incluye costes de inversión, operación, integración y seguridad, permitiendo orientar mejor las subastas renovables y garantizar un despliegue equilibrado.
Defiende que las subastas valoren atributos como la firmeza, el almacenamiento y la estabilidad de red, y reclama acelerar inversiones en infraestructura y vincular la política energética con la industrial, para fomentar la electrificación de la economía.
«La experiencia reciente muestra que un diseño del sistema eléctrico sustentado casi en exclusiva en el LCOE (una métrica útil, pero incompleta) ha incentivado la entrada masiva de generación intermitente sin internalizar los costes de su integración, flexibilidad y estabilidad», explica.
Según el estudio, el colapso del sistema eléctrico ha obligado a expulsar del sistema un volumen creciente de energía renovable, que en julio representó ya el 11% de la generación total, cuestionando la rentabilidad y poniendo en peligro el cumplimiento de los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).
El informe alerta de que, sin una reforma técnica y legislativa que priorice la resiliencia frente al precio teórico, la transición energética española podría enfrentarse a un «cuello de botella histórico».
«Es imprescindible actuar sobre la demanda. La inversión en generación no ha ido acompasada con la electrificación de la economía, resultando en un exceso de oferta de energía que pone en serio riesgo las inversiones en generación llevadas a cabo en los últimos años», asegura el estudio. «La política energética debe ir alineada con la política industrial, incentivando la atracción de inversión y el aumento de la demanda de electricidad», sentencia.