El precedente de Santander con Popular hace temer lo peor para BBVA con Sabadell


La OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell ha ido perdiendo fuerza conforme pasaban los meses, hasta el punto de que, a día de hoy, es casi imposible que tenga éxito (salvo subida de precio), como les venimos contando en OKDIARIO. Pero es que también sería un mal negocio para el banco que preside Carlos Torres; basta mirar al precedente de la compra del Banco Popular por el Santander.
Aquella adquisición demostró que, en las operaciones corporativas, uno más uno no siempre es dos, sino que puede ser bastante menos. Y eso que al Santander le salió gratis, si bien tuvo que acometer una ampliación de capital de 7.000 millones. En crédito a empresas, la suma se quedó en 1,4, porque el banco fusionado perdió buena parte del negocio del antiguo Popular.
Esto se explica porque las empresas (incluso muchos autónomos) trabajan con más de un banco. Así, si una pyme trabaja con tres bancos y dos de ellos se fusionan, se lleva la parte que tenía con uno de esos dos a una tercera entidad. De hecho, son los propios bancos los que no quieren asumir tanto riesgo con una sola empresa y prácticamente la obligan a reducir su crédito.
«Las empresas medianas, que facturan entre 20 y 200 millones, suelen trabajar con cuatro bancos porque ninguno quiere tener más de un 25% de su riesgo. Así que tienen que llevárselo a otra entidad, que es lo que pasó con el Popular y es lo que pasará con el Sabadell si sale la OPA», explica una fuente del sector.
Gol a la CNMC
Esto es lo que explica que Santander y CaixaBank estén relamiéndose, porque se van a lanzar como lobos a por ese negocio que salga de un eventual BBVA-Sabadell. Y también es lo que hay detrás del gol que el banco de origen vasco le quiere meter a la CNMC con los remedies, es decir, los compromisos para mitigar el impacto en la competencia de la operación.
El BBVA se ha comprometido a mantener hasta cinco años el crédito circulante (menos de un año) a las pymes (ni autónomos ni empresas de más de 50 millones) que tengan el 100% de su crédito con el Sabadell, el BBVA o ambos. Eso es el 5% de las pymes que actualmente son clientes del Sabadell. Y a mantener las condiciones actuales -intereses y comisiones- sólo a una serie de códigos postales donde hay menos bancos.
De esta forma, las medidas ofrecidas sólo protegen al 0,01% de estas pymes. Y además, es imposible verificar su cumplimiento durante cinco años. De ahí que el CEO del Sabadell, César González-Bueno, haya pedido a la autoridad de Competencia que blinde a todas las pymes clientes de ambos bancos.
Sinergias pírricas
Volviendo a la comparación con el Popular, hay una gran diferencia con el caso actual: aunque en ambos casos van a perder negocio, el Santander al menos consiguió importantes sinergias (ahorros de costes) de integrar las dos redes, los servicios centrales y la plataforma tecnológica. Pero el BBVA no las va a conseguir con el Sabadell.
El BBVA estimó inicialmente que tendría sinergias de 750 millones por costes y 100 por menores costes de financiación. Pero esa estimación se basaba en la fusión de las dos entidades, algo a lo que se ha negado en redondo el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, aunque triunfe la OPA.
Si no hay fusión, «las sinergias no tienen nada que ver, tienes dos entidades independientes, una de ellas con minoritarios. Tienes que mantener los dos servicios centrales, no puedes hacer combinación de oficinas, etc.», según una de las fuentes. Eso implica que no podrá alcanzar los 300 millones en ahorros de gastos de personal.
El otro capítulo es la plataforma tecnológica, que es donde se podrían obtener más ahorros pero tampoco los 450 previstos. Es más, habría que achatarrar la actual del Sabadell, lo cual supone apuntarse un deterioro (pérdida) de cerca de 1.000 millones, tal como está valorada en libros. Por último, con la mejora del rating del Sabadell, los menores costes de financiación no serán 100 millones, sino mucho menos: incluso 15, según algunas fuentes.
Impuesto a la banca
A esto hay que añadir el nuevo diseño del impuesto a la banca, que al ser progresivo será superior en el banco conjunto que el que pagan los dos por separado. Se llevaría 160 millones de las sinergias, según los cálculos mencionados; y los 750 millones anunciados son antes de impuestos, así que también hay que restar 225 de Impuesto de Sociedades.
Aparte de las sinergias, la subida en Bolsa del BBVA implica que ahora está pagando por encima del valor en libros del Sabadell; es decir, tendrá un fondo de comercio positivo que implicará una pérdida que se situaba en unos 1.300 millones antes de la caída bursátil por la guerra comercial.
Es decir, fuga de clientes, pérdida de negocio y unos ahorros de costes pírricos. No parece un gran negocio para el BBVA. Y menos aún para justificar una subida de precio, por mucho que el mercado lo espere. Como siempre hemos dicho aquí, Torres tiene una tercera opción además de esa subida o dejar la oferta como está (con una altísima probabilidad de que fracase): retirar la OPA con la excusa de las condiciones de la CNMC. Sería una salida honrosa.
¿Torres en peligro?
El problema que muchos citan en ese escenario es que Torres quedaría muy debilitado e incluso le podrían obligar a dimitir por tropezar dos veces en la misma piedra (ya hizo un intento fallido de compra del Sabadell en 2020). Pero los que saben de esto de verdad aseguran que no existe ese riesgo.
«Torres controla el consejo, su banco ganó 10.000 millones en 2024, las tendencias van bien en 2025… tiene las espaldas muy bien cubiertas. Incluso aunque decida renunciar a la OPA: dijo públicamente que gestionaba para los accionistas y, si no salen los números, no sigue adelante. Eso tiene mucho menos riesgo que asumir una operación al límite, con un Gobierno que pone por escrito que no va a aprobar la fusión, estar dentro de dos años con dos bancos separados sin sinergias y arriesgarse a que los ingresos del Sabadell se desplomen», explica un ejecutivo del sector.
Otro banquero apostilla: «No sería un fracaso de Torres. La cotización ha subido, sus accionistas están contentos, su blindaje es la acción. Es el banco con mejor rentabilidad sobre coste de capital, México va a seguir siendo la gallina de los huevos de oro a pesar de Trump… el fracaso sería no haberlo intentado».