Nuclenor tira la toalla: la central nuclear de Garoña no volverá a abrir sus puertas

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Central nuclear de Garoña (Foto: Nuclenor).
María Villardón

Nuclenor, sociedad compuesta a partes iguales por Endesa e Iberdrola, descarta reabrir la central nuclear de Santa María de Garoña en Burgos. Una decisión que ya está tomada, aunque no es oficial. De esta manera, Iberdrola, que ha abogado por el cierre de la central, logra llevarse a Endesa a su terreno a pesar de mostrarse prudente ante la próxima manifestación del Gobierno.

Las eléctricas han tenido diversas maneras de afrontar el futuro de Santa María de Garoña (Burgos) en los últimos meses. Iberdrola, por su parte, abogaba por el cierre de la central porque la carga fiscal era ingente y dañina para su cuenta de resultados. Recordemos que Iberdrola Generación Nuclear, firma que aglutina los activos nucleares de la compañía, perdió en 2016 alrededor de 309 millones de euros.

Por el contrario, Endesa se mostraba más prudente a la hora de hacer manifestaciones públicas con respecto al cierre o reapertura de Garoña y aseguraban que esperarían a las consideraciones del Gobierno. De hecho, la semana pasada José Bogas, CEO de Endesa, defendía que Garoña estaba en “perfecto estado de revista” y “podría seguir adelante” desde el punto de vista del CSN.

A finales de julio o principios de agosto está previsto que el Gobierno mueva ficha y exponga a las eléctricas la regulación del sector energético por parte del Ministerio de Álvaro Nadal. Sin embargo, fuentes cercanas al consejo de Nuclenor, sociedad que controla Garoña, explican a OKDIARIO que la central nuclear, que lleva meses en el candelero, no reabrirá sus puertas de nuevo, aunque no es oficial.

Garoña cesó su actividad en 2012, Nuclenor echó el cerrojazo manifestando así su desacuerdo con el marco regulatorio del Gobierno.

Darle vida a la actividad de la central o no pendía de varios factores, por un lado, el informe favorable del CSN y, por el otro, la postura del Ministerio de Energía en materia de fiscalidad energética. Aunque, efectivamente, como recuerdan las mismas fuentes, la reapertura es finalmente una decisión empresarial.

Álvaro Nadal, recientemente, ha puesto en duda que la rentabilidad de la energía nuclear sea tan baja como las compañías afirman. “Tengo la sensación de que son más rentables de lo que dicen, pero su obligación es decir que pierden, a ver si bajan los impuestos”, afirmaba el ministro.

Lo cierto es que, según fuentes del sector energético, volver a poner en marcha la actividad de Garoña requiere de una inversión de alrededor de 100 millones de euros. Y en caso de cierre, tanto Endesa como Iberdrola tendrían que aguantar los gastos del desmantelamiento de la planta.

Por ello, la intención de Iberdrola es entregar los activos nucleares al Gobierno y que éste afronte su desmantelamiento.

Es cierto, tal como apuntaba Bogas en los cursos de la APIE en Santander, que cerrar o abrir Garoña no “influye ni cambia absolutamente nada” porque solo supone “450 megavatios”. Sin embargo, podría sentar un precedente en el futuro de la energía nuclear.

Hoy mismo tres estudios elaborados por SR y Asociados, Compass Lexecon y AFI han afirmado que ni las centrales hidráulicas ni las nucleares han recuperado el capital invertido debido a la actual política energética. 

Pero no solo eso, en la jornada “Transición energética: la viabilidad económica del Parque de Generación Eléctrica” celebraba en ESADE Madrid, para mantener con vida las nucleares más allá de los 40 años es necesario acometer nuevas inversiones y las tres firmas ven muy complicado convencer a un inversor o un consejo de administración para invertir en energía nuclear con el escenario impositivo que reina en la actualidad.

Los representantes de las tres consultoras han llegado a la misma conclusión, las centrales nucleares no tienen flujos de caja negativos, pero no lo suficientemente robustos como para recuperar la inversión hecha hasta ahora o las inversiones futuras. 

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