Los mercados sólo prevén caídas moderadas de la bolsa por la crisis en Israel, salvo que ésta se extienda
La bolsa caerá moderadamente por la crisis de Gaza salvo que el conflicto se extienda
El barril de petróleo de Brent sube el 3% y alcanza los 97 dólares por primera vez desde noviembre
Los mercados creen que la guerra desatada en Israel tras el ataque terrorista de Hamás el pasado 7 de octubre provocará caídas moderadas de la bolsa salvo que el conflicto se extienda más allá del escenario actual y se involucren otros países, según las fuentes consultadas por OKDIARIO. Nadie sabe con certeza qué puede pasar en Oriente Medio ni la escala que pueda adquirir el conflicto si se involucran otros países, «pero en principio, el escenario más probable es que la guerra quede localizada en Gaza y no se extienda, siendo por tanto el impacto limitado, aunque no podemos descartar otros escenarios y en todo caso la incertidumbre pasará factura a la economía y a la bolsa», añaden los citados medios.
Lo que parece claro es que la guerra provocará a corto plazo un vuelco hacia activos seguros (dólar, bonos soberanos de alta calidad, francos suizos…) y «por ello pensamos más bien en caídas moderadas de las bolsas, continuando la corrección que se inició en agosto. Una corrección que por ahora está siendo ordenada y esperamos que siga siéndolo», asegura Juan Carlos Ureta, presidente ejecutivo del banco de inversión Renta 4.
El ataque terrorista de Hamás «ha devuelto a primera línea de la escena al verdadero ‘elefante en la habitación’ de la economía actual, que no es otro que la situación geopolítica. Y aunque de momento el impacto en los mercados de ese ataque ha sido limitado, la situación tiene todos los ingredientes para convertirse, al menos potencialmente, en un foco de inestabilidad similar al que generó la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022 o, yendo más atrás, a la que causó la destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York en septiembre de 2001», explica Ureta.
Sin embargo, la reacción de los mercados financieros ha sido, al menos hasta el viernes, bastante moderada, si dejamos aparte el petróleo y el oro, que en respuesta a la incertidumbre han subido respectivamente un 4% y un 5% en la semana, gracias en buena medida a las subidas de la jornada de cierre semanal del viernes. El Eurostoxx ha terminado la semana con un ligero recorte del 0,2%, el Dow Jones con una subida del 0,8%, el S&P con un avance del 0,45% y el Nasdaq ha bajado un inapreciable 0,18%.
Si no llega a ser por la sesión de cierre semanal del viernes, que fue bajista para las bolsas europeas y americanas, las subidas semanales habrían sido mayores, como de hecho ha sucedido en las bolsas asiáticas, con el Nikkei subiendo el 4,2% en la semana y el Hang Seng de Hong Kong creciendo un 1,9%, o en las emergentes con el MSCI de bolsas emergentes en dólares aumentando el 1,5%.
Fue precisamente la fuerte subida del petróleo el viernes, con el Brent y el crudo ligero americano (WTI) ganando casi un 6% en la sesión, la que provocó las caídas en Europa y en Wall Street, al despertar en las bolsas el temor a que la situación de Oriente Medio se pueda complicar, un temor que los cuatro primeros días de la semana había estado más bien latente.
Los inversores conectan de forma muy directa la subida del petróleo con la inflación y, en consecuencia, con más subidas de tipos. Pero si el alza del crudo no va mucho más allá de los precios actuales, lo previsible es que la inflación se siga moderando, en línea con el dato de IPC de septiembre en EEUU, que se publicó el jueves pasado, y que muestra una contención del índice subyacente y también, aunque menos, del general.
La inflación y los tipos de interés
Según los analistas, hay otros efectos laterales, además del impacto de la crisis de Israel en la bolsa, y el primero es el efecto del conflicto en el crecimiento económico global, que podría ayudar también a contener el incremento de los precios. La inestabilidad y la incertidumbre no fomentan la actividad económica, y lo normal es que la elevación de las primas de riesgo que conlleva la guerra en Israel pase factura no sólo a la bolsa sino a la actividad económica. Pero más allá de esas consecuencias para la inflación y para el crecimiento, lo relevante es saber cómo incidirá la guerra en los tipos de interés.
La opinión dominante antes del 7 de octubre era, y sigue siendo, es que estamos en la fase ultima de la subida de tipos, quedando como mucho un aumento más por parte de la Fed y del BCE. Esa idea está probablemente detrás de las declaraciones públicas realizadas esta última semana por varios miembros del banco americano, que contradicen las realizadas la semana anterior por otros miembros de su Consejo, como Michelle Bowman y Loretta Mester, que eran decididamente partidarias de más aumentos.
La semana pasada, sin embargo, Susan Collins, presidenta de la Fed de Boston, ha dicho que los datos de inflación mueven a pensar en el fin de las subidas de tipos, ya que se ha progresado mucho en la vuelta a la estabilidad de precios, y Mary Daly, presidenta de la Fed de San Francisco, ha ido más allá al decir que la subida de los tipos de largo plazo equivale a una subida de tipos por la Fed y por tanto, el mercado ha hecho ya el trabajo que tenía pendiente la Fed.
De hecho, la subida de los tipos de largo plazo (el T bond cerró el viernes en el 4,62%, muy por encima de como estaba en la última reunión de la Fed) y del dólar estas últimas semanas ayudan mucho a la Fed, al ser ambas contractivas y por tanto contribuyen a controlar la inflación. La subida del dólar y de los tipos largos, además de evitar posiblemente nuevas subidas de tipos, podría permitir a la Fed bajar las tasas de corto plazo antes de lo previsto, y esto es algo que no está descontando el mercado.
¿Cómo juega en la bolsa y los mercados la guerra de Israel? La subida del petróleo empeora la inflación pero la revalorización dólar la mejora. Además, los bancos centrales son también sensibles a la estabilidad social y financiera. Por ello, salvo escenarios de fuerte escalada de la inflación, que no son previsibles, es altamente probable que ante la incertidumbre provocada por la nueva guerra, la Fed y el BCE opten por no tensar más la cuerda monetaria.