Análisis

Pfizer: ¡libertad de sumisión!

Pfizer
Logotipo de la farmacéutica norteamericana Pfizer.

«Bienaventurado el hombre que no espera nada, porque nunca será decepcionado». Alexander Pope.

Si hay una creencia que he mantenido hasta la saciedad, esa es que los actos nos definen como personas. Infinidad de ellas hablan tan fuerte con sus actos, que apenas podemos oírles para bien o para mal.

En el segundo caso me reafirma que a veces sólo debes eliminarlos de tu vida sin previo aviso, ya que nos estamos volviendo mayores para seguir explicando lo que ya saben que están haciendo mal, ¿no les parece? El silencio es mucho más poderoso que demostrarle al mundo que puedes marcarte un inmaduro punto.

¿Conocen por casualidad a Albert Bourla? Probablemente muchos de ustedes no. Hoy hace una semana que este señor se pronunciaba a través de Twitter con una afirmación que formará parte de un convulso siglo XXI: “hoy es un día para la ciencia y para la historia”. Nos trasladaba aparentemente un motivo de alegría, ya que el señor Bourla es el principal ejecutivo de Pfizer, la farmacéutica estadounidense que anunció que su vacuna para el covid está en fase previa de aprobación con un resultado positivo del 90%.

Sin duda pudo interpretarse como un mensaje necesario de calma, pero no se hizo uso de él para alimentar la esperanza de la humanidad, más bien para alimentar su cuenta corriente puesto que paralelamente a dicho Tweet, el venerable de Albert Bourla ejecutaba un plan de venta del 62% del total de sus acciones por un importe superior a 5 millones de USD, un rédito excelente para un Tweet ¿no creen? El programa de remuneración de Pfizer permite a Bourla hacerse con un plan de ‘stock options’ de venta automática si la cotización llega a determinados umbrales, como por ejemplo los 41USD por acción, nivel conseguido tras el ‘esperanzador Tweet’.

Ciertamente, un concierto claro de alegalidad descarada, que en breve nos dictará si es o no delito de abuso de mercado, dependiendo de si la realidad de los hechos está tan cerca como parece. Apostando un poco, me atrevería a decirles que sí, puesto que la fase 3 de autorización en la FDA se basa en examinar por parte de un comité externo los informes prestados por Pfizer, así que si no se tiran al escándalo, lo normal sería que esté todo en orden y pendiente de visar y autorizar.

Ahora viene lo heavy de todo este embrollo, embrollo que si me permiten va mucho más allá de la estratagema lícita del señor Bourla, que lejos de vender sus acciones voluntariamente- como muchos suponen- lo ha hecho a través de darle un empujoncito a la cotización de Pfizer, algo que sucedería de todas formas si la vacuna está tan cerca como parece.

A lo que hoy propongo un acto de reflexión profundo, es al hecho de que estamos hablando de 5 millones de USD de bonus para un alto ejecutivo que forma parte de un equipo que probablemente solucione el mayor problema de la humanidad a día de hoy, ¿les parece suficiente botín? Yo creo que en caso de lograrlo, está muy mal pagado señores/as. Cosas del capitalismo, dirán…

Cosas capaces de solucionar los problemas comunes con un incentivo privado y noble, como es la rentabilidad del capital. Pero si me permiten adentrarme en debates absurdos sobre la ética de la actuación del capital privado, ¿qué les parece si comparamos la actuación de Bourla con la de los gobiernos europeos? España ha tirado literalmente a la basura 120 mil millones de euros, ¿acaso no es más grave dilapidar los fondos de todos, que ganar meritocráticamente tu salario?

Esta segunda ola ha demostrado que las decisiones impulsivas tomadas por los gobiernos europeos escandalizados por las premonitorias palabras de Boris Johnson, han sido un lastre enorme para nuestra generación. Gastar esta ingente cantidad de munición para darnos cuatro meses de cierta libertad, es un desembolso abusivo, ineficiente y clara evidencia de la incompetencia de quienes gestionan el presupuesto más grande de toda esta nación.

Ayuso, probablemente la política más criticada de España, ha sido la más eficiente a la hora de lograr un equilibrio entre medidas de protección social, sanitarias y económicas. Es cierto que nadie quiere ver la curva creciente, ni el incremento de fallecimientos por el covid-19, pero es una realidad incapaz de ocultar, por lo que deberíamos concienciarnos acerca de dicha realidad en los hechos. Nuestra misión no consiste en eliminar el virus, ya que eso es imposible actualmente. Nuestra misión es adaptar nuestra manera de vivir a una nueva dimensión.

Los mercados aplauden y aplaudirán cualquier compromiso monetario o fiscal de nuestras autoridades, pero mientras sigamos zombificando la economía con tipos negativos, alimentando los mercados especulativos con inyecciones monetarias artificiales y cargando la deuda pública de estímulos fiscales, seguiremos olvidando el poder de la libertad y la capacidad de que hombres como lo que representa Albert Bourla, sigan haciendo del interés personal, una solución colectiva.

Si el mundo sigue sin darse cuenta de que el intervencionismo es la causa de mucho mal, y que la libertad es quien nos hace avanzar, seguiremos enquistados en el temor a que la política del miedo sea capaz de dominar nuestra sociedad; decepcionados con el poder, pero resignados a continuar cediendo cuota sobre nuestras libertades a un establishment que ha demostrado claramente su nula capacidad de incidencia positiva sobre nuestra manera de vivir.

Como decía Pope, el hombre que no espera nada es bienaventurado, y lo es precisamente porque nunca será decepcionado. Algo que, si me permiten, no solamente me parece banal y cobarde, sino un claro ejercicio hacia la sumisión inaudita al corrompido poder. Así que no olviden que el poder del acosador, el abusador, el violador y el dictador depende sobre todo de nuestro silencio, y yo personalmente del único silencio del que me enorgullezco es del reto que supone mantenerlo a raya, tras la elegancia del éxito.

Gisela Turazzini, CEO, Blackbird Bank

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