Olivo puede provocar otra guerra en Unicaja Banco: si entra en el consejo, tiene que salir Azuaga
No hay hueco para otro dominical porque el BCE exige que haya siete independientes en Unicaja
El aumento de participación de Tomás Olivo en Unicaja Banco hasta el 9,02%, adelantado por OKDIARIO, puede provocar una nueva guerra interna en la entidad malagueña que amenaza el puesto del propio presidente, Manuel Azuaga. Si solicita un asiento en el consejo, al que le da derecho el citado porcentaje, Azuaga tendría que renunciar al suyo, ya que no hay hueco para más consejeros dominicales.
El consejo de Unicaja está compuesto transitoriamente por 14 miembros tras la renuncia de David Vaamonde (representante del fondo Oceanwood, que vendió su 7% en agosto), pero, en la convocatoria de la junta extraordinaria de accionistas del 14 de noviembre, el banco propone «mantener fijado en quince el número de miembros del Consejo de Administración».
De esos 15, el BCE exige que siete tengan la condición de independientes, lo cual impide una solución como la que adoptó Naturgy de eliminar un consejero independiente para dar entrada a otro dominical.
Por tanto, Unicaja sólo dispone de ocho puestos para consejeros no independientes. Ahora mismo, esos puestos están ocupados por cuatro dominicales de la Fundación Unicaja, uno en representación de Mayoral, otro de la Fundación Cajastur (principal accionista de la antigua Liberbank), el consejero delegado Isidro Rubiales (ejecutivo) y el citado Azuaga, que ha perdido su condición de ejecutivo y pretende pasar a tener la consideración de «otros consejeros externos».
Si Olivo solicita el asiento al que tiene derecho, uno de ellos tendrá que abandonar el órgano de administración. Ninguno de los accionistas significativos tiene intención de quedarse sin un asiento, incluyendo la Fundación Unicaja, que es quien controla el banco tras la victoria del bando malagueño en la guerra de poder contra Liberbank. Y tampoco tienen obligación de hacerlo, ya que están ratificados por la junta. Rubiales como ejecutivo tampoco puede salir, así que la única opción para dar entrada a Olivo en el consejo de Unicaja sería la marcha del propio Azuaga.
La solución en diciembre
Fuentes cercanas al promotor inmobiliario murciano aseguran que hasta diciembre no va a solicitar entrar en el consejo, pero después lo lógico sería que lo haga para defender los intereses de su 9%. En todo caso, pretende hacerlo de forma amistosa, dialogando con el presidente, según estas fuentes.
Otra solución para este problema podría ser que Azuaga adquiera la condición de dominical en representación de la Fundación Unicaja y que salga uno de sus actuales consejeros: Miguel González, Natalia Sánchez, Juan Antonio Izaguirre o José Ramón Sánchez.
Sin embargo, el BCE tampoco permite este tipo de cambalaches y las fuentes consultadas aseguran que ninguno de los actuales representantes de la Fundación -de filiación socialista o de Podemos- está dispuesto a renunciar a su asiento, lo cual hace prácticamente imposible esta jugada.
Olivo adquirió el 2,82% del capital al empresario mexicano Ernesto Tinajero, que era accionista original de Liberbank antes de la fusión. Al igual que Oceanwood, Tinajero también ha decidido abandonar el barco tras la victoria malagueña, ya que confiaba en el consejero delegado procedente de dicha entidad, Manuel Menéndez, defenestrado por la Fundación Unicaja y sus aliados.
Malos resultados
Unicaja Banco presentó este lunes unos resultados hasta septiembre que se quedaron lejos del resto de bancos cotizados, lo que le costó un duro castigo en Bolsa. Este martes, el Financial Times publicó una Lex Column de opinión titulada Unicaja: el banco debería exprimir su balance, no sólo a sus clientes.
En ella, mostraba su sorpresa por la caída del 55% de la concesión de hipotecas (muy por encima del 19% del conjunto del sector bancario), porque la retribución media de los depósitos sea la más baja del sector (del 0,47%) y porque, aun así, su rentabilidad alcance sólo el 6%, cuando los demás bancos del Ibex superan el 10%.
Para dar la vuelta a esta situación, fruto de la parálisis del banco durante la guerra de poder, el diario británico propone que Unicaja no utilice el exceso de capital para recomprar acciones -opción que han elegido sus competidores menos Bankinter-, sino para limpiar su balance. Algo que, a su juicio, le proporcionaría una subida de su rentabilidad y de su valoración en Bolsa.