Energía

Ridículo total del Gobierno: la primera subasta de la luz con tope al gas sale ‘a pagar’ 10 euros más cara

Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica.
Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La primera subasta del precio de la luz en que el Gobierno aplica la famosa «excepción ibérica» que pone un tope al gas ha sido un rotundo fracaso para Teresa Ribera. En vez de rebajar el precio de la electricidad, la compensación a las centrales que la producen con gas por la diferencia con el precio de esta materia prima ha resultado en una subida de 10 euros para este miércoles respecto al precio del martes. La medida estrella para rebajar la inflación… genera más inflación.

La subasta en la que las gasistas no pueden utilizar un precio del gas superior a 40 euros por MWh ha resultado en un precio medio de la luz de 165,59 euros el MWh, 48,46 euros menos que el lunes. Pero resulta que la citada compensación a las centrales de gas (ciclos combinados) se eleva a 59,27 euros, con lo que el efecto neto es una subida -no bajada- de 10,81 euros. El precio real de la luz el 15 de junio será de 224,86 euros. Y en algunas horas esa compensación se ha acercado a los 80 euros.

OKDIARIO ya adelantó que el Gobierno había retrasado todo lo posible la aprobación de esta medida en Bruselas precisamente porque no le salía ni de lejos el descuento prometido; de hecho, existía un temor fundado a que saliera ‘a pagar’, es decir, a que la luz subiera en vez de bajar, como así ha sido finalmente.

¿Por qué la compensación es tan cara? En primer lugar, por la diferencia entre los 40 euros del tope y el precio del gas en el mercado internacional, que este martes se encuentra en casi 100 euros (es decir, hay que pagar a las gasistas cerca de 60 euros por MWh y hacen falta dos MWh de gas para generar uno de electricidad).

Pero la principal razón es que esta compensación la pagan inicialmente los clientes del mercado regulado (los que pagan el PVPC, precio de venta al pequeño consumidor, que se calcula en la subasta diaria), que son los que se benefician de la rebaja. Además, pagarán los que están en el mercado libre -tienen un contrato a plazo con precio fijo- según vayan teniendo que renovar su contrato; el Gobierno ha tomado como fecha para que empiecen a entrar en la compensación el 26 de abril.

Con el tiempo, sí habrá rebaja

Por tanto, según pase el tiempo, cada vez entrarán más consumidores entre los que se dividirá la compensación y cada uno ‘tocará a menos’. Y en algún momento el efecto neto del tope menos este ajuste sí será una rebaja. Pero no se sabe cuántos meses tardará en llegar ese memento. Precisamente, el intento del Gobierno de que entrara el máximo posible de clientes de inicio es lo que provocó el citado retraso en el envío de la medida a la Comisión Europea.

Asimismo, el tope al gas irá subiendo hasta quedar en una media de 50 euros en 12 meses, lo que también reducirá la compensación, si bien los primeros seis meses se quedará en 40.

En todo caso, se trata de un ridículo histórico del Gobierno, que vendió esta «excepción ibérica» como la panacea para combatir la escalada del IPC y para mitigar el impacto de la subida de la luz en los hogares, y que le ha costado un enfrentamiento con los países centrales de la UE, que consideran que supone una ruptura del mercado único y una ventaja para España y Portugal. De ahí que hayan exigido que sea una medida excepcional y transitoria.

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