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Nada salva al chicharro Urbas: cae en Bolsa más de un 30% en un año

Una oficina de Urbas.
Una oficina de Urbas.

Ni mejora del plan estratégico, ni adquisición de Alandalus Real Estate; nada logra cambiar la evolución en Bolsa de Urbas, que cae más de un 30% en los últimos doce meses. Tras cerrar 2021 con descensos, este año parecía haber  comenzado mejor para el chicharro, pero los últimos descensos reducen hasta el 3% la subida que se anota en 2022.

Este lunes las acciones de Urbas caen por debajo de los 0,014 euros al vivir uno de los mayores castigos de todo el mercado español. Exactamente, la constructora ha cerrado en los 0,0139 euros al anotarse una caída del 6,71% en una sesión en la que los mercados europeos se han visto afectados por el incremento de las tensiones en Ucrania. El desplome de este lunes se suma al descenso del 3,25% registrado el pasado viernes.

La constructora suma así seis sesiones consecutivas de caídas y reduce al 2,9% las subidas registradas en este arranque de ejercicio. Urbas cerró 2021 con una caída en Bolsa del 23,72%. Sin embargo, si en la comparación se cogen los últimos doce meses, el desplome es del 30,5%. Parece que el mercado no da el visto bueno a la mejora de los objetivos detallados en su plan de negocio con horizonte 2024 que la constructora llevó a cabo a finales de diciembre.

Urbas se ha marcado una hoja de ruta con la que prevé entregar 3.000 viviendas hasta 2024 con una facturación de 476 millones de euros, de las que inicialmente 750 serían específicamente diseñadas para el mercado del alquiler tras la adquisición de Alandalus Real Estate. La compañía prevé alcanzar en 2025 entre todas sus líneas de negocio (infraestructuras, promoción inmobiliaria y energía) más de 2.000 millones euros de capitalización, más de 1.000 millones de facturación y un resultado bruto de explotación (ebitda) de casi 150 millones.

La constructora prevé aprovechar las adquisiciones acometidas en los últimos años (Murias, Joca, Ecisa, Urrutia, Jaureguizar y Sainsol) para despegar en su negocio de promoción inmobiliaria, de energías renovables y del ámbito industrial, con el objetivo de que la actividad constructora pase a concentrar el 57% de los ingresos, frente al 94% actual.

Mientras tanto, la directiva contempla llevar a cabo un contraesplit, un proceso que consiste en incrementar el valor nominal de una acción al agrupar varios títulos, para salid del nivel de céntimos que se encuentra la cotización. Una operación que espera el mercado, como el esperado reparto de dividendo, que está previsto la compañía lleve a la junta de accionistas de 2022.

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