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Más promesas fake de Sanchez: las tasas Tobin y Google se quedan a años luz de los ingresos previstos

Más promesas fake de Pedro Sanchez: las tasas Tobin y Google se quedan a años luz de los ingresos previstos
Más promesas fake de Pedro Sanchez: las tasas Tobin y Google se quedan a años luz de los ingresos previstos
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Dentro de la larga lista de promesas incumplidas por Pedro Sánchez en materia económica, la CECA acaba de desvelar otra más: la llamada ‘tasa Tobin’ (impuesto a las transacciones financieras) no recaudará ni la mitad de lo que el Gobierno había presupuestado. Peor todavía marcha la famosa ‘tasa Google’ (impuesto a las grandes tecnológicas), que solo ha ingresado el 10% de lo previsto.

La CECA (asociación de los bancos surgidos de las antiguas cajas de ahorros) estima que «es probable que a finales de año no llegue a los 400 millones de euros» la recaudación de la tasa Tobin. Hasta septiembre, el Tesoro había ingresado sólo 209 millones. El Ejecutivo estimó en los Presupuestos de 2021 que recaudaría 850 millones por este nuevo tributo.

En cuanto a la tasa Google, su aportación a las arcas del Estado se limitaba a unos ridículos 92 millones en el primer semestre (últimos datos disponibles), cuando lo presupuestado eran 968 millones.

En ambos casos, se trata de impuestos meramente ideológicos que no tienen ninguna capacidad recaudatoria real, como se está demostrando. Algo de la que ya advirtieron cuando se anunciaron diferentes analistas y partidos como Ciudadanos.

El impuestos a las transacciones financieras se justifica únicamente porque el Gobierno piensa que sólo invierten en Bolsa «los ricos», y ya se sabe que la obsesión de Podemos es subir los impuestos a los grandes patrimonios. El problema es que en España invierten muchos pequeños ahorradores, a los que también afecta esta tasa.

Además, este tributo es contraproducente, porque ahuyenta a los inversores del mercado español, en especial a los traders más activos (los que operan a muy corto plazo) y a las grandes instituciones, que tienen que pedir una prima para las inversiones en los mercados que la aplican (es decir, una rentabilidad superior). A eso hay que añadir el aburrido movimiento lateral del Ibex desde hace muchos meses, que ahuyenta el volumen de negocio: los inversores operan mucho más cuando un índice está en tendencia alcista, como los de Wall Street.

Sánchez prefirió aranceles a los productos españoles a quitar la tasa Google

Respecto a la tasa Google, cabe recordar que provocó un enfrentamiento con Estados Unidos, que respondió imponiendo aranceles a numerosos productos españoles, que ya tienen bastantes dificultades para abrir mercado en ese país (la mayoría de las grandes tecnológicas son norteamericanas). A Sánchez no le importó perjudicar a sectores como el textil, el calzado o el agrícola a cambio de una recaudación pírrica como la que estamos viendo.

Pero es que, además, esta medida es inútil salvo que se imponga a la vez en todos los países: las empresas siempre tendrán otro Estado en el que domiciliarse para no pagar este tributo. Pero nuestro Gobierno prefirió ignorar este hecho para poder vender a sus votantes que obliga a pagar impuestos a las grandes empresas capitalistas, aunque no sea cierto, como se está comprobando.

De hecho, la OCDE y el G-20 han tomado cartas en este asunto para evitar todas estas distorsiones. Así, ha conseguido un gran acuerdo internacional de 136 países para establecer un impuesto de sociedades del 15% sobre las ganancias a grandes corporaciones cuyos ingresos anuales superen los 750 millones de euros, con la intención de que tributen en los países donde obtienen esas ventas. Gracias a ello, España ha podido firmar un acuerdo con EEUU que permite la retirada de los aranceles a cambio de que España retire la tasa en 2023.

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