Ilusión en el Sabadell y cautela en el Santander ante el aparente cierre definitivo del Brexit
Santander UK ya ha realizado durante año los ajustes contables necesarios para ajustar su valor a precios de mercado, lo que afectará a todo el grupo. Por su parte, en TSB se considera que el fin de la incertidumbre favorecerá el negocio retail.
Alegría contenida en los dos bancos españoles con más intereses en Reino Unido, Banco Santander y Banco Sabadell, que ven como la aplastante victoria del ‘pro-Brexit’ Boris Johnson allana el camino para una salida definitiva de la Unión Europea.
Johnson ha prometido el 31 de enero como fecha final y a la banca, como a muchos otros sectores y a la mayoría de la ciudadanía británica, es esta opción la que le convence antes que volver a dar una patada hacia adelante a una situación que se inició con el histórico referéndum del 23 de junio de 2016.
Tres años y medio ha tardado esta salida en finalmente materializarse, algo que hará el ex alcalde de Londres tras prometérselo a la ciudadanía, y los bancos y el sector financiero aplauden. Pete Markey, el director de Marketing de TSB (la filial británica de Banco Sabadell adquirida en 2015, apenas un año antes de la consulta), asegura a la prensa británica que «mi esperanza ahora que sabemos el resultado electoral, y ya estamos mirando a 2020, es que la confianza del consumidor empiece a retornar». «Y eso quiere decir que las decisiones que no se han tomado todavía por la incertidumbre pueden finalmente avanzar, y que para muchas empresas el año que viene es un año para que las marcas apelen a una renovada sensación de confianza en el consumidor», avisa.
Precisamente TSB acaba de presentar su nuevo plan estratégico, diseñado por su nueva CEO Debbie Crosbie, y que ha basado la parte más relevante de su crecimiento futuro en el recorte de plantilla y el cierre de oficinas: 82 sucursales menos y hasta 400 personas que saldrán a la calle de un número total de 7.700 que tiene la marca en las Islas Británicas.
Santander UK cae
Por su parte, fuentes oficiales de Banco Santander se muestran cautas y prefieren no hacer declaraciones ante la inminencia de los resultados. Santander UK, la tercera división por ingresos del grupo (tras Brasil y España), aquella donde Ana Botín ejerció como máxima responsable durante años, lleva varios trimestres dando disgustos a los accionistas y gestores de Santander. En el primer semestre, el beneficio de la filial británica -surgida tras la compra de Abbey por Emilio Botín en 2004 por 13.199 millones de euros- se desplomó y cayó un 37% respecto al semestre anterior.
A finales de septiembre, precisamente, Santander anunció en un hecho relevante un tijeretazo de 1.500 millones al fondo de comercio de Santander UK. Este valor contable que mide intangibles de la marca, está hoy muy por debajo de lo que Emilio Botín pagó en su momento, por lo que su hija ha tenido que ajustarlo a la realidad del sector bancario en 2019 y de un mercado británico con mucha competencia.
Este ajuste contable ya ha influido en los resultados del tercer trimestre, donde el banco ha dejado de ganar un 35%. Ahora, con el camino del Brexit por fin expedito, en Santander esperan recuperar la potencia de su división británica.