El Premio Nobel Fromow-Guerra asegura que «no pueden coexistir las armas nucleares con nosotros»

El Premio Nobel Fromow-Guerra asegura que «no pueden coexistir las armas nucleares con nosotros»
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El doctor mexicano Jans Fromow-Guerra, integrante de la iniciativa por el desarme nuclear que obtuvo en 2017 el Premio Nobel de la Paz, manifestó que “no pueden coexistir las armas nucleares y nosotros, el futuro de nuestra especie”. Fromow, que intervino en la segunda jornada del Global Youth Leadership Forum (GYLF) en el Palacio de La Magdalena en Santander. Fromow dijo que “las normas importan” a la hora de avanzar en la desnuclearización, y mostró su esperanza de que aumente la cifra de ratificaciones nacionales (van 26 sobre 70 firmantes) del Tratado aprobado en Naciones Unidas en 2017 para la supresión de las armas atómicas.

Fromow-Guerra recordó que, junto con el cambio climático, el arsenal nuclear es la otra gran amenaza que pende sobre la supervivencia de la humanidad. Expuso un escenario de una guerra atómica que emplease solo un 0,5% del arsenal existente, del estilo de los de Pakistán e India. Morirían de modo inmediato 75 millones de personas y se producirían alteraciones globales que producirían el fallecimiento de hasta 2.000 millones de personas durante los siguientes diez años, principalmente de hambre y por los efectos de las explosiones sobre la agricultura y el clima.

El activista del colectivo distinguido con el Nobel explicó que su campaña se centra en una estrategia de tres pasos: “Estigmatizar, prohibir, eliminar”. Subrayó que los nueve países con armas nucleares no solo no las suprimen, sino que incluso gastan más de 105.000 millones de dólares al año en modernización de arsenales y desarrollo de nuevas armas, como los nuevos misiles con ojiva Trident o las pruebas rusas. También destacó el peligro de la situación actual: “Por primera vez en treinta años, no hay negociaciones” en marcha para reducir o eliminar tipos de armas nucleares.

La segunda jornada de la 4ª edición del Global Youth Leadership Forum 2019, que está teniendo lugar en el Palacio de la Magdalena de Santander, ha arrancado esta mañana con Vincent Jelani, CEO de Crowd Smart, que ha acercado a los asistentes el concepto de “Ecosistemas Sostenibles” en las empresas, así como la aplicación de la Inteligencia Artificial. Jelani define los “ecosistemas sostenibles” como aquellos entornos más adecuados para crear una empresa, y para lograrlo es necesario que existan tres aspectos: en primer lugar, una fuerza motora, lo que se conoce como tracción o experiencia. En segundo lugar, tiene que existir capital, o el dinero que se necesita para el riesgo que se asume, “da igual lo bueno que sea tu idea, hay que venderla, se necesitan inversores”. Por último, está el conocimiento, o la experiencia de las empresas con las que se habla. Para Jelani es necesario contar con un “ecosistema sostenible” para poder crear una empresa o start-up.

Pero también existen razones para fracasar, las cuales hay que conocer. Por un lado, está la no necesidad de esa idea, que se acabe el capital o que no se cuente con un equipo correcto. Según Jelani, “actualmente los países para tener esos ecosistemas sostenibles tienen que invertir en emprendedores, decidiéndose por los más óptimos”, pero ¿cómo se apuesta por los correcto? En este momento es cuando se aplica la Inteligencia Artificial, o lo que es lo mismo, conectar la tecnología para predecir la tracción del mercado. Con esta Inteligencia Artificial llegamos más allá de la forma tradicional de apostar por una empresa o startup, se utilizan datos y tecnología para tomar buenas decisiones empresariales.

La segunda de las ponencias la protagonizó Luis Arroyo, ex jefe de gabinete de la Vicepresidencia del Gobierno, quien denunció que “Internet no nos está haciendo globalmente más inteligentes”, y para ello acercó a los asistentes conceptos como el “framing”, o lo que es lo mismo, que todo depende de la forma en que se “enmarquen” las noticias. Internet no solo fomenta el “framing” simplista, sino además “la simple y pura mentira”. “Ha favorecido la extensión de las tan populares fake news”, añadió. Otra de las tendencias, resultado del uso de internet, es el “sofactivismo” o activismo de sofá, por el que la gente deja de moverse o actuar, ya que lo hace a través de la red. Este concepto enlaza con la “flojera social” o la “pseudoparticipación”, por la que la gente deja de implicarse en las causas, o cree, erróneamente que lo hace, porque lo sigue en Internet. Para Arroyo, la red está permitiéndonos ver el denominado “tribalismo”, algo habitual sobre todo en política y es que “la gente no está en política para entender al adversario sino para ganar o si puede, machacarlo”.

