Marina D’Or: de ciudad de vacaciones a ciudad fantasma
Comercializadora Mediterránea de Viviendas SA (Comervi), la firma inmobiliaria y constructora de Marina d’Or, lleva desde 2015 en un pozo del que no logra salir. Aquel año redujo sus ventas casi un 90% y, desde entonces, sus cuentas han pasado de registrar beneficios superiores a los 20 millones de euros, a reflejar pérdidas de casi seis millones. Hablamos, lamentablemente, de una compañía que está en concurso de acreedores desde 2014, y que tiene la desdicha de ser la firma valenciana más morosa con la Agencia Tributaria, a la que debe más de 46 millones de euros tal y como reflejó la lista que se publicó el pasado verano.
Además, los problemas que arrastra se unen a los de su fundador, embargado por Hacienda debido a que, según señala el periódico Expansión, la Agencia Tributaria considera que el grupo castellonense realizó en 2010 una operación de «vaciamiento patrimonial» de su mayor sociedad para frenar el posible cobro de la deuda que mantenía, al escindir su actividad en varias empresas.
«La incipiente recuperación de la economía española iniciada el año pasado, se ha fortalecido a lo largo del ejercicio 2015, resaltando una mejora sustancial en la mayor parte los sectores de actividad. Sin embargo, la situación concursal en que se encuentra inmersa la sociedad dominante impide que pueda aprovecharse de la misma, al permanecer cerradas las opciones de financiación de sus actividades», apunta sin embargo el informe de gestión de Comervi.
Desinversiones
Jesús Ger, conocedor del mal momento que atraviesa su compañía, ha vendido activos para intentar frenar la caída de la firma valenciana. Así, a finales de 2014 una filial de Comervi pasó a manos de dos empresas de Luxemburgo por unos 28 millones de euros, según señala el periódico regional Valencia Plaza.
La operación, sin embargo, consistió en una ampliación de capital de la sociedad por importe total de 27,8 millones de euros que tuvo lugar el 11 de diciembre de 2014 mediante una «compensación de créditos», según consta en la memoria de dicho año. Además, en ese mismo ejercicio también se vendieron participaciones de su negocio hídrico.
Marina D’Or se explica en OKDIARIO
Desde la firma valenciana explican que “dentro de un procedimiento tributario, la Agencia Tributaria practicó una valoración sobre los bienes que en su momento se hipotecaron en garantía del pago de una deuda, sin que en dicha valoración se les diera oportunidad de intervenir a las empresas recurrentes”. Y es que desde Marina D’Or dicen que el embargo no ha afectado a ninguna de sus empresas.
“Los recursos contencioso administrativos se plantearon por entender que la tasación practicada sin trámite de alegación suponía haber ignorado el derecho de defensa de las empresas interesadas”, continúan exponiendo fuentes de la firma a OKDIARIO.
“La Sala desestimó los recursos al considerar que no había existido vulneración del derecho de defensa, dado que, a su juicio, se garantizó a las recurrentes el acceso a la jurisdicción por medio de los correspondientes recursos”, concluyen.
De este modo, desde Marina D’Or se defienden diciendo que los embargos que acordó la Agencia Tributaria “son cautelares” y que “no se han ejecutado”; en cualquier caso, “no han tenido ningún efecto sobre la actividad de ninguna sociedad”, insisten.
En cuanto a la deuda con la Agencia Tributaria, desde la firma explican que “se ha negociado un aplazamiento y se han fraccionado los pagos, lo que implica, claro, que los embargos cautelares quedan sin efecto”.
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