El mercado de trabajo sigue débil
Diego Barceló Larran es director de Barceló & asociados.
Lo mejor que se puede decir de los datos de afiliación a la Seguridad Social y paro registrado de febrero, es que no empeoran con relación a los datos anteriores, que no eran especialmente buenos. El debilitamiento del mercado de trabajo ha hecho una pausa. Para la gente eso es, evidentemente, algo bueno. Para el Gobierno, en cambio, puede ser una trampa si lo interpreta como que la economía está mejor de lo que el grueso de indicadores sugiere.
La afiliación creció 1,9% interanual (361.700 nuevos empleos en 12 meses). Es el segundo mes consecutivo en que su aumento es inferior al 2%, lo que no ocurría desde julio de 2014. Pese a toda la prédica “proindustrial” de los socialistas de todos los partidos, el empleo en la Industria apenas aportó el 5,2% de los puestos de trabajo creados en los últimos doce meses. Es la menor proporción en más de cinco años.
Cuatro de cada cinco empleos creados por la Industria y la Construcción se compensaron con la destrucción de empleo del sector Agrario. El empleo en este último sector ha caído en ocho de los últimos nueve meses. Ya son decenas de miles las personas afectadas (36.100 en los últimos doce meses), lo que muestra que el problema del campo no es algo que inquiete solo a terratenientes y grandes productores.
La errática evolución de los contratos firmados sugiere que algo no marcha bien. Entre septiembre de 2013 y diciembre de 2018, el total de contratos firmados creció, en términos interanuales, en 60 meses y cayó en los 4 restantes. Entre enero de 2019 y febrero último se produjeron 8 subidas y 6 descensos. Si nos restringimos a los últimos once meses, hay más caídas que aumentos.
Por lo tanto, la subida interanual en la firma de contratos indefinidos (+5,6% interanual), aunque bienvenida, puede no ser más que un dato aislado, como la fue el incremento de septiembre pasado. La realidad es que, de los últimos 13 meses, 11 mostraron un descenso en la firma de contratos indefinidos firmados.
Pese a que aún se cuentan 3,25 millones de parados registrados, su número solo se redujo 1,3% con respecto a febrero de 2019. Ya van cuatro meses seguidos en que el paro disminuye a un ritmo interanual inferior al 2%. Algo por completo insuficiente para lograr una reducción sustancial del mismo en un tiempo razonable.
El número de inmigrantes parados subió por quinto mes consecutivo (ahora un 0,8% interanual). Amigo lector, si piensa que por ser español eso es algo que no va con usted, tenga en cuenta que los datos dicen que los movimientos en el paro de extranjeros anticipan lo que va a pasar con los nacidos aquí.
En enero de 2007, cuando aún faltaban varias semanas para que ZP y Solbes comenzaran a negar la crisis, el paro de inmigrantes subió. Siete meses después, en agosto del mismo año, se produjo la primera subida del paro de españoles. Lo que de verdad nos dice el incremento en el paro de extranjeros es que el mercado de trabajo está flojeando y que eso golpea primero a los más débiles (el paro entre las mujeres inmigrantes sube por séptimo mes consecutivo).
Sobre este mercado de trabajo debilitado es que caerán las consecuencias que pueda tener el coronavirus en la economía europea, que aún son imposibles de anticipar con precisión. Sean cuales fueren los efectos del coronavirus, lo cierto es que la economía y el empleo ya están sufriendo el impacto de una nueva cepa de un virus ya conocido: la “cepa” Sánchez del “virus” socialista.
@diebarcelo