En el panel de expertos que finalizó las sesiones matinales, intervinieron Juan Yermo (miembro del Gabinete de la Secretaría General de la OCDE), Marino Jabonero (responsable de Educación en la Organización de Estados Iberoamericanos) e Iván Pilip, (ex vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (2004-2007) y ex ministro de Finanzas y de Educación y Juventud de la República Checa en la segunda mitad de la década de 1990).

Juan Yermo explicó “el descontento con la globalización” a partir de varios rasgos fundamentales. La globalización ha supuesto beneficios, como elevación de ingresos y caída de la pobreza extrema, pero también su desigual distribución y una caída de productividad; se ha producido un daño ambiental como consecuencia de las nuevas dinámicas económicas; la transformación digital ha creado “oportunidades masivas” pero también desafíos; el multilateralismo no siempre ha sido efectivo al crear unas reglas seguidas por todos, tanto en comercio como en lucha contra la corrupción. La situación actual es la de un mundo “multi-polar” que, sin embargo, asiste al crecimiento del “proteccionismo” mientras la economía global se ralentiza. Yermo subrayó que un buen uso de las nuevas tecnologías podría ayudar a afrontar los problemas de productividad, desigualdad y medio ambiente, y que las soluciones a problemas globales tienen que venir del refuerzo de la cooperación entre gobiernos, para aportar soluciones globales. Yermo destacó que ya un 13% de la población de la OCDE ha nacido fuera del país de residencia, lo que subraya la importancia del fenómeno migratorio.

Mariano Jabonero destacó la “trampa de la renta media” en la que los países iberoamericanos llevan atrapados desde hace décadas. Al pasar a ese estatus han perdido oportunidades de ayudas al desarrollo o de facilidades financieras. Jabonero desglosó esta situación en cuatro trampas. La de la productividad, al ser países basados en exportar materia prima o proporcionar mano de obra muy barata. La de la vulnerabilidad social, con un alto porcentaje de ciudadanos pobres, con empleos precarios y sin habilidades profesionales desarrolladas. La ambiental, con el perjuicio que causan esos modelos de economía al entorno. Y la trampa institucional, por la cual, aunque democracias formales en su mayoría, los ciudadanos sientes desconfianza ante los gobiernos porque estos no logran proveer de servicios públicos esenciales con la calidad necesidad: seguridad, sanidad, educación. “Juntos podríamos hacer más”, admitió Jabonero recordando los antiguos llamamientos de Simón Bolívar a una acción iberoamericana conjunta, y recordó que solo el 22% del comercio de este grupo de países es interno a la zona, frente a porcentajes muy superiores en Europa, que reflejan una mayor cohesión entre las sociedades. Jabonero apostó por la educación, la cultura y la ciencia como medios para ayudar a las naciones iberoamericanas a salir de la trampa de la renta media.

Iván Pilip, en su intervención, subrayó la necesidad de dar soluciones globales a problemas globales que son “muy complejos”. Alertó sobre las dos corrientes que han surgido para dar soluciones “simples”: por un lado, populismos como los de Donald Trump o Boris Johnson; por otro, el reforzamiento de la influencia de países centralizados y con poco énfasis en derechos humanos y participación, como Rusia o China. Ese simplismo ha sido en parte exitoso debido a “la polarización por las redes sociales”, que dificulta hallar soluciones de término medio y divide a las comunidades en mitades muy alejadas. Pilip indicó que las soluciones democráticas son lentas y complejas, porque se trata de hallar “consenso” y lleva tiempo. Para él, es necesario abordar las soluciones en el plano global, porque las soluciones nacionales ya no son efectivas. Además, advirtió que “la derecha no debe dejar temas como la desigualdad o el cambio climático como temas de la izquierda”, porque los desafíos globales desbordan esa diferencia, y todos deben ocuparse de ellos.

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