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El nuevo número tres de CaixaBank financió la locura que ha llevado a la quiebra al Barcelona

En Barcelona se interpreta el movimiento de CaixaBank como un acercamiento a Madrid justo en año electoral

CaixaBank anuncia el cese de su número tres, Juan Antonio Alcaraz

La compensación total de Alcaraz por su salida de CaixaBank rondará los 20 millones

CaixaBank Barcelona
Cambios en la cúpula de Caixabank.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La noticia de la semana en el mundo financiero ha sido la destitución del número tres de CaixaBankJuan Antonio Alcaraz, el hombre que manejaba con mano de hierro la mayor red bancaria de España. La historia tiene mucha miga y hasta interpretaciones políticas, pero hay otra derivada de lo más sorprendente: su sustituto es el banquero que prestó el dinero al Fútbol Club Barcelona cuando nadie más lo hacía y financió la espiral de gasto que lo ha llevado a la actual quiebra.

Estamos hablando de Jaume Masana, consejero delegado de la difunta CatalunyaBanc (fusión de Caixa Catalunya, Caixa Manresa y Caixa Tarragona), que adquirió BBVA tras recibir el mayor rescate del sector financiero en relación al tamaño, mayor que el de Bankia en esos términos. El FROB dejó colgando de la brocha a los máximos responsables de esta entidad antes de su venta, y Masana encontró acomodo en 2013 en La Caixa -todavía no era CaixaBank- aunque como mero director territorial. Desde ahí ha ido ascendiendo hasta la dirección de negocio, si bien con menos poder que Alcaraz: las funciones que tenía éste se dividirán ahora entre tres personas.

Jaume Masana, nuevo director de negocio de CaixaBank.

En su época en el banco de las antiguas cajas públicas catalanas, Masana -hombre discreto con relaciones con el independentismo- fue uno de los principales financiadores del Barcelona durante la presidencia de Sandro Rosell, con el que mantenía una excelente relación. Es cierto que el desmadre de gasto del club azulgrana se desató con Bartomeu, pero ya comenzó en la era de su antecesor.

Crédito al Barça

De hecho, ya entonces le costaba encontrar entidades que le prestaran dinero a pesar de que el equipo vivía la época dorada de Messi, Xavi, Iniesta, Piqué, Puyol y compañía. El crecimiento de los costes ya empezaba a ser considerado insostenible a futuro -esos años de vino y rosas no iban a durar para siempre- por la mayoría de los bancos, que se mostraban reticentes a financiarlo.

Pero el Barça es el Barça, y desde los poderes públicos se dio orden a la antigua caja de la Diputación de Barcelona para que abriera la mano. Lo cual permitió el inicio de la espiral de fichajes y subidas salariales exigidas por Messi para él y su guardia de corps que ahora tienen hipotecado al club y que ha obligado a activar las famosas palancas de Laporta, de resultado más que incierto.

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Sandro Rosell. (Foto: AFP)

Y Masana se plegó a dichas exigencias. Esto nos lleva de nuevo a la salida de Alcaraz: algunas fuentes sostienen que el detonante de su salida de CaixaBank -debida a su mala relación con el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, que era vox populi- ha sido su negativa a financiar operaciones de la actual Generalitat justo en un momento crítico con la derogación de la sedición, la rebaja de la malversación, el posible regreso de los fugados y la insistencia del independentismo en celebrar un nuevo referéndum.

¿Más española o catalana?

Masana, en cambio, sería mucho más proclive a estas operaciones dada su filiación política. No obstante, esto supondría un giro importante en CaixaBank, que desde hace años hace bandera de su españolidad y nunca ha apoyado la ruptura del orden constitucional. De hecho, sigue teniendo la sede social en Valencia y no va a volver a llevarla a Barcelona hasta que no desaparezca la amenaza de nuevos intentos de declarar la independencia.

De hecho, en los círculos financieros y empresariales catalanes se da una interpretación al movimiento de CaixaBank completamente contraria a la que se da en Madrid: que la salida de Alcaraz supone un mayor acercamiento al Gobierno nacional, sea el actual o uno del PP tras las elecciones generales y en medio del nuevo lío que hay montado en Cataluña merced a las constantes cesiones de Pedro Sánchez a ERC.

Los que así opinan sostienen que Alcaraz, pese a no ser catalán, era un gran defensor de las raíces de La Caixa y su vinculación con el territori, haciéndolo compatible con su proyección nacional tras convertirse en la primera entidad en España. Y su salida se ve como la asunción de mayor poder por parte de Gortázar y del presidente semiejecutivoJosé Ignacio Goirigolzarri, ambos de origen vasco y principales defensores de las ‘españolización’ de CaixaBank. Algo que hay que completar con la situación política catalana y el hecho de que el Estado es propietario del 16,1% de CaixaBank heredado de Bankia.

El papel de Fainé

En todo esto, tampoco podemos olvidar la figura de Isidro Fainé, el factotum del universo Caixa desde hace décadas. Precisamente, Fainé fue quien potenció a Alcaraz cuando defenestró en 2014 a Juan María Nin,  quien se había traído a Alcaraz del Sabadell. Fainé lo cobijó bajo su ala, lo convirtió en el número tres y lo mantuvo ahí tras la fusión con Bankia y la llegada de Goirigolzarri.

Criteria 2% Telefónica
Isidro Fainé, presidente de Criteria Caixa y consejero de Telefónica desde el año 1994. EP.

¿Qué ha pasado ahora? Las versiones discrepan, pero está claro que, si el enfrentamiento Gortázar-Alcaraz se había vuelto insostenible, ha optado por el consejero delegado que él encumbró tras la salida de Nin. Y no hay que olvidar que Fainé tiene ya 80 años y está plenamente dedicado a la Fundación, por lo que cada vez puede estar menos encima de la gestión del negocio bancario, como es lógico.

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