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La nueva subgobernadora del Banco de España tendría que jubilarse en un año con la reforma de Escrivá

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

Soledad Núñez llega al Banco de España como la subgobernadora de mayor edad que ha accedido al cargo en la historia de la entidad. A sus 67 años, y con años de cotización para haberse jubilado ya, aterriza en la entidad con la obligación de jubilarse si nos atenemos al carácter general de la norma, pero tratará de prolongarlo hasta los 73 años, dos menos de los que permite el propio Reglamento del Banco de España. No deja de ser irónico que alargue la jubilación un icónico cargo del PSOE bajo el mandato de un ex ministro que llevó la jubilación máxima hasta los 67 años en 2027, y cuyo Ejecutivo prefiere elevar las cotizaciones antes que la edad máxima de trabajo.

José Luis Escrivá, gobernador del Banco de España, llevó a cabo una reforma del sistema de pensiones, pero también anticipó algunos cambios, siendo ministro de Seguridad Social, que requería el sistema para ser sostenible.

La deriva de Escrivá fue evidente. A su llegada en 2020 al ministerio de Seguridad Social, y fijándose en distintas proyecciones hechas por la AiReF -Autoridad independiente de Responsabilidad Fiscal- que entonces presidía, era partidario de elevar la edad de jubilación. Llegó a abrir un debate en el seno del Ejecutivo al sugerir que lo ideal sería que «la edad de jubilación se retrasara hasta los 74 años». Una opción voluntaria, pero que debiera devenir en obligatoria pasando el año 2040.

El Gobierno se le echó encima, Escrivá viró y, de ahí, la reforma terminó con que la edad subiría hasta los 67 años, progresivamente hasta 2027. Soledad Núñez, nueva subgobernadora, ya los tiene, y su jubilación tendría que ser obligatoria en apenas unos meses.

Nadie ha accedido nunca al cargo de subgobernadora a su edad y, aunque sus 20 años de experiencia en el Banco de España le hacen buena conocedora de la entidad, lleva al regulador en un momento en el que la implementación de la inteligencia artificial y la digitalización son necesarias. «Si ella no va a llevar esa parte», cuentan desde la entidad, «entonces sólo nos han metido otro cargo político».

Debate con Hernández de Cos

El debate sobre la edad de jubilación entre el Gobierno al que pertenecía Escrivá y el Banco de España provocó que, ya en 2021, fuera Pablo Hernández de Cos, entonces gobernador, quien advirtiera del peligro para las cuentas públicas que provocaba la subida de las pensiones que promovía Escrivá. Y como consejera independiente, aunque sin ocultar su afiliación al PSOE, ya estaba Soledad Núñez. Es de entender, por su propio hacer y parecer, que comparte la tesis de Hernández de Cos y de la AiReF de que es oportuno retrasar la edad de jubilación.

Además de la propia edad de jubilación, Pablo Hernández de Cos llegó a manifestar en el Congreso la necesidad de reducir la «tasa de reemplazo», es decir, el porcentaje del salario que se cobra de pensión tras la jubilación, lo que implica bajar las pensiones en el futuro. La razón es el aumento del gasto por el envejecimiento de la población y la insuficiencia de las medidas tomadas por el Gobierno de Pedro Sánchez.

«También convendría», añadió De Cos, «analizar medidas alternativas, incluidas las que afectan a las tasas de reemplazo, que se encuentran en niveles superiores a los de la media de los países de nuestro entorno».

Medidas, todas estas, que podrían no volver a sugerirse desde el Banco de España, puesto que tanto el gobernador como la subgobernadora son cargos puramente políticos. Tienen perfil técnico y conocen la institución, pero tendrían que hacer el camino de vuelta para ser de verdad un contrapeso independiente desde el Banco de España frente al Gobierno.

Además, como ya adelantó OKDIARIO, Escrivá no tiene intención de dejar que el servicio de estudios del Banco de España siga publicando los informes del mismo modo en que lo hace, y cambiará por completo la manera de comunicarlos.

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