El renacimiento comercial de Indonesia

Indonesia, una de las economías más grandes del sudeste asiático que es mezcla de biodiversidad, paisajes y culturas además de ser el mayor archipiélago del mundo compuesto por 17.000 islas donde habitan más de 286 millones de habitantes está protagonizando el contexto geoeconómico mundial al llegar a importantes acuerdos comerciales para liderar un gran renacimiento comercial global en unos tiempos convulsos.
En menos de una semana, su presidente, Prabowo Subianto, ha anunciado un doble acuerdo, por un lado, de libre comercio con la Unión Europea y por otro de una paz arancelaria temporal con los EEUU.
El Acuerdo de Libre Comercio (ALC) entre Indonesia y la Unión Europea (UE) nace hoy frente al aislamiento y fragmentación actual que promueven otros países. Precisamente la misma semana que la Presidenta de la Comisión Europea, von der Leyen recibía la carta de Trump fechada el 11 de julio anunciando unos aranceles del 30% a partir del 1 de agosto, se culminaba con éxito unas negociaciones con Indonesia que comenzaron en el año 2016.
Es una señal clara del compromiso con el libre comercio y el multilateralismo en un contexto de crecientes tensiones comerciales azuzadas por planteamientos de falta de un comercio justo con barreras arancelarias, regulación estricta y déficits comerciales crónicos acumulados con un país como Estados Unidos que ha preferido comprar antes que vender determinados productos y servicios. Incluso se afirma en la misiva que el déficit comercial es la mayor amenaza a la Economía y a la Seguridad Nacional.
El comercio con Indonesia, especialmente a través de las especias de nuez moscada, clavo y pimienta, fue un motor clave del colonialismo europeo. Los Países Bajos a través de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales y otros países europeos establecieron rutas comerciales en el siglo XVI, lo que generó riqueza y consolidó el poder marítimo europeo.
El actual acuerdo de libre comercio, simboliza la apertura y la cooperación comercial, y representa una oportunidad estratégica clave para fortalecer las relaciones económicas ya existentes entre la Unión Europea y su quinto mercado dentro de la ASEAN, Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, promoviendo el crecimiento sostenible y fomentando la cooperación entre dos regiones que son grandes protagonistas de la geoeconomía mundial.
Las principales ventajas del acuerdo que deberá ser ratificado por los países miembros son la creación de un gran mercado conjunto de 750 millones de consumidores, destacando una clase media indonesia en rápido crecimiento.
Actualmente los principales destinos de los productos de Indonesia son China (23,6%), los Estados Unidos (10%), el Japón (7,8%), la India (7,7%) o Singapur (4,6%). La economía de Indonesia se beneficia de su riqueza en recursos naturales, pero también enfrenta retos como la volatilidad de los precios y las crecientes restricciones ambientales.
Indonesia exporta productos agrícolas como el aceite de palma sostenible utilizado en alimentos y en la industria de los cosméticos, el café de la variedad robusta, el cacao, el coco, las frutas tropicales, las especias, los textiles, productos electrónicos y recursos naturales procesados a la Unión Europea actualmente con aranceles reducidos.
También la bauxita, el hierro, el acero y los combustibles minerales como el gas natural licuado (GNL), el petróleo crudo y sus derivados que representan el 21% del total de exportaciones, con un valor de aproximadamente 55,5 mil millones de dólares. Indonesia es uno de los mayores exportadores de carbón térmico y gas natural, siendo China, India y Japón sus principales actuales destinos.
El caucho natural, los neumáticos, los guantes de goma, los componentes electrónicos, los electrodomésticos y los equipos de telecomunicaciones de marcas como LG y Samsung, los vehículos, las perlas, las piedras preciosas, el cemento, la maquinaria para la industria de energía nuclear, los camarones, el atún y el calzado de marcas como Nike y Adidas son algunas de las exportaciones clave de Indonesia que describen a un país abierto a la exportación y diversificado con un gran potencial de crecimiento.
Indonesia representa, además, un referente en los créditos de carbono y productos sostenibles comercializando de forma eficaz créditos de carbono generados por proyectos de conservación forestal en Kalimantan Central como el Katingan Mentaya a empresas y gobiernos europeos.
Lo hace para compensar emisiones y cumplir con los objetivos de emisiones bajo el Acuerdo de París, un mercado en crecimiento debido a los firmes compromisos climáticos de la UE.
Los principales mercados europeos de Indonesia son los Países Bajos, Alemania, España e Italia y el volumen de intercambio actual casi alcanza los 35.000 millones de euros.
Por su parte la UE con este acuerdo quiere incrementar sus exportaciones de bienes de alto valor añadido, como maquinaria, productos farmacéuticos, automóviles y tecnología avanzada, a un mercado indonesio en constante modernización. Además, Indonesia puede representar el papel de socio alternativo a una excesiva dependencia europea a la gran fábrica manufacturera china.
El acuerdo proporcionará un nuevo marco estable y predecible para las inversiones, garantizando un entorno empresarial transparente e incentivando a las empresas europeas a invertir en Indonesia y viceversa.
La UE es una fuente importante de inversión extranjera directa (IED), y un acuerdo de este tipo permite obtener un mayor acceso a un mercado en crecimiento canalizando mayores flujos hacia sectores clave en Indonesia como la agricultura y pesca sostenible, las manufacturas de productos tecnológicos, las energías renovables y la digitalización contribuyendo a la modernización de los sectores industriales, mejorando la infraestructura y transfiriendo tecnología avanzada para fortalecer la competitividad de Indonesia en el mercado global.
El ALC, Acuerdo de Libre Comercio no solo va a impulsar el comercio y la inversión, sino que también plantea las bases para desarrollar una cooperación más amplia en áreas como la educación, la investigación, la lucha contra el cambio climático y la digitalización.
Las PYMES, que constituyen la columna vertebral tanto de las economías de Indonesia como de la UE, se beneficiarán de la reducción de los actuales aranceles y de la simplificación de los procedimientos aduaneros en ambos sentidos.
Para maximizar estas ventajas, ambas partes deberán abordar desafíos como las diferencias en la regulación, estándares ambientales y las sensibilidades culturales, asegurando que el desarrollo del acuerdo sea inclusivo y equitativo para todas las partes.
Los retos son importantes. La UE impone estrictos estándares ambientales y laborales, mientras que Indonesia, como economía en desarrollo, tiene regulaciones más flexibles. Las regulaciones europeas sobre sostenibilidad (como EUDR) y medidas antidumping en biodiesel limitan ciertos productos, especialmente derivados del aceite de palma por las implicaciones en la deforestación de la región.
Asimismo, la UE quiere garantías de protección de los derechos de propiedad intelectual en productos farmacéuticos y en tecnología, mientras que Indonesia prioriza el acceso a medicamentos genéricos y tecnologías asequibles, lo que complica las negociaciones. Hay notables diferencias en los estándares técnicos y en las certificaciones vigentes en alimentos y en maquinaria que deberán converger por la armonización normativa.
Tampoco hay que olvidar que Indonesia ha implantado numerosas medidas proteccionistas, como las restricciones a la exportación de materias primas sin refinar como el estaño, el cobre y el níquel, este último vital para las baterías eléctricas, un componente clave de la transición eléctrica. Son medidas de protección para fomentar la industria local del refino, algo que no está de momento alineado con los intereses europeos de acceso libre a este tipo de recursos clave.
Igualmente, las empresas estatales indonesias y los subsidios en algunos sectores como la agricultura y la energía dibujan de momento un entorno competitivo desigual para las empresas europeas.
Por su parte la UE busca un mayor acceso al mercado indonesio para bienes y servicios de maquinaria, automóviles y servicios financieros, e Indonesia teme que sus industrias locales no puedan competir. Indonesia es además un proveedor estratégico para las cadenas de suministro globales, especialmente en sectores como la electrónica y la automoción, lo que fortalecerá la resiliencia económica de Europa ante futuras crisis consolidando la posición estratégica de Europa en el Indo-Pacífico.
Con respecto al segundo acuerdo de Indonesia, la firma de la paz arancelaria temporal con los EEUU, el presidente Trump anunciaba la apertura del mercado de Indonesia de 280 millones de consumidores a los productos de los Estados Unidos por primera vez en la historia con el objetivo de reducir un déficit comercial crónico, también con Indonesia, que alcanzó los 17.900 millones de dólares el año pasado.
Con un compromiso por parte del gobierno de Indonesia de comprar energía estadounidense por un importe de 15.000 millones de dólares, productos agrícolas americanos por un importe de 4.500 millones de dólares y además 50 aviones Boeing, muchos de ellos del modelo 777.
A cambio de retirar las barreras arancelarias y no arancelarias, vivimos un mundo de tarifas asimétricas, a las exportaciones americanas les rebajaba el arancel inicial del 32% al 19%.
Termino con una curiosidad del pueblo indonesio de Toraja. Se llama Ma´nene y consiste en desenterrar cada cierto tiempo los cuerpos de los seres queridos fallecidos, los asean, los visten con ropa nueva y los pasean por el pueblo como una forma de mantener su memoria viva. Para los Toraja la muerte es solo una transición y consideran a los difuntos parte de la comunidad.
Indonesia está totalmente preparada para liderar la transición entre el cadáver en cuerpo presente del comercio mundial tradicional y los nuevos grandes acuerdos de libre comercio entre bloques, haciendo lo que sea necesario de su parte, incluso si es necesario desenterrando las recientes víctimas de los nuevos aranceles intermitentes de Trump que creen estar todavía vivas en un contexto geopolítico radicalmente distinto al que enfrentábamos hace solo un año.
Linea tenuis inter vitam et morten
José Luis Moreno, economista ha sido director de Economía en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid. Analista económico y empresarial